Capítulo 1: Sabertooth

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¡Gritos! Eso era lo único que se escuchaba en aquel gremio, sólo gritos y más gritos. El dolor era algo habitual allí. Nunca antes había sentido tanto miedo, ni siquiera con "Deliora". Toda su vida había estado plagada de muerte, dolor y destrucción, aquello sólo parecía un tramo más a superar.

- No tengas miedo, Lyon – intentó sonreír Gray entre la penumbra de la austera habitación – yo estoy contigo, no te va a pasar nada.

- Cállate, todo esto es tu culpa – le recriminó, dando la puñalada directa al corazón de Gray con aquellas palabras de odio.

La puerta de la habitación se abrió, dejando ver a una corpulenta figura al otro lado. Apenas le daba la luz, pero a medida que se acercaba con aquellos pasos lentos hacia los dos niños, la luz de la ventana iluminó el enfurecido rostro de Jiemma, maestro de Sabertooth.

Ninguno habló, no se atrevían a hacerlo, tan sólo temblaban de miedo. Lyon todavía odiaba a Gray por lo sucedido con su maestra, no podía ocultar aquel sentimiento y, sin embargo, ambos habían terminado en aquel gremio.

Sin previo aviso, Jiemma tomó el brazo de Lyon y lo elevó con fuerza, sacando un grito de aquel pequeño y consiguiendo que Gray se levantase con rapidez golpeando la pierna de Jiemma intentando que soltase a su hermano. No es que él no tuviera miedo, todo su cuerpo temblaba de la misma forma en que lo hacía el de Lyon. Tan sólo tenía nueve años y había visto y vivido el más grande de los sufrimientos. Toda su familia murió, su maestra había fallecido por su culpa y su hermano le odiaba, ahora estaba en ese gremio del que no podría escapar.

- Vaya... un pequeño con valor – dijo Jiemma lanzando a Lyon contra una de las paredes y apresando a Gray del cabello, elevándolo hasta la altura de su rostro, escuchando el grito ahogado de dolor de Gray y las lágrimas que empezaban a salir de sus ojos – me gusta éste. Llévatelo y empieza con el proceso.

- Como diga, maestro.

Lyon se quedó atónito y dolorido. Todo su cuerpo había chocado contra aquella pared de piedra. Se levantó como pudo y se dirigió a la puerta de madera intentando escuchar algo, intentando adivinar qué había ocurrido con su hermano. Había prometido matarle él mismo por haber conducido a su madre a la muerte y ahora... esos tipos se lo llevaban.

- Devolvédmelo – gritó Lyon aporreando la puerta – devolvedme a mi hermano.

Los pasos se alejaban de él, podía escuchar cómo le ignoraban y se llevaban a su hermano a algún lugar. Gray mantenía los ojos abiertos pese a que estaba asustado, no podía conseguir que su cuerpo dejase de temblar a hombros de aquel mago que le sostenía. Había pensado en huir, en lanzar su mejor ataque de hielo, pero sabía que no funcionaría contra ellos, aun así, quiso intentarlo.

Un mazo de hielo se creó sobre la cabeza de Jiemma que les seguía por el pasillo, pero cuando éste empezó a caer, el mazo se hizo añicos en mil pedazos antes siquiera de tocarle.

- Eres un crío persistente y cabezón, pero no te preocupes, yo te enseñaré la magia para estar en este gremio, siempre me pertenecerás, chico.

- Aléjate de mí – le gritó Gray.

- Hacedlo de una vez – insistió Jiemma.

Su espalda cayó contra una gran mesa de madera y aunque se revolvió con rapidez, los otros magos que estaban allí aprisionaron sus muñecas, atrapándolas con los grilletes al igual que sus tobillos, reteniéndole en esa mesa de la que no podría escapar. ¡Miedo! Eso sentía, más cuando escuchaba los desgarradores gritos que recorrían los pasillos del gremio.

- Bébetelo – le dijo uno de los magos trayendo una jarra con un líquido rojizo.

- No – intento resistirse – no quiero – insistía pese a los esfuerzos de los magos por retener su rostro y obligarle a beber, hasta que Jiemma se enfadó cogiendo con fuerza el rostro de Gray, reteniéndolo con una mano, abriéndole la boca con la otra para que su compañero derramase el líquido en su boca.

Nozomi (Fairy Tail; Natsu-Gray)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora