Capítulo 11: Un nuevo encuentro

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Un año después:

Corría por las calles como si no existiera un mañana. ¡Tres meses! Era el tiempo que había transcurrido desde la última vez que coincidió con Natsu. Jiemma apenas le daba espacio para irse a misiones. Le gustaba tenerle en el gremio, recluido en esas cuatro paredes, convirtiendo a la ciudad de Crocus en una prisión permanente.

Su vida no cambiaba demasiado. Seguía detestando el gremio, la ciudad, a su maestro, pero allí permanecía. La relación con Lyon seguía igual de tensa y mala que siempre, su relación con los dragones gemelos... algo más distante. Evidentemente, él no se llevaba mal con Sting y Rogue, de hecho, le gustaba estar con ellos, se sentía protegido, sobre todo con Sting, pero... casi siempre eran mandados a hacer misiones fuera y él debía quedarse allí sólo.

Era fuerte, o eso creía, pero no lo suficiente como para derrotar a todos los grandes magos de su gremio por sí mismo. Uno contra cincuenta o más... era desproporcionado. Así que aguantaba sus burlas, sus insultos, las miradas que indicaba que él... sólo sería la "puta" del maestro. Así le veían todos.

Hoy al menos sería diferente. Salía a comprar algo y salir del gremio para él, era tener algo de libertad. No es que estuviera demasiado animado, de hecho, las perturbadoras imágenes de lo sucedido la noche anterior le angustiaban y perseguían, por más rápido que corriera, por más que intentase poner distancia y huir, ellas estaban allí, en su cabeza, alcanzándole una y otra vez.

Acostarse con el maestro del gremio era una constante en su vida. El día en que Natsu le propuso tener una relación sólida, él dudó. Aún lo hacía. Venían de gremios muy diferentes, de ciudades lejanas, apenas se veían pero ese no era el problema. Un año entero es lo que llevaba manteniendo esa relación en secreto, una relación a distancia donde apenas se veían y, aun así, ¡estaba enamorado! No quería dejar a Natsu, pero era demasiado difícil estar con él sintiéndose tan sucio.

Quería contarle todo a Natsu, lo que ocurría en su gremio, lo que le hacían, pero nunca encontraba las palabras. ¿Qué pensaría de él si le decía que no podía ser solamente suyo? ¿Que el maestro le obligaba una y otra vez a mantener relaciones con él? Se sentía tan asqueado consigo mismo. Mentía y ocultaba información a Natsu. Ese chico de fuego pensaba que tenían una relación seria y, en cambio, Gray sentía que le traicionaba cada vez que le obligaban a acostarse con su maestro. ¿Era cobarde por no contarle como se sentía? ¡Un ave enjaulada! Era vergonzoso hablar de ese tema, y más con Natsu.

Giró la última calle. Tan sólo la larga recta le esperaba antes de poder unirse a la vía principal donde se encontraba el gran mercado, pero nunca llegó a ella. Alguien sostuvo su brazo con fuerza, deteniendo su carrera al instante y empujándolo hacia atrás.

Aquel hombre, vestido con una capa marrón deteriorada lo agarró con firmeza, metiéndole tras unos contenedores del estrecho callejón antes de unir sus labios con pasión. ¡Reconocía el beso! Era la única persona que realmente le besaba, el único que desprendía ese calor sin igual. Natsu Dragneel.

¡Tres meses! Era el tiempo trascurrido desde que Natsu pasó por la ciudad a verle y ahora, hoy, sin previo aviso alguno, allí estaba nuevamente, devorando su boca con tal pasión que sólo le demostraba lo que le había echado de menos.

- ¿Nat-su? – preguntó Gray al ver un par de mechones rosados bajo la capucha, sintiendo los dedos de su chico acariciando con suavidad sus mejillas y parte de su nuca.

- Lo siento, quise venir antes pero... se me complicó la última misión.

Gray sonrió ante su excusa. Sabía que sería cierto, así era Natsu, siempre le surgía alguna complicación pese a lo rápido que intentaba acabar las misiones para ir a su encuentro.

Nozomi (Fairy Tail; Natsu-Gray)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora