Capítulo 13: Nozomi

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¡Gritos! Era lo único que se escuchaba en la enfermería del gremio, unos intensos gritos que sólo hacían que intensificar la angustia de Natsu al otro lado de la puerta. ¡Quería entrar! Pero le habían dicho que era mejor que esperase fuera. Sin embargo, sentía que él debía estar allí y ayudar a Gray en todo lo posible. Esos gritos le mostraban que sufría como nunca antes.

- ¡VOY A MATARTE, NATSU DRAGNEEL!

Aquel desgarrador grito hizo que Natsu se alarmase. ¿Qué había hecho él para merecer ese trato? Todos se giraron inmediatamente hacia el dragón, pensando en cómo se sentiría al escuchar eso.

- No te alteres Natsu – trató de tranquilizarle Kana – es el embarazo y el dolor que siente. Aguanta sus maldiciones, tú lo dejaste preñado.

- ¿Seguro que está bien? – preguntó tremendamente asustado.

- ¿Te parece que esté bien? – preguntó Lucy al escuchar esos gritos.

Estaba realmente preocupado y ya llevaba varias horas allí dentro. Sin embargo, todos parecían esperar pacientemente mientras que él, era el único que caminaba por toda la sala y trataba de distraerse con cualquier otra cosa.

Un aterrador grito se escuchó al otro lado, con tanta intensidad, que Natsu estuvo a punto de entrar incluso sin permiso. Dio dos pasos hacia la puerta y cuando su mano ya estaba tocando el asa de la puerta, se detuvo ante un olor conocido y familiar. ¡Una niña! Olía a dragon slayer. Eso hizo que sonriera y sus manos temblasen.

- ¿Estás bien, Natsu? – preguntó Lucy al ver que se había quedado helado frente a la puerta.

- S-sí – susurró, pese al sudor frío que recorría su rostro y la ligera sonrisa.

¡Miedo! es lo que sentía ahora mismo. No sabía si entrar o no, sin embargo, su duda fue solventada en un santiamén. La puerta se abrió, dejando ver a Porlyusika. Su rostro siempre daba miedo, pero sonrió levemente.

- Puedes pasar a verle. Está con la pequeña pero te recomendaría que la agarres un rato tú y le dejes descansar a él. Está agotado y dolorido. Por ahora puede que se sienta algo mejor por la anestesia pero... en cuanto acabe el efecto... es mejor que haga reposo unos días.

- Gracias Porlyusika – sonrió con efusividad, rodeándola para poder entrar.

La habitación olía a medicamentos, seguramente por las anestesias y todo lo que habían utilizado. Intentó pasar de todo ello y entró en la sala. Movió la cortina y observó la luz que entraba. Gray estaba medio recostado en la ancha camilla, con la pequeña en brazos tapada con una toalla.

¡Sonreía! Por eso mismo, Natsu se quedó helado en el sitio, tratando de guardar ese recuerdo en su mente para siempre. Sus dedos se movían dentro de la toalla, acariciando el rostro de la pequeña y jugando a veces con su manita.

- Gray – le llamó Natsu.

- Shhh – silenció Gray sin detener su sonrisa – está muy tranquila.

Tenía ojeras y se le notaba completamente agotado y dolorido, pero todavía mostraba esa sonrisa mientras acariciaba la manita de la niña. Natsu se acercó a la camilla y colocó el sillón más cerca de Gray para poder estar a su lado.

- ¿Puedo tenerla un rato? – preguntó Natsu, pese a que sus intenciones reales eran que Gray descansase.

Gray le indicó que se acercase y le explicó cómo agarrarla adecuadamente. ¡Frágil! Así la sentía Natsu. Tenía miedo de que se le cayese, de que pudiera pasarle cualquier cosa. Realmente era un ser tremendamente inocente y débil. Sólo le daban ganas de protegerla toda la vida.

Nozomi (Fairy Tail; Natsu-Gray)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora