Maratón 2/7
Ana miró a su hija preocupada, aun que con una mirada muy tierna, otorgándole su amor.
-___________, ahora mismo tienes que pensar en ti. – la miró de nuevo - ¿Cuánto peso has perdido des de que Justin se fue?
-No lo sé. – No mintió, no le importaba lo que pesara. Hacía un mes que Justin se había ido, y se sentía tan mal que a veces se le olvidaba hasta de respirar. – Quizás seis.
-¿Seis? – se sorprendió su madre - ¿Seis quilos en un mes? _________, por dios, terminarás enferma.
-Es que no tengo hambre…
-Tu estomago se cerrara y cuando te recuperes de esta depresión rechazará cualquier alimento. Así que será mejor que vuelvas a coger el apetito… no quiero tener una hija que esté en los huesos.
-No estoy en los huesos.
-Lo sé, pero es cuestión de tiempo. – Ana alzó la mano para avisar al camarero – tráigame un par de croissants de chocolate negro, un café con leche y… - miró a su hija.
-Un cortado, por favor. – le sonrió al camarero y este le devolvió la sonrisa.
- Ahora se lo traigo todo. – arrancó el papel y lo dejó debajo del mantel de la mesa donde estaban ________ y Ana.
-Supongo que tienes razón – dijo _________ sonriendo. Siempre la tienes. – Es hora de que vuelva a empezar de cero. Ya no más confianzas… mi corazón se ha cerrado para cualquier hombre… está blindado.
-Eso es lo que tienes que hacer, hasta que encuentres a uno que te lo haga abrir completamente… que estés segurísima de que te ama de verdad. – le acarició la mano de una forma que _________ sintió todo el calor de su madre – eres joven, aún tienes tiempo. Quizás
Justin no buscaba lo mismo. Mientras que a ti aún te gusta ir a fiestas, ir de flor en flor… - las dos rieron, pero ambos sabían que era cierto. A todos los de su edad les gustaba ir de fiestas… y tener un rollo de una simple noche. – Justin seguramente buscaba una mujer que fuera más madura, más estable…
-Yo lo hubiera sido. Solo por ser lo que él quería, yo lo hubiera sido, mamá…
-¿Hubieras aceptado casarte con él? – le dijo su madre mirándola fijamente – un hombre de casi veintiséis años ya no está para bromas, cariño. Ya se plantea el pasar la vida con una sola persona, el tener hijos, una casa… tu tan solo tienes diecisiete años. Si te casaras ahora y tuvieras hijos, perderías tu juventud, todo cambiaría… no podrías ni seguir con los estudios…
¿Su bachillerato y la carrera de humanístico y social que quería hacer a la mierda? Ni hablar. Precisamente por eso quería seguir estudiando, para tener un buen sueldo, un buen trabajo y poder mantener a sus hijos y de sobras. Mamá tiene razón. Si Justin quiere cerrar su vida, permanecer con alguien el resto de ella, que lo haga. Que se case, tenga muchos hijos y sea feliz.
Aun que su cabeza pensara eso, su corazón sentía gran dolor. El simple hecho de imaginar a Justin casado con otra, teniendo hijos con otra, viviendo con otra, envejeciendo con otra… le dolía, y mucho. Si él la hubiera esperado, ella hubiera estado dispuesta a darle todo esto y más.
-¿Qué te parece si vamos de compras tu y yo, durante el resto de la tarde? - _______ agitó la cabeza, pensando en lo que su madre le acababa de preguntar. Asintió sonriendo. Quería despejarse. Necesitaba despejarse.
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Voy a ser tu maestro {2a Temp.} | PAUSADA |
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