↷«Capítulo 2»

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Extrañamente, Yugyeom no le volvió a mencionar algo sobre las bragas o lo que dijo que se vería lindo con vestido y tacones, pero estaba extraño,muy extraño.

No en el sentido de indiferente o distante, nada de eso; si no todo lo contrario, estaba más cariñoso y pegajoso, pero lo que más le llamaba la atención eran sus miradas.

Ocultaba algo o quería decirle algo que no le decía. Kookie lo sabía lo conocía muy bien.

Le dedicaba miradas confusas y misteriosas; eran compinches, como las que le hacía cuando eran chicos y hacían una travesura juntos, no estaba ni cerca de que los descubrieran por sus travesuras, eran extremadamente cuidadosos, pero si lo podían hacer por las delatadoras, para él, por lo menos, miradas de Yugyeom.

Tenía un brillo especial en los ojos cuando tenía esa mirada. Kookie no las había visto en años pero las recordaba. Igual, no era la misma mirada, algo había cambiado. Estaba más confusa; el mismo brillo pero con misterio y madurez.

Después de todo, había madurado desde que le dedicaba esas miradas en la niñez, tenía sentido.A kookie no le molestaban las miradas, pero sino entender porque las hacía. Cuando eran niños, siempre, al recibir esa mirada, le sonreía con ternura y cariño.

Ahora esa mirada no era la misma; expresaba algo que no podía descifrar. Yeso, era lo que más le molestaba. Conocía a yugyeom de prácticamente toda la vida; han hablado hasta con miradas, con una caricia entendía como se sentía. Pero ahora no entendía una mirada de mierda.

Le hacía sentir mal, lo pensaba y no llegaba a nada, ni siquiera una teoría de a que se podía referir esa mirada. Pero, bueno, lo llevaba bien, no se enojaba, ni le preguntaba
(no quería hacerlo porque se suponía que lo conocía lo suficiente para entender una tonta mirada).

O, lo llevaba bien, hasta que se la volvió a dedicar camino a casa. Él había mirado una chica que pasó a su lado, no sabía bien porque lo hizo, pero cuando volteó de nuevo hacía yugyeom, tenía esa mirada.

Le hizo enojar, no enojar en serio, como para armar una discusión en medio de la calle pero sí para molestarse lo suficiente y armar un pequeño intercambio de ideas no muy agresivo.

—¿Qué?—

murmuró kookie, su voz un poco más aguda y su ceño fruncido.
"No la mire porque la deseara, ni nada, no tenía pene"
Yugyeom soltó una fuerte carcajada antes de hablar.

—Puedes mirar a quien quieras, sabes que no me esos tipos de relación.

—Lo sé— kookie se encogió de hombros.

—Pero me haz estado mirado así desde hace días y no sé que significa, solo dije lo primero que me vino a la mente.

—Es que—Le dedicó una sonrisa suave, de lado,cálida. —Es algo complicado y de alguna forma me cambio la forma de verte —Se encogió de hombros. —Tendríamos que hablarlo en privado, calmados.

Kookie asintió, pensativo y con el ceño fruncido, pero no dijo más. Lo iban a hablar en algún momento.

No lo volvieron a hablar hasta la noche.
Pasaron casi todos los días juntos, pero kookie rápidamente se olvidó de la mirada misteriosa. Habían almorzado con su familia, jugaron con las gemelas un rato
(le hicieron a yugyeom nuevos tatuajes, como acostumbraban) y subieron a su habitación en la tarde.

No hicieron mucho, solo vieron videos graciosos, se besaron perezosamente, interrumpiéndose con risas y charlas tontas, se tocaron un poco, manos traviesas jugando pero no yendo muy lejos, estaban las hermanas de kookie cerca, después de todo.

A la noche lo recordó, porque yugyeom tomó su móvil y contestó mensajes por unos minutos; donde kookie pudo pensar y recordar su camino a casa, la charla que tuvieron y la mirada de yugyeom.

—¿Yugy?—murmuró despacio, casi susurrando, todavía pensando un poco.

—¿Mm? —contestó yugyeom con la mirada aún en la pantalla del móvil.

—Estamos solos... ¿Qué eras lo que no me podías decir esta mañana en la calle? —murmuró, de la nada, hablando más alto que antes.

Yugyeom suspiró, dejando el celular a un lado y desviando su mirada del móvil hacía kookie. Hizo al castaño fruncir el ceño, parecía algo importante.

—¿Quieres dejarme?—murmuró kookie, con los ojos bien abiertos; no era algo que se esperaba. Ellos estaban bien, no peleaban casi nunca y no había notado a yugyeom distante.

—No, amor.—Yugyeom río por su repentina preocupación. —Es algo complicado... por eso me pongo así,—murmuró, sonriendo para tranquilizarlo. —Te lo voy a decir pero no quiero que te ofendas—dijo con otro suspiro.
—Así qué prométeme que no te ofenderás.

Kookie frunció el ceño y asintió, aunque como yugyeom no prosiguió, contestó con un:
—lo prometo,no lo haré.

—¿Te acuerdas cuando usaste ropa interior de encaje para mí?—Kookie solo asintió, porque ¿cómo olvidarse?

Yugyeom mordió su labio inferior.

—Bueno, en ese momento, había algo diferente en ti. Estabas sonrojado, pero también sonreías y mirabas todo de una forma especial.

Kookie se sonrojo, de acuerdo, sonriéndole suavemente.

—Es cierto, pero eso ¿qué? —preguntó y su ceño fruncido volvió.

—Te veías feliz, alegre, te gustó...—yugyeom se interrumpió, mordiéndose el labio inferior.

"Y tienes la misma mirada cuando ves un vestido o a alguna chica vestida de una forma que creo que te gusta" Desvío la mirada, inseguro.

—Me gustaría que te vistas así más seguido, con vestidos o lo que quieras. Y sea lo que sea que signifique, no te voy a juzgar. Quiero verte más seguido así— Le sonrió y kookie también lo hizo.
—Feliz— Aclaró, aunque no había razón para hacerlo.










Espero osea Guste la Historia.
¡Gracias por Leer!

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