Pijamada

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Dick aun se estaba intentando acostumbrar a su nueva vida, todo había sucedido muy rápido, la muerte de sus padres, la adopción de Bruce, dejar de vivir en el circo y comenzar a vivir en una lujosa mansión, pasar de viajar por el mundo a estar en un lugar fijo, ya no era el chico acrobata, un Grayson volador, el niño de circo que poseía una inmensa libertad.

Eso era pasado.

Ahora su vida se basaba en ser el pupilo de un empresario multimillonario conocido por ser un playboy y un filántropo, aun pensaba que un día abriría sus ojos y se daría cuenta que todo era un sueño y aun vivía en el circo.

Es que en su mente aun no calzaba el giro que había dado su vida, Dick estaba confundido, abrumado y con una tristeza enorme, pero no se permitía mostrar ninguna debilidad ante el resto, ni ante Bruce, ni Alfred, tampoco en su nueva amiga Barbara o el resto de adultos que eran amigos cercanos de Bruce.

Pero había un nuevo amigo que estaba cada vez rompiendo más su coraza y presionando sus puntos sensibles teniéndolo al borde del colapso no deseado en más de una ocasión.

En el poco periodo que llevaba viviendo en la mansión le quedo claro algo, Bruce conoce a mucha gente aunque solo un grupo de personas podía decirse que eran sus amigos, por ejemplo el señor Clark Kent que era el mejor amigo de Bruce y hasta el momento el hombre que más le agradaba de los amigos del empresario, o también la dama Diana Prince que si bien le agradaba su personalidad tan prepotente en algunas circunstancias lo abrumaba un poco, pero ahora era importante resaltar a dos amigos de Bruce, Hal Jordan y Barry Allen, una pareja que frecuentaba la mansión y poseían dos hijos, el menor Bart Allen y el chico que estaba siendo su punto débil, Wally West.

Dick encontraba que su imagen personal no tenía mucho que resaltar, siendo un chico muy típico con lo único llamativo siendo sus azules ojoz, Wally en cambio tenía muchas cosas llamativas, primero que todo era pelirrojo, ya de por si eso le encantaba porque amaba a los pelirrojos porque su cabello se asemejaba mucho a su color favorito que era el naranja, segundo tenía ojos verdes, y no hablamos de ese verde oscuro sino ese verde brillante como el jade, además Wally tenía pecas y piel clara, Dick en cambio tenía una piel más tostada y ni siquiera un misero lunar en su rostro que resultará llamativo.

Simplemente Wally había captado toda su atención desde el primer día donde el pelirrojo entro a la mansión y se presento ante él.

Wally consideraba todo lo que hacia asombroso, desde una simple voltereta a hablar un poco de rumano -su lengua natal- aunque Dick encontrará esas cosas tan simples e irrelevantes, algo cotidiano de su antigua vida. Alababa su astucia e inteligencia, hasta su sentido del humor, y en algún momento más que sentirse feliz por tener un amigo de su edad su animo decayó.

Aunque quisiera no se encontraba del todo bien, eran momentos de alegría junto a Wally pero siempre que el pelirrojo debía que irse una ansiedad lo atacaba al pensar que quizás no volverían a verse, Wally vivía lejos de Gotham, a veces se quedaba un fin de semana completo pero siempre debía que irse recordándole a Dick lo enorme y vacía que era la mansión.

Bruce trabajaba, Alfred no podía siempre estar a su lado haciéndole compañía y mientras aun nivela sus estudios no podía entrar al colegio o pasar más tiempo con Barbara. Se sentía solo en la mansión y que su primer amigo desde el cambio en su vida viviera tan lejos no ayudaba.

Aquí estaba el problema de lo que significaba Wally en su vida.

Y el pelirrojo no era tonto, todo lo contrario, le había mostrado varias veces que era un chico muy avanzado para su edad en ciertas cosas, Wally se había percatado del malestar de su amigo y decidió hacerle una propuesta a sus papás.

Juntos. [BirdFlash] [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora