Rollo peliculero

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Empezaron a caminar y se escucho un frenazo. Escuche el sonido de un maletero y al instante me ataban con algo muy fino, pero sólido, como una brida. Soltaron la mano que me tenia enmudecida y me metieron en el coche.Y ahí me tenéis, maniatada y con un miedo de cagarse, ya que me dijeron que si no quería sufrir más que no Chillára.
Los siguientes 28 minutos los pase en silencio a la espera de que el coche parase en algún semáforo o atasco, y cuando escuchara voces de personas gritar bien fuerte, pero no pasó nada de eso.
Cuando por fin el vehículo paro, dejo paso a un chirriar de puertas metálicas como de reja de algún chalet y continuo unos metros, donde el asfalto dejo paso a un camino de tierra y graba, y el automóvil aminoro la marcha. Se notaban sonidos de caballos, y otros animales de granja.
Ya en el camino había aflojado mi atadura (Una simple brida. Eficaz pero chapucero) que aunque me dejó unas pocas marcas, al maniatarme por delante del abdomen y no por detrás las marcas eran menos agresivas. Del pelo recogí una horquilla.
No esperaba abrir cerraduras con ella, pero bien utilizada seria un arma. Volví a mal ponerme la brida en las muñecas para disimular. De repente el coche freno en seco y me prepare para que me bajaran.
Dos hombres hablaban en voz baja cerca del maletero, entendí que se preparaban según las órdenes que les habían dado. Estaba con tensión por la adrenalina.
Me bajaron del coche y me quitaron la capucha.
- Donde estoy? -dije con un tono tristón para hacerme la víctima. Un poco de paripé que servirá para ablandar sus instintos (no quería que notaran que estaba alerta para cuando se despistaran poder crear una distracción).
Me cogió cada uno de un brazo y me hacían andar tanto a su velocidad como donde querían.
- Hablaras cuando "El Don" lo ordene y solo cuando el lo diga- dijo uno de los 2 secuaces trajeados que me sacaron del coche. Como no se presentaron lo llamaremos "Berenjena" por la nariz tan grande y fea que portaba y "pelo mocho" por las rastas del segundo matón trajeado.
Mientras caminaba pude descubrir que me encontraba en una "Finca o Hacienda" ya que estaba todo rodeado de montañas  y tras la casa parecia estar el mar, aunque no se veía desde mi posición ningún faro, o algo que indicara gente a la que pedir socorro. La casa era mas ancha que larga y en la entrada una redonda de graba y en su centro una fuente, como la de las casas lujosas de America. Frente la redonda, se encontraba la entrada, pero me empujaron hacia el segundo ventanal abierto de la parte izquierda. Un ventanal que era tanto puerta como ventana de la oficina, y al otro lado de la oficina, era una zona para helicópteros.
Todo el complejo era lujoso pero de estilo "cartel Mejicano de películas".
Muchas molestias se habían tomado para traerme hasta el jefe, así que esto tenía que ser algún tipo de error.
Por más que pensé para mis adentros, lo único que barajaba eran mas preguntas que respuestas pero, descarte lo que pensaba que me iban a hacer al principio del rapto.
No tardaron mucho en llevarme a "El Don", que se encontraba en lo que parecía el despacho de su casa, por el ventanal.
Se encontraba sentado en su silla de director y charlaban el y alguien mas.
Frente a su mesa, se encontraba una doctora que le decía a una niña postrada en cama de hospital con ruedas y con aparatos de ritmo cardíaco:
- Lucy, necesita el trasplante con urgencia. Se nos acaba el tiempo.- se giró hacia EL DON y continuó -Usted decide sobre la vida de su hija, pero luego no me reproche que la logia no hizo TODO por usted... - no termino la frase porque cuando giro la cabeza y me vio entrar supo que no era el momento ni las personas que tenían que oír la situación personal del don. Ya con mis compañeros Berenjena y Pelo mocho frente a la mesa conmigo presente el don dijo:
- Viste doctora? Jamas he dudado de la voluntad de los "Ori" ni de la logia. Ellos nos han concedido el sacrificio que necesitábamos.-dijo "El Don" abriendo las manos como si rezara a alguien mientras me miraba con cara de felicidad.
- Lo predispondré todo para la transferencia de mañana- dijo la doctora mientras abandonaba la habitación sin quitarme ojo de encima.
Mientras la doctora se llevaba a la niña con la cama de hospital el imponente jefe del cotarro dijo orgulloso:
- Alicia Celada Fernandez, bienvenida a mi humilde morada- Dijo "El Don"- mi nombre es Don Enrique Salazar, dueño de todo lo que ves.
Me quede un poco ensimismada viendo un cuadro situado sobre "El Don" en el que aparecía junto a el una niña de pelo rubio y tez rosada que no se porque me llamo mucho la atención, ya que parecía la niña de la cama de hospital pero más pequeña y con más color que la blanca niña postrada de la cama.
Salazar se fijó donde miraba y con satisfacción dijo:
- Se nota que tienes predilección por la enseñanza. Ella es mi hija, Lucia, mi angelito. Pronto la conocerás, pero antes te quiero preguntar una cosa, ya que seguro que en tu cabecita no para de rondar una y otra vez la misma pregunta: Quien carajo es el pendejo que tengo enfrente?. Pues para su respuesta primero déjeme preguntarle antes algo. Que es el Sr. Ricardo para usted?
- Uno de mis alumnos de 4B del Instituto? - dije sin tener ni idea de lo que ocurría y, aunque era evidente que me conocían bien, no sabia en el lio que tenia entre manos.
- Alguien me puede contar que esta pasando? Porque no tengo suficiente trato con mis alumnos como para que me secuestren todos los acreedores de los alumnos! -finalice bajando la mirada hacia el Don, un señor voluptuoso que finalizaba el puro que estaba fumando desde antes de entrar yo.
- Pues que lamentablemente acaba de quedar en desempleo, mi querida profesora, y que como tengo una bacante, le informo que será la nueva encargada de velar por la vida de mi hija, Lucy.- dijo riendo mientras me miraba de arriba a bajo relamiéndose los labios el muy cerdo. Se incorporó y se frotó las manos y finalizó:
- Llevadla a su nueva suite. Mañana será un gran día. -finalizó mientras se giraba tras su silla y encendía un nuevo puro de una mesilla con ruedas que portaba una cajita de puros y un juego de vasos con una botella de lo que parecía wiski del caro, como si de una película se tratara.
No acabo de pronunciar la frase y ya me cogían de los brazos mis carceleros y me guiaban fuera de la sala. Me dirigía Pelo Mocho hacia el pasillo central de la vivienda mientras que Berenjena se centraba en el pinganillo, supongo que recogiendo ordenes. El pasillo central daba hacia la entrada, y en frente unas escaleras de mármol de ensueño que subian hasta un segundo piso donde desde el techo colgaba una lampara de araña con infinidad de cristales que me gritaban a pleno pulmón la cantidad de dinero que se necesitaba para pagar todo eso. Sin embargo, mi camino no era subir, sino hacia el sótano, donde al acabar los peldaños una cutre puerta metálica decía "Bodega". Tras cruzarla unos toneles muy grandes que llenaban la estancia acostados y ordenados según su añada,con una luz tenue como de velas pero con electricidad y, al fondo, se veían 3 habitaciones juntas; una enfrente y dos a los lados, como las puertas de un programa de premios, y digo esto porque el gracioso de Berenjena me pregunto:
- Elige una puerta!- dijo mientras Pelo Mocho sacaba unas llaves de su bolsillo del pantalón (Que gracioso el jodido).
Como no respondí rápido Pelo mocho abrió la puerta primera, dejando al descubierto a Ricardo atado de manos. Colgaba (como si lo hubieran torturado interrogándole) en la parte derecha de la habitación y, frente a el, una cama. Antes de meterme dentro de la habitación, berenjena sacó un cuchillo. Cerré uno de los ojos por qué no sabía la intención y me cortó la brida dejándome las manos libres.
Ricardo me miraba fijamente mientras dejaba correr unas lagrimas por sus mejillas mezclándose con la sangre que aun brotaba de los cortes en su cara y sus labios magullados. Me empujaron mientras cerraban la puerta. Ello hizo que me fuera hacia el y lo abrazara. No sabia lo que pasaba, pero al verlo no me hizo falta ninguna palabra mas.
Se aparto la cabeza un poco girando su cara y con lagrimas corriendo por su cara y me pidió perdón.
- Perdóname Alice. Todo esto es por culpa de mi padre y por lo tanto asumo la responsabilidad de sus actos.- dijo entre lagrimas.
- Tonto, no cargues con la culpa de algo que no has echo ni de lejos - dije con una sonrisa entre lágrimas con la esperanza de que lo alentara un poco- si estas lleno de golpes es porque no sabes nada y no han podido conseguir lo que quieren. Me equivoco?- finalize mientras acariciaba con mis dedos su cara para comprender el daño que sostenía.
- Tengo tanta suerte de haberme enamorado de la mujer más lista del mundo- me dijo mientras me sonreía.
- Y tú eres el chiquillo más maduro que he conocido en toda mi vida.- dije buscando sus labios entre tanta sangre. Le limpie un poco la sangre con el puño de la camiseta y lo bese.
Y nos besamos larga y apasionadamente. Y.....

Me convertí en LoliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora