Y ahora os vais a cagar......

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Me desperté logrando una catarsis en mis emociones. Me incorpore sintiéndome tranquila, pero extraña; fuerte pero fría, y lo mas inquietante, pequeña pero hambrienta. Mire mis manos y eran de niña. Mire a mi alrededor y me di cuenta que estaba sobre el altar que antes tenía en frente.
- Que me habéis echo cabrones? -dije con una voz que no reconocía. Toque mi cuello como si buscara un modulador de voz o algo que diera sentido a esa voz. Frente a mí se encontraba el cuerpo de Lucia, mirándome con ojos abiertos como platos desde su camilla. Notaba el latir de su corazón desde su carótida. Continue inspeccionando mis alrededores para situarme con la esperanza de encontrar algo, aunque aún no sabía el qué. A mi derecha la puerta de entrada. A mi izquierda la doctora que, se arrincono hacia la pared con miedo en sus ojos. En el suelo el grabado estaba negro como cuando quemas gasolina y esperas a que se consuma y, detrás mío, llacian 3 cuerpos secos como pasas. Dos de ellos tenían un traje negro y el tercero portaba mi ropa, con el cuello en una posición imposible.
En ese momento lo comprendí casi todo. Yo era la Lucy del altar, el cuerpo que tras algún ritual macabro le debía pertenecer a Lucia, la hija del don. Tanto pensar me dio una sed...... extraña. Necesitaba respuestas, y la cabeza me funcionaba a mil por hora. La persona mas cercana era Lucia, y, como si de un hipnotismo se tratara, me quise acercar hacia ella, pero sin dejar de mirar su cuello. Baje del altar y me pare a su lado. Lucia empezó a llorar ...... de alegría?
Que mosca le pico para hacer eso?
Seguía hipnotizada por el latir de su corazón en su carotida.
- No te preocupes por mi- dijo la voz temblorosa de Lucia que se parecía a la mía.
Me entro un escalofrío y me dolieron los dientes. Los caninos superiores. Luego los inferiores.
- Te perdono y será un honor ser tu primera comida.- dijo mientras sonreía y giro la cabeza hacia el otro lado de la cama, dejando un suculento cuellecito al descubierto con una carotida palpitante e hipnotizante.
No me pude resistir y le hice un chupeton, uno muy extraño, uno que me saciaba, uno que me hizo estremecer como un escalofrío que recorrió todo mi cuerpecito. Mientras sostenía la cabeza inclinada de Lucia con mis manos notaba pequeños espasmos en la niña y su maquina de constantes vitales empezó a pitar con mayor intensidad rápidamente, como si un maratón fuera el ritmo a marcar, hasta que dejo paso a un pitido largo y constante. Paré y asustada me aleje como un niño pequeño que acaba de tirar algo sin querer y sabe que le van a reñir.
Sabia perfectamente que esa maquina era un soporte vital, en el que los pitidos eran pulsaciones, y el pitido largo era que no tenia pulso. Di varios pasos hacia atrás, dándome cuenta que del cuello había dos agujeros por donde salía un hilillo de sangre. Que era? Que demonios pasaba aquí?
Mi inseguridad dio paso a un dolor de cabeza en el que recuerdos que no eran míos fluían. Recuerdos de una madre que nunca tuve y que murió en un accidente. De un padre que nunca fue mío llamado Salazar. Como las noches de soledad de ese hombre dieron paso a noches de terror para Lucia. Noches en las que la hacia suya de mil maneras distintas noche tras noche en la sala numero 2. De una Lucía enferma por culpa de ese cerdo. De la promesa que le hizo el cerdo de Salazar a Lucía de que volvería a estar sana y jamas enfermaria; la cual la niña no quería por razones obvias. De mi llegada desde sus ojos. De saber que su padre me había violado recientemente. De que lo próximo que necesitaria eran los conocimientos que poseía la doctora. Todo ello como un Flash-Back.
Ella tenia las respuestas y, mi sed, ya había sido saciada de momento.
Me gire hacia la doctora, que seguía acurrucada con miedo mientras más me mirara. Mientras me dirigía hacia ella me limpie la sangre de mis labios y le dije:
- Doctora, tu y yo tenemos una charla pendiente.
Caminando hacia ella senti el relieve, caliente aún, del símbolo que estaba marcado en el suelo en mis desnudos pies. Sentí que Mis caninos volvieron a su posición original y, parecía que se lo mostraba a la doctora cómo muestra de mi poder. Empezaba a sentirme más ligera. También sentí que todas mis emociones estaban Magnificadas: Mi ira era iracunda o Mi rabia era mas bien cólera.
- No me mates, solo cumplía ordenes!!!
No tengo nada contra ti!!!- dijo cerrando fuerte los ojos y tapándose el cuello con las manos. Su miedo era más que evidente.
- Desembucha, o serás mi tentempié.- dije intentando no reírme, ya que no sabia porque iba a tener miedo de una niña.
- No bromees conmigo. Te lo contare todo, pero reprime tu sed. Te has bebido 4 litros de sangre en 12 segundos.- dijo temblorosa entre asustada y sorprendida.
- Primero dime tu nombre. No seria adecuado hablar contigo sin que nos presentaramos- dije yo pensando que 4 litros en 12 segundos era una exageración- Yo soy....- dude un poco, ya que tenia mucha información de Lucy.- ....soy Alice.
- Yo me llamo Angela- dijo la doctora- Alice, te contare lo que te ha pasado.

Me convertí en LoliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora