Cap.3- Empieza la convivencia y... ¿ya hay problemas?

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Muajajajaja aquí estoy de nuevo con el cap.3 n.n Espero que os guste (=^w^=)

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Los mayores estaban sentados en el sofá del salón, esperando por los dos hermanos dado que ese día debían mudarse a los departamentos en los cuales convivirían entre ellos.

-No me esperaba que aquello fuera una prueba.- confesó suspirando Daemon reposando la cabeza en el respaldo del sillón.

-Ni yo... la verdad es que no lo parecía.- confirmó el de ojos bicolor.

-Yo si lo sabía.- dijo como si nada el moreno que se encontraba bebiendo una taza de té con gran tranquilidad.

-¿Como que tú ya lo sabías?- le preguntó amenazadoramente Mukuro mirándo al de ojos metálicos con el ceño fruncido.

Todos dirigieron su vista hacia el moreno, esperando una respuesta. Este solo suspiró y después de dejar la taza sobre la pequeña mesita de comedor se dispuso a contestar.

-Básicamente es que cuando conocí a Tsunayoshi en la fiesta, él se encargó de lavarme la camisa que había manchado. Así que cuando encogieron aquellas ropas se me hizo raro. Supongo que es ahí cuando comencé a sospechar.- respondió con voz monótona sin ganas de elaborar más en su respuesta.

El ilusionista tenía bastantes ganas de matarle por que no creía que estando ambos a solas en una habitación no pasara algo más y que de seguro no había contado, pero simplemente no dijo nada pues tampoco debía empezar una discusión, no teniendo en cuenta que podría perder puntos con el lindo castaño. El silencio volvió a envolverles pues cada uno de ellos estaba rememorando los encuentros que tuvieron con ambos jóvenes.

Mientras ellos esperaban y conversaban en el salón, los dos hermanos estaban muy agobiados haciendo las maletas. Realmente agobiado pues no encontraban forma alguna de meter todo lo que necesitarían en las pocas que les habían proporcionado. Sabían que no se mudaban para toda la vida, pero todo lo que deseaban empacar seguía ocupando una cantidad de espacio considerable.

-Mooo... ¿como es posible que no entren todas las cosas?- exclamó el rubio frustrado mientras hacía fuerza sentado sobre la maleta para cerrarla.

-Si no la hubieras llenado tanto.- se quejó el menor haciendo todo lo posible por ayudar a su hermano a cerrarla.

-No eres quién para quejarte que con las tuyas pasó exactamente lo mismo.- le dijo secamente, haciendo que el ojimiel se sonrojara.

-Vale... ya lo he entendido.- murmuró muy bajito y algo avergonzado pues ciertamente aquella misma situación se dio cuando hicieron su propio equipaje.

Cuando por fin lo consiguieron, miraron a su alrededor pensando en si se habían dejado algo. Una vez lo comprobaron, salieron de la habitación con las maletas en mano, pero al llegar a las escaleras el de ojos color miel tropezó y cayó llevándose consigo a su hermano.

-¡Waaaaaaahhhh!- gritaron ambos mientras caían ocasionando que el fuerte estruendo llamara la atención de los hombres en la sala quienes se apresuraron a llegar al lugar solo para ver al castaño sobre el rubio, en una posición un tanto peculiar. La situación era tan bizarra que los mayores no sabían si reír o correr preocupados a ayudarles.

-It-itte...- dijo el menor de los hermano quien se sobaba la espalda adolorido por el golpe.

-Tsu-chan... pesas.- se quejó casi sin aire el rubio mirándole con espirales en los ojos

-Go-gomen...- contestó levantándose rápidamente, preocupado por su hermano.

Alaude ayudó al rubio a que se levantara, mientras Daemon junto a los otros dos jóvenes bajaron todas las maletas que se habían quedado arriba, aunque un par de ellas cayeron al mismo tiempo que los menores y estos agradecieron a todos los dioses el hecho que no se hubiesen vuelto a abrir por que estaba claro que no serían capaces de lograr cerrarlas otra vez.

Por una competición conocí al amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora