Buenos días

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Por segunda vez en el día, él tenía que pasar frente al guardia de seguridad. Ambos se habían dado los buenos días, mas no se interesaban el uno al otro.

Él decidió sacar su celular y avanzar, mientras el guardia hacía como que revisaba algo. Ambos fingieron no percatarse de la presencia del otro. Pero la curiosidad de saber si el otro ya se había alejado fue mayor y, así sin más, se vieron. Ambos sonrieron y levantaron la barbilla por un segundo. Él, sin motivo alguno, desde ese día evitó ese camino.

Conversaciones del día a díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora