-¿Enserio? -Preguntó la compañera seriamente.
-Ni máscaras. -Dijo él moviendo la cabeza de lado a lado y dejando unos estados financieros en el escritorio.
Ella tomó los papeles y, después de enviar un correo electrónico, contestó:
-Pues a ver cómo le hago para que a mi mamá nunca se le olvide tomarse las pastillas.