shine.

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"soy un perdedor que te ama"


Chaeyoung tenía expresiones que eran fáciles de interpretar, podías saber cuando estaba enojada por la manera en la que sus ojos te atravesaban y como tenía la quijada tenía, o si estaba extremadamente feliz lamía constantemente sus labios y su sonrisa aparecía cada dos minutos, especialmente sus ojos se achicaban más, incluso la gente sabía cuando mentía. Era muy expresiva, y eso podía ser uno de sus defectos, todos sabían que algo le ocurría, cuando a veces ella no quería demostrarlo.

Pero si definitivamente tenía algo oculto para ella misma, no lo decía, y podríamos pasar meses sin saberlo. Quizás es porque era algo vergonzoso, algo ilegal o simplemente no quería que alguien más tuviera conocimientos, aunque en ocasiones no aguantaba y lo contaba, porque ella lo consideraba algo muy genial. Podría encontrar un extraterrestre y podría ocultarlo perfectamente, y sólo por el hecho de que ella fue la primera se lo diría a alguien más. Aún así, era confiable, tenía bajo resguardo los secretos de medio mundo, y muy pocos los de ella.

Momo fue clasificada inmediatamente como una de las cosas que nadie podría saber, ni sus amigos, y absolutamente menos su familia. No tiene nada de malo, después de todo es libre de elegir quien le gusta, bueno, no del todo, pero no es incorrecto; pero lo hacía por protocolo, si nadie lo sabía, se evitaría muchas cosas.

Una ocasión en la que sus parientes se habían reunido, Chaeyoung llegaba de salir con Jaebum, un chico que había conocido por ser amigo de Tzuyu. Al entrar todos automáticamente comenzaron con sus bromas que no tiene novio, sus virginales labios y que si le podían presentar a quien sea.

—No llores Chaeng—dijo su primo, acariciando su cabeza—algún día tendrás a alguien, quien sea.

Ella hizo su carita de cachorro triste, y rió falsamente ante esas extremadamente cómicas bromas, pero se alarmó cuando miró por la ventana a Jaebum afuera de la puerta a punto de tocar el timbre, hizo señas tratando de alejarlo.

Sí, ¿qué harían si conocieran sobre su reciente enamoramiento? La tratarían como ingenua y desesperada. Mejor no.

Durante ese día se mostró tranquila, reía, comía mucho, platicaba con su grupo. Salían a comer, regresaban, se sentaban, hablaban de tonterías, iban a clase, lo más emocionante es que iban al billar, ahora imaginen eso por varios días. Semanas quizás, tanto que ya había dominado los nuevos temas de matemáticas y había usado sus faltas para biología del semestre. Veía a Jeongyeon, claro, y escasas veces a Momo, ¿a dónde iba? A la castaña no se la había ocurrido platicarle sobre sus hacia su mejor amiga, ella se burlaría y le recomendaría que mejor no lo intentara. Cuando Jeongyeon platicaba sobre su día Chaeyoung la escuchaba como si fuese la historia más interesante, Indiana Jones se quedaba terriblemente corto, y su inteligente manera de verse tranquila cuando mencionaba a Momo era decir "ah, que chido" y ya. Sí Chaeyoung, sí.

Todo considerablemente en orden.

Se encontraba con sus amigos en los jardines de la escuela, recostados. Jackson, Seungwan, Jimin y Yerim jugaban uno, Hoseok y Tzuyu estaban dormidos junto a ella, que sólo miraba el cielo, el resto de las personas que estaban sentadas ahí con ellos no eran de relevancia, sus amigos más cercanos eran ellos, los que salvaría de cualquier catástrofe, con los que podía reírse de cualquier idiotez, que si uno se hundía se hundían todos, e igualmente se levantaban. Si eran tan especiales, ¿por qué no podía contarles sobre que le gustaba Momo?

Sintió su celular vibrar, ¿un mensaje de UNONoticias? No, era de Mina. Sonrió al verlo, "¿tienes libre?" miró a su al rededor, hacer nada con ella o quedarse haciendo nada. Instantáneamente tomó sus cosas, le avisó a Jackson que se iría pero nadie la escuchó, menos preguntaron. Sabían a donde iba.

Caminó por el pasillo central, vería a Mina fuera del teatro cercano a la salida. Muchos alumnos caminaban por ahí, a un paso extremadamente lento. Frente a ella pasó caminando, con la misma calma y tranquilidad que los demás, iba sola, su cara seria y atuendo desordenado, se dirigió a un salón de puerta oscura donde se reunían algunos alumnos, y no la vio más.

Como si fuese sedada, un sueño increíble adoptó su cuerpo, se sentía más ligera y lenta como el resto. Sólo la había visto, ni siquiera Momo la notó, y una sonrisa estúpida se dibujó en su rostro al pensar lo tierna que se veía con esa gran sudadera rosa, y sus lentes resbalando de su nariz.

Corrió en cuanto vio a Mina sentada en el suelo afuera del teatro, que se encontraba cerrado, por un momento había olvidado la razón por la que se dirigía hacia allá.

—Hola Minar—dijo Chaeyoung, soltó inevitablemente una risa, la mayor la miró confundida.

—Espero no ser la primera en notar lo bonita que te ves hoy—se acercó a ella y besó sus labios y se separó rápidamente, volviendo a sentarse esperando a que la acompañara.—y también espero que estés tan sonriente por mí.

—Pues...

—¿Mhmm?

—Nada, nada, me gusta estar contigo aunque sea un momento—se recargó en el hombro de Mina, tocó sus propias mejillas esperando que no estuvieran tan calientes.

Mina hablaba sobre una anécdota que probablemente Chaeyoung ya había escuchado y no pudo concentrarse, se reía cuando le contaba las estupideces que Nayeon había hecho, o si contaba sobre sus clases, incluso sobre otras chicas en frente de ella. Su mente no estaba ahí.

Mina la miró molesta, había notado como su atención no estaba en ella. Decidió usar uno de sus inigualables y leales recursos, de un momento a otro tomó las mejillas de Chaeyoung, empujándola contra uno de los pilares en los que estaban recargadas, aquel beso era más feroz y hambriento que el primero, aparentemente ella le seguía el ritmo, sonrió.

—¿Entonces no entraste a inglés hoy?—fue lo único que dijo al separarse, suspiró enojada.

—Tengo que irme—Mina se levantó, tomó su mochila y esperó a que Chaeyoung se levantara.

—Bien, ¿te veo mañana?

—No lo creo—se agachó y nuevamente besó a la menor, sin decir más caminó hacia la salida de la escuela, y Chaeyoung se quedó ahí sentada pensando.

Analizó la situación, literalmente se desconectó del mundo y de Mina por haber visto a Momo menos de ocho segundos. ¿Tan grave estaba?

Soltó un suspiro, y sonrió mientras miraba el cielo ya teñido de morado y azul oscuro, estas nuevas emociones le agradaban más de lo que esperaba.

amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora