Cortando nuestro rojo hilo

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Cuando era pequeña, muy pequeña leí un libro viejo sobre una leyenda china. Hablaba sobre una coneccion invisible y absoluta que todos teniamos con siertas personas "amor predestinado" pensé en aquel entonces. Pero ahora el rojo vivo de la ira no logra quemar la linea rojo pasion que no debería existir; mi hilo rojo

Desde el comienzo

Lo conocí en una fiesta en la casa de alguien que en realidad no conocía. Comencé a bailar con alguno de los invitados mientras bebia algo que no sabía bien que era, mientras bailaba noté que un imbecil no me quitaba los ojos de ensima, así que en cuanto me terminé de tomar el liquido rojizo me le acerqué.

-¿te molestá mi cara? - pregunté agresivamente mientras aun caminaba hacía él

-para serte sincero me gusta muchisimo - respondió con ligeresa y superioridad - ¿te gusta la mia?

era atractivo, demaciado para sentirme comoda mirandolo directamente a los ojos. No era un dios, pero era lo que mas se le pareciese en cuanto belleza respecta que yo conocía hasta entonces y que no he vuelto a conocer.

-¿que quieres? - volví a preguntar sin responder su pregunta

-¿bailas? - se acercó sin aviso ofreciendo su mano.

-puede ser.

entonces pasé por su lado mirando de reojo para indicarle que me siguiera, pasamos al otro lado de la casa donde había aun mas gente y bailamos energicamente acercandonos cada vez mas y mas, hasta que nuestros cuerpos se fusionaron y eramos un solo ser moviendose al compas de la musica. bailaba estupendamente, tenia buen cuerpo ademas, cabello castaño obscuro y ojos penetrantes, pero lo que mas me gustaba eran sus labios, carnosos y formados en una curva que deseaba cada vez mas deliniar con mis labios. se detubo en seco para alzar la vista y sonreir notoriamente mientras examinó mi mirada solo en un istante y de reojo.

-sigueme - susurro a mi oido mientras ya se movia

escaleras arriba, a nadie parecio inportarle que nos escabulliamos por una de las puertas de la casa, mas bien, parecian ser comprensivos. la habitacion contaba con una cama amplia, un valcon pequeño donde había un sitial negro, había tambien un mueble al lado de la cama con una lampara y en una esquina un armario grande y espacioso.

-esperame - su voz sonaba mas calma, segura y grabe.

fue solo entonces que noté la puerta por la que él pasó, era un baño de apariencia acogedora.

-no crees que le molestará al dueño de casa que estemos usmeando y ademas usando sus habitaciones

-no, él está de acuerdo con que ocupemos las piezas, esta es la unica abierta ademas, las otras estan con llave.

-¿como estas tan seguro? - pregunté un tanto molesta

-estas con el dueño de casa

me sonrojé tanto que me voltee por si salia del baño para que no me viera, era por eso que me miraba tanto, yo no fui invitada, era su fiesta y yo estaba de colada. salió del baño.

-ponte comoda no es necesario que estes allí de pie toda la noche - me invitó a sentar, me senté en su cama - ¿muy a menudo te colas en fiestas sin invitacion?

-no, solo lo normal, ya sabes...

-admitelo - exigió sin vacilar

mis ojos se abrieron de par en par y me quedé sin palabras a la espera de la continuacionde su exigencia, pero no hubo nada. ¿admitir que? ¿que debí pedir permiso, que debi ser mas amable con él abajo?

-¿que? - pregunté ya que él no se dignó a continuar

-que te paresco atractivo - su voz era neutra, no presuntuosa ni arrogante, solo una afirmacion sin malas intenciones.

-puede ser - intenté sonar lo mas relajada posible - pero no era yo la que no te quitaba los ojos.

-te veias muy bien bailando - su voz se volvió mas suave - eres realmente hermosa.

entonces se acercó y una parte de mi me indicó que debía salir corriendo. no es la primera vez que te das el tiro con alguien que a penas conoces. me dije a mi misma, así que deje que se acercara mas y mas, primero nuestros labios. nos besamos desenfrenadamente dando vuelcos en la cama y sentí sus labios, tan suaves y salvajes como pense que serían. se quitó su camiseta y luego me quitó mi blusa con calma. continuó con sus labios gruesos bajando, entre mis pechos, en mis costillas, mi vientre, y allí se detubo.

-¿estas segura de esto? - preguntó en algo que sonó como un ronroneo grabe y viril

entonces en respuesta a su pregunta desabroche el boton de mis jeans. lo siguiente fue un caos de nuestros cuerpos bailando al compas de una nueva musica, la de nuestra respiracion entrecortada y jadeante, de nuestros gemidos y deseos. Mi experiencia con los hombres era vasta y rica en anecdotas y en gustos, pero con esté maldito del cual ni si quiera sabía nombre fue diferente, no solo me sentía llena fisicamente, había algo maravilloso en este hombre en particular, como una coneccion intima que se podía sentir mas allá del cuerpo. Finalmente mi cuerpo reposó por ultima vez sobre el suyo mientras yo soltaba un involuntario ruido sordo y sentía como corria su sexo por mi interior. Mierda. pensé de prontó, no usamos ningun preservatibo, me sentí tan tonta e ingenua. me quedé quieta por un minuto sobre su cuerpo, apoyando mi cabeza en su pecho mientras sentía como acariciaba mi cabello que ahora estaba todo enmarañano.

-Erick - dijo despacio pero claramente.

-Amanda - respondí mientras lebantaba mi cabeza para robar otro beso de esos labios que tanto me enloquecian.

Cortando nuestro rojo hiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora