Las caras de la luna

Ella

Suena el despertador, son las 7 de la mañana y me levanto como un resorte. Me preparo rápidamente y desayuno para ir a clase. Tendría que darles explicaciones más tarde a Steven y a Mía de por qué no había asistido. Me pongo nervioso cuando veo el instituto a lo lejos. De repente me recorre un escalofrío en la espalda. Algo no va bien, lo presiento.

Entro en el instituto y subo a mi clase, esperando encontrarme a mis dos amigos.

- Buenos días Sara, -le pregunto a una de mis compañeras- ¿has visto a Mía o a Steven?

- No, creo que aún no han llegado, estaban preocupados por ti ayer. Tendrás que darles explicaciones.

Me siento y les espero. De repente suena el timbre de inicio de clases y me empiezo a preocupar. Van transcurriendo las horas y ni rastro de ellos. Cada vez me siento más nervioso cuando, de pronto, viene corriendo un chico a nuestra clase.

- ¿Está aquí Jack? -pregunta sin aliento-.

- Sí, soy yo. -me levanto y me acerco a él- ¿Pasa algo?

- Me temo que sí. -se para antes de continuar- He visto a unos encapuchados llevarse a dos personas, que por lo que creo son tus amigos.

- No...Mía, Steven...¿por dónde fueron los encapuchados? -le pregunto-.

- Iban en dirección a la antigua fábrica -co testa-.

- Muchas gracias. -salgo corriendo del instituto-.

Exhausto me dejo caer para descansar un poco mientras pienso cómo voy a salvar a mis amigos.

- Hola, lobo. -de repente me sobresalta una voz y miro hacia el árbol-.

Era una chica de piel pálida y pelo anaranjado. Vestía totalmente de negro. Nunca había visto una chica tan bella. Pero, un momento...¿me había llamado lobo?.

- ¿Quién eres? -le pregunto desconfiado-.

- Me llamo Katerine, -me mira con sus ojos oscuros- te estaba buscando, lobo.

- Yo...no soy un lobo. -intento despistarla- Creo que te equivocas de persona

Doy unos pasos hacia atrás, pero ella salta desde la rama y me impide escapar.

-  ¿Qué quieres de mí? -la miro a los ojos...esos ojos-.

- Quiero...ayudarte, Jack.