~Capítulo dos~

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Me faltaba el aire, se me estaba nublando la vista y una frenesí de sentimientos pasaban por mi cabeza: intriga, curiosidad, rabia? Este chico me hacía sentir algo que nunca nadie me hacía sentir, y lo odiaba por eso. Estaba muy cerca de mí.

-Hola.. Dijo con esa sonrisa que me ponía los vellos de punta

-Hola.. Dije algo condescendiente

-Cómo te llamas?

-Sam.. Amm.., dije, no podía decir mi nombre no podía decir nada, las palabras no conseguían salir de mi boca y un calor ardiente me recorría las mejillas

-Es complicado? Preguntó confundido e indiferente

-No, mi nombre es Samantha. Dije sin darle importancia. Y tu eres..?

-Sonrío cómo si hubiera estado esperando esa pregunta. Nat Wolff

-Traté de imitar su sonrisa para darle a entender que no me causaba gracia. Así que eres mi nuevo ayudante?

-Al parecer sí. Me dijo con una sonrisa torcida

-Levanté una ceja y sonreí cómo él lo hizo

Luego de que pasara una hora, estábamos sentados al lado en la computadora en completo silencio.. Esto se estaba tornando incómodo.

En eso entra una chica rubia de anchas caderas y ojos café oscuro. Seguramente conocía a Nat

-Hola cariño, dijo ella

-Hola.. Dijo el un poco incómodo

-Me ayudas a encontrar.. Emm.. Un libro?

-Claro. Dijo sonriendo de oreja a oreja. Se levantó y se fue

Yo sólo me quedé estática con una mezcla de asombro, decepción y lo más importante.. Rabia

Me programé para escuchar música ya que la biblioteca estaba sola a excepción de Nat y la chica. Al cabo de cinco minutos escuché ruidos cómo si dos personas estuvieran besándose y risas, me dispuse a no prestar atención pero luego el ruido aumentó, se escuchaban pequeños gemidos que venían de la sección de ficción. La verdad no quería ir, no sabía que podía encontrar ahí, pero me armé de valor y fui.

Cuando llegué vi a Nat y a la chica a lo lejos besuqueándose el tenía la mano metida dentro de la mini falda rosa de la chica me dio algo de rabia, pero empecé a preguntarme si eso se sentirá bien. Reaccioné.

-D.. Disculpa.. No pueden hacer eso en la biblioteca. Dije notablemente nerviosa

-La chica se rió y me miró de arriba a abajo. Claro, dijo. Tal vez es porque cómo tú no enamoras ni al vagabundo que pide dinero cerca de aquí.. Ahora sal de aquí, esqueleto.

Me quedé estupefacta, mirándola, el chico estaba mirándome con cara de: Dile algo, defiéndete

-Por qué no eres más cómo yo? Dijo la chica tocándose el cabello

-Odio que me digan que debo hacer así que me sólo respiré. Simple, no soy cómo tú porque no soy una zorra.

Se quedó estupefacta, no sabía que hacer, me miraba con demasiada ira. Iba a decir algo pero en eso Nat dijo:

-Chicas, ya basta. Giselle, por favor sal, tal vez te llame en la noche

-TAL VEZ?!, la chica enloqueció

-El con total tranquilidad dijo, si, tal vez, adiós

La chica salió casi a rastras, pero cuando oí la gigantesca puerta de la biblioteca cerrarse con un ruido ensordecedor me dijo:

-Disculpa por eso

-No es nada, dije

-Cuéntame tu historia, me dijo por fin

-Qué?, puedes ser peligroso, podrías secuestrarme, le dije riendo

-Claro, soy un secuestrador, dijo sonriendo

-Bien, bueno mi historia, nací un veintiséis de enero de mil novecientos noventa y siete en California y..

-Me interrumpió.. Fantástico! Una chica de la costa!

-Me reí, luego me mudé a los seis años acá, mis padres viajan mucho y nunca están en casa, mis tres hermanas, Rachel, Anne y Christina viven en Nueva York. Me mudé sola a los dieciséis y tengo un lobo siberiano llamado Bluie, sí, mi perro se llamaba algo parecido a azul en inglés pero no se ilusionen, no tengo un pero azul, cuando mi hermana me lo dio (hacía ya un año) venía en una caja azul, cuando lo tuve en mis manos, mi hermana me preguntó cuál era su nombre, entonces cómo no tenía nada dije Bluie y así se quedó. Concluí diciendo, creo que es todo

-Fantástico, me dijo, interesante historia

-Gracias, dije

Nos quedamos hablando toda la tarde, hablamos sobre cualquier cosa, en ese momento me miraba, fijamente sonriendo, y no pude contener la risa.

-Sería una locura si te digo que eres la mujer más hermosa que vi en mi vida y quisiera invitarte a un lugar especial?

-Arqueé las cejas me quedé sorprendida, pero imperturbable, respiré sonoramente y finalmente dije. Sería una locura si dijera que sí?

Un verano entre risas y lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora