Decisiones

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Desperté en una habitación, atada de pies y manos. Feng estaba a mi lado también atada y con una venda en los ojos. Aún no podía creerme lo de Priscila...

Sebastian entró en la habitación y dijo:

- Nos has ayudado a traer a Feng, y ahora ya no eres de mucha utilidad aquí. Podríamos soltarte pero... ¿Qué conseguiríamos con eso?. O podrímos matarte... Pero aún no. Tenemos planes para tí.

Sebastian salió de la habitación y entraron Meryl y Priscila.

-¿Como has podido?... ¿Por qué?. -pregunté a Priscila.

No te lo tomes como algo personal. Solo obedezco ordenes.- respondió Priscila.

-No tienes por qué contestar a este montón de mierda. -dijo Meryl refiriéndose a mí.- Aquí las preguntas las hacemos nosotros. Limítate solo a contestar.

Oí como uno de los hombres de Sebastián llegó fuera de la habitación diciendo:

Señor. Tengo lo que me pediste que buscara en la torre de Feng. Sus notas, el manuscrito y una caja marrón muy bien cuidada.

Cuando Meryl oyó que trajo el manuscrito, salió rápidamente seguido de Priscila.

-¿Que será ese manuscrito que llamó tanto la atención de Meryl?. -me pregunté

Volvieron a entrar pero esta vez con Sebastian y con lo que parecía ser el manuscrito en su mano.

Aver bonita, necesito que leas este manuscrito. Está en latín y como habrás supuesto, no sabemos leer latín. Pero algo me dice que tu si.

Me mostró el manuscrito y estaba todo en latín. Apenas podía leer palabras sueltas. Pero no podía leerlo todo.

Ponía algo de "redire ad saeculum" que quería decir "Volver al mundo".

Algo me decía que no era buena idea leerles el manuscrito. Algo me hacia suponer de que querían volver a mi mundo.

También llegué a leer algo de abrir un portal. Efectivamente, querían volver a mi mundo mediante un portal.

Decidí no leerles nada y hacer como que me encontraba mal.

-No puedo leerlo, me encuentro mal. Necesito descansar un poco. La cabeza me dá vueltas.

Sebastian, con aspecto serio, cerró el manuscrito y salió de la habitación.

-Mas te vale leerlo si no quieres sufrir las consecuencias. -dijo Meryl.

Salieron todos de la habitación y empecé a reflexionar. No podía permitir que fuesen a mi mundo. Sería el caos mundial.

Feng estaba a mi lado, y no paraba de llorar.

Al cabo de 1 hora, Sebastian y uno de sus hombres entró a la habitación.

- Espero que hayas descansado, porque vas a leerme esto si o si. Así que empieza a leerlo ¡YA!.

El grito casi me tira de la silla.

No estaba dispuesta a leerlo. Y estaba dispuesta a aguantar todo lo que me hiciese.

- Muy bien, no quieres leerlo.- dijo Sebastian.

Miró a hombre que entró con él y le hizo un gesto con la cabeza.

El hombre se fué para Feng, la agarró fuertemente del pelo, y encañonó la cabeza de Feng con su arma.

- No quiero juegos, o lo lees, o tu amiga muere. -dijo Sebastian.

Necronomicon. El poder del libro malditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora