No se sentía con ánimos para hacer nada. Ni para trabajar o simplemente usar el celular para ver alguna ridiculez nueva que este de moda. No tenia ningún ápice de querer mover algún músculo para realizar acción alguna. Sus ganas de querer hacer algo por su maldita vida se habían fugado cuando JiMin, la única razón que tenia para levantarse cada día de su cómoda cama, se había marchado de su vida. Sin explicación alguna o aunque sea una despedida decente. Nada. Había veces que pensaba que todo era su culpa, que si por lo menos esa noche tan especial para ambos hubiera dejado de ser tan cretino con el. Si tan solo tuviera otra oportunidad para ver esos ojos caramelo, expresar todo lo que tiene atorado en el pecho desde hace un año, quizá dejaría de ser tan miserable como ahora.
Otra vez su maldito teléfono empezó a sonar, y esta vez juraría que si era el mismo imbécil que le quiso jugar una broma iba a mandarlo a la mierda, donde creía que merecía estar ese hijo de puta.
— ¿Quién mierda es? — respondió sin ganas de esconder toda la ira que estaba teniendo en esos momentos.
— Siempre tan malhumorado, ¿No podes ser un poco más alegre? — dijo la voz detrás de la línea.
— ¿Y vos no podes dejar de ser tan pesado, NamJoon?
— Vos y yo sabemos perfectamente que eso es imposible. Ahora deja de ser un vago de mierda y apurate que SeokJin te esta esperando.
Respondió con un gruñido de frustración y cortó la llamada. Así de comunicativas eran las charlas por teléfono con NamJoon.
El realmente no tenia ganas de asistir a la reunión que había organizado su excéntrico amigo, pero estaba harto de los regaños por parte de la pareja de novios que siempre se quejaban de lo mismo: que el no salia de su casa, a no ser que tenga que comprar sus alimentos de cada día; que el ni siquiera le ponía orden a su hogar a pesar de que el pase todo su día dentro; y la cereza del pastel, que el todavía no lograse superar a JiMin. Eso no lo haría aunque Kurt Cobain bajase del cielo y le pidiera que se olvide de el.
Así que, con todas las fuerzas que podían soportar su cansado cuerpo, tomo la primera remera que encontró en el piso. Esta era una remera crema con un estampado de la frase más trillada de todas, pero lo bueno era que esa remera estaba limpia por lo cual ni siquiera se molesto en buscar otra más decente. También agarro el primer pantalón que encontró tirado entre los diversos rincones de su casa, que era un pantalón rasgado negro con una cadena colgada en el lado izquierdo, uno de sus pantalones favoritos si le preguntaban.
Salio de su casa con sus auriculares puestos para ignorar toda presencia humana desagradable, solo concentrándose en su camino y en su playlist. La verdad que el camino hacia la casa de SeokJin no era tan largo pero tampoco tan corto. Su casa quedaba como a unas dieciséis cuadras de la suya, una larga caminata que le ayudaba a pensar siempre que se dirigía a la casa de uno de sus preciados amigos.
Ya cuando estaba tan solo a unas cinco cuadras de llegar a su destino, sintió que algo le estaba incomodando detrás suyo; como si tuviera algo muy molesto en la espalda. Con el ceño fruncido se dio vuelta, para observar lo que había detrás suyo, pero como en todas las películas de terror termino dándose cuenta que no había nada y que todo era producto de su imaginación paranoica. Se dio vuelta para continuar su camino completamente consternado por lo que acababa de pasar, cosa que al cabo de unos segundos terminó olvidando porque el ya yacía en la entrada del hogar de la pareja.
Se saco sus auriculares y toco la puerta dos veces. No escucho nada. Toco otras dos veces y nada, pero esta vez la puerta se abrió sola como por arte de magia. El miedo le empezó a subir por la columna, imaginándose lo peor. Se adentro a los aposentos de manera sigilosa, como si no quisiera ser descubierto por un tercero, que según él, era el que en su mente imaginativa había cometido algo en contra de sus amigos. Fue hacia la sala, esperando ver a alguien allí, pero nada. Cada paso que daba aumentaba su palpitar y la ansiedad empezaba a crecer como una bola de nieve en una montaña boca a bajo. Lentamente, pero luego la velocidad aumenta y es allí es donde se pierde el control.
Como último intento fue donde estaba la cocina, llevándose una sorpresa que le había hecho llevarse la mano a la boca para disminuir el asombro.
— ¡Sorpresa Yoon! — gritaron ambos en unisono.
El alma del recién nombrado volvió a su cuerpo, donde debía estar siempre.
— Dios, casi me matan del susto, imbéciles. — dijo con su característico tono malhumorado.
— Perdón, nos olvidamos que tu corazón no tiene el funcionamiento regular de siempre porque estas viejo.
La pareja estallo en risas ante el comentario de NamJoon, pero YoonGi solo se mantenía con el ceño fruncido como siempre. Bueno, en realidad si le había causado un poco de risa pero no lo quería admitir. Tiene una gran reputación y no quería ensuciarla por haberse reído de un chiste insulso, encima contado por otra persona insulsa como NamJoon.
Luego de haberse reído por unos largos segundos, los noviecitos insoportables pusieron la típica cara de regaño. La cara que más odiaba Min.
— ¿Por qué llegaste tarde, bobo? Te esperamos hace veinte minutos y mientras estábamos esperando organizamos esta fiesta sorpresa. — pronuncio exasperado SeokJin.
— Es que me estaba decidiendo entre venir o no. No me culpen por ser un asocial de mierda que lo único que piensa es en que posición se va a deprimir en la cama cada día de la semana.
— Yoon, ya te dijimos que si te sentías así podías venir a casa. Siempre tenemos las puertas abiertas para vos. -Nam puso esos ojos de consuelo que transmitían tranquilidad y calma a todo el que los viese.
— Pero Nam, tu casa esta lejos.
— ¡Son dieciséis cuadras, pajero! Levanta un poco tu culo y vení a visitarnos más seguido. O sino vamos a tener que sacarte a la fuerza como la última vez.
Nunca se olvidaría la horrorosa experiencia que fue ser llevado a la fuerza por un par de gigantes como SeokJin y NamJoon, que encima le habían obligado a ir al cine con ellos con su pijama puesto. Todo el mundo se detenía a ver el atuendo espantoso de YoonGi que estaba cubierto de comida seca y líquidos que el ni siquiera tenía conocimiento. La paso tan mal ese día que de tan solo recordarlo su cabeza se movió de un lado a otro tratando de borrar los recuerdos de un nene burlándose de su vestimenta mientras los que se encontraban a su alrededor se reían de los comentarios del monstruoso mocoso de ocho años. Un momento bochornoso que Min quería borrar de su cabeza de todas las maneras posibles.
— Bien, bien. Prometo venir... Pero ahora comamos la torta que hicieron porque tengo hambre.
Los tres se sentaron en los sofás de la sala de estar para disfrutar de la rica porción de torta que tenía cada uno. Mientras comían, contaban chistes y anécdotas vergonzosas que hacían reír a todos los presentes en la sala. Una tarde bastante confortante para el muchacho pelirubio.
No supo cuando, pero mientras degustaba el bocado de torta que se había llevado a los labios noto algo. Noto que la torta era de chocolate con nueces, la combinación favorita de JiMin. Se pregunto si en ese lugar donde se encontrase el estaría degustando también una torta de chocolate con nueces... O quizás estuviera mirando la televisión y al mismo tiempo las carcajadas salieran de esos abultados labios por alguna tontería dicha por alguno de los Simpsons, el programa favorito de Park. Sin querer ante ese pensamiento una sonrisa llena de anhelo se posiciono en sus labios. Lo único que deseaba es que en cualquier lugar donde este el estuviera sano y a salvo. También deseaba verlo por última vez para pronunciar las palabras que anteriormente no se atrevió a decir por culpa de su cobardía. Solo deseaba verlo, aunque sea una vez.
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THE ROOM ♯ 𝙔𝙊𝙊𝙉𝙈𝙄𝙉
Fanfiction﹫あなたのᵎᵎ ꒰ yoongi busca a jimin desesperadamente a pesar que no hay rastros de el. ㅠㅠ ... drama, abuso, policial. ((🏩)) ꒰ a NE0JAEHYUN fanfic™.