THE ROOM ♯ 𝙔𝙊𝙊𝙉𝙈𝙄𝙉

𝑶𝟒. 𝑭𝑰𝑵𝑫 𝑴𝑬

Sus caricias subían y bajaban de manera cuidadosa por mí rostro, con aquel tacto tan suave que me hacía ronronear como un gatito desesperado de mimos. Observé sus ojos que desprendían amor de estos, posando su mirada llena de contención y protección en mí. Una ola de sentimientos alegres inundó mí pecho cuando lo vi a él sonriéndome como un bobo enamorado. Simplemente estaba demasiado enamorado de él.

Estaba fascinado con nuestra relación porque pese a que siempre que estábamos juntos no hablamos entre sí, nosotros habíamos diseñado una nueva forma de comunicación, creo que nuestra favorita. Nos mirábamos durante horas a los ojos, expresando todo lo que sentíamos en nuestra mirada ferviente de amor. Era un mágico sentimiento.

De repente, el rostro de él cambió y se volvió un poco más preocupado. Su mirada también, sus ojos derrochaban terror, cosa que no entendí porque estábamos juntos, no había nada que temer.

— YoonGi… — susurro suavemente —. Búscame. 

No comprendía a lo que se refería, así que tomé su rostro con mis manos, en un acto de intentar que se calmara porque luego se haber pronunciado esas escasas palabras comenzaron a salir lágrimas de los ojos de su amado.

— ¿Q-qué decís? Vos estás en frente mío, amor. No hay necesidad de buscarte. — le di besos en donde sus lágrimas se encontraban para así calmar a JiMin, pero aún seguía intranquilo.

— No entendés YoonGi — me observó en un intento desesperado para que yo comprenda —. Necesitas encontrarme. Yo necesito que me encuentres. 

Abrí mis ojos de manera abrupta. Todo lo que había vivido recientemente había sido parte de un maldito sueño. Toque mis ojos, notando que estos se hallaban cubiertos de lágrimas de la conmoción que tuve al ver el rostro de JiMin nuevamente. Lo había sentido tan real, incluso creí que el mensaje que me estaba dando él era una especie de clave importante que él estaba intentando comunicarme. Me senté en la cama, lleno de preguntas queriendo ser respondidas, pero cuando vi el reloj de la cocina comencé a vestirme de manera inmediata debido a que estaba llegando tarde a la cita que iba a tener con los detectives encargados del caso Park.

Salí de mi casa sin permitirme siquiera tomar un poco de jugo para el desayuno, aunque tenía pensado hacerlo luego en la casa de los Kim porque ellos le habían dicho para desayunar juntos. Corrí por las calles deseando que no se hallen impacientes por mí tardanza, también mientras lo hacía pensé en una buena excusa para no verme como un tonto enfrente a los profesionales.

— Hola, ¿Usted es Min YoonGi, cierto? — pronunció la fémina encargada de monitorear quién entraba al gran edificio de la policía, yo solo asentí en señal de respuesta porque el aire que me faltaba por haber corrido tan rápido me impedía hablar —. Muy bien, señor Min, vaya por el pasillo y entré por la segunda puerta a la derecha. Allí lo esperan. 

Salí volando nuevamente pese a mí falta de oxígeno en mis pobres pulmones, dirigiéndome a gran velocidad al lugar que me había indicado la mujer que me atendió. Una vez que llegue allí, gire el pomo de la puerta de manera lenta, observando cautelosamente a los hombres que estaban frente a mí. 

— Buen día Min. ¿Otra vez te quedaste dormido? — me saludó el detective Jeon, el más joven de la sala y el que se había convertido en un gran amigo con el paso del tiempo. 

— Jeon, no jodas que estoy de mal humor. — lo miré con el ceño fruncido y el solo se limitó a girar su ojos, todos los que se encontraban en la sala se rieron —. En fin, ¿Qué hay de nuevo? Necesito escuchar aunque sea algo bueno de todo esto.

— Ya que lo mencionaste, antes de ayer mí equipo y yo logramos capturar a un sujeto llamado Gregory Thompson, el cual descubrimos que está asociado a los raptores de tu pareja.

Él me entregó una carpeta llena de los datos de aquel individuo, donde se mostraba una imagen de su perfil, datos como su nombre y de los cargos de los cuales el se encontraba culpable. Entre ellos, leí que estaba implicado en cargos de trata de personas, algo que me heló la sangre inevitablemente. Observé el rostro de ese monstruo con terror, deseándole el peor de los males, no solo porque estaba asociado con el caso de JiMin, sino qué también por todas aquellas personas que habían sido víctimas de un hombre tan horroroso como él.

— Thompson nos confesó que había visto a un jóven de las mismas características de JiMin en lo que denominó el: “La casa de los sustos”, que es dirigida por un pez grande del que no sabemos exactamente el nombre. — finalizó JungKook dándome una mirada repleta de seriedad para hacerme saber que todo lo que decía iba en serio. 

Miré hacia la nada, no sabía cómo reaccionar ante todo esto.

— Queremos ser lo más sinceros posibles contigo Min — pronunció otro de los detectives que estaban presentes, creo que su nombre era ChanYeol —. No sabemos en qué condiciones estará JiMin… Por nuestras fuentes, sabemos que estar ahí es como estar en el mismísimo infierno, y por lo tanto, dudamos de que JiMin se encuentre convida. 

Y en ese momento no me importó una mierda que me encontrase en una sala con detectives serios rodeándome, comencé a llorar sin pudor alguno, dejando escapar algunos quejidos lastimeros provenientes de mí más profundo ser. No podía creer lo que vivía, quizá nunca desperté de mí sueño y ahora lo iba a hacer.