Satanás es el príncipe de la potestad del aire, su nombre significa «adversario». También se le conoce como «diablo» que deriva del griego diabolos que significa: «calumniador, acusador".
De acuerdo a la biblia, él es el enemigo de Dios que se reveló. Dios creó los ángeles, un grupo de seres espirituales racionales que respondía a varias órdenes y funciones.
El grupo de ángeles con mayor jerarquía son los serafines y querubines, Satanás era un querubín, uno de los más hermosos, talentosos y poderosos que dijo en su corazón: «Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte" (Isaías 14:13).
Satanás anhelaba la misma autoridad y adoración de Dios, Creador de los Cielos y de la Tierra. Y un tercio de los ángeles del cielo se unió en la rebelión de Satán y fueron derribados al fondo del abismo.
Su pecado original demuestra sus capacidades racionales y el juicio divino que vino sobre él evidencia su responsabilidad por la rebelión. De acuerdo a la Escritura él posee inteligencia, astucia, ira y orgullo. Satanás se disfraza de «ángel de luz» y de «siervo de justicia».
Es el gran engañador y mentiroso, pecó desde el principio y seduce a la humanidad haciendo milagros, señales y maravillas para captar la atención y arrastrar a las personas a falsas creencias lejanas de la Verdad de Dios y de esta forma causar la perdición de esas almas.
La existencia de satanás está atestiguada en toda la Biblia, lo menciona en 5 libros del Antiguo Testamento y en 19 libros del Nuevo Testamento.
El diablo desarrolla estrategias para esclavizar a los humanos eligiendo entre diseños y alternativas, y ha organizado sus ejércitos de ángeles caídos en una jerarquía rigurosa para llevar a cabo sus planes: robar, matar y destruir.
Su mal no es un mal desagradable a simple vista, por el contrario es atractivo, bello y provocativo. Él tiene el poder temporal y control de la Tierra, su poder es limitado, no es omnipresente como Dios, sino que puede estar solo en un lugar a la vez.
Cuenta a su disposición con todos los ángeles caídos y con el segmento no salvo de la humanidad, es decir aquellos que no han aceptado a Jesucristo como su único y suficiente Salvador, que es el único camino e intercesor que ruega a Dios para que sean guardados del maligno.
Sólo el Espíritu Santo que se recibe al aceptar a Cristo, puede hacerle frente a sus engaños y sacar a luz la Verdad de Dios y el sentido de la vida.