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Capítulo 20.- “Extrañaba este Tao”

Cuando ya habíamos llegado a casa, comencé a sentir esa necesidad carnal, de sentir la piel de Kris en un contacto más cercano conmigo… ¿Hace cuánto tiempo no sentía esto? Hace bastante tiempo. Mi cuerpo y sentimiento pedía a gritos hacerlo, pero era el deber de Kris tomar la iniciativa…

- ¿Quieres hacer algo? – Pregunté.

- ¿Algo como qué? ¿Dar un paseo?

- Solemos dar varios paseos… Hagamos algo que no hacemos hace mucho…

Traté de insinuarle, pero él parecía no entender.

- ¿Ir de compras? ¿Al parque de diversiones?

- Kris…

- ¿Qué? ¿Cómo esperas que entienda si no me lo dices derechamente?

- ¿No es obvio?

- ¿Qué es obvio?

Me acerqué a él lentamente, subí mi mano hasta su hombro y lo mire a los ojos.

- ¿En serio… No entiendes?

- ¿Así que es eso? Pudiste decirlo… Acércate más…

Kris me tomó fuertemente de la parte baja de la espalda haciendo que nuestros cuerpos chocaran bruscamente, él juntó su frente con la mía y me besó…

Comenzó con besos cortos y algo fríos, para luego subir su intensidad a besos más profundos y ardientes… Ese era su estilo.

Me elevó sujetándome desde mis muslos y yo enrollaba mis piernas en su cuerpo mientras mis brazos rodeaban su cuello… Solo dejábamos de besarnos cuando la respiración se hacía escasa.

Me llevó a la mesa de la cocina, donde me sentó y comenzó a deshacerse de mis ropas, sin dejar de besarme.

Con sus húmedos besos que bajaban por mi barbilla y llegaban a mi cuello… Yo por instinto levantaba la cabeza para que él tuviera más acceso a mi cuello… Lentamente bajaba a mis clavículas. Sus besos en esa zona me causaban un pequeño cosquilleo y escalofrío… Pero me encantaba.

- Kris… - Jadeé.

- Tranquilo, sé que hacer… No digas nada…

Su lengua recorría mi pecho, cuello y labios… No podía poner ningún tipo de resistencia, estaba sumiso a él. Le correspondía.

Subimos las escaleras procurando no alejarnos demasiados, nos dirigimos a mi habitación donde Kris me aventó a la cama, colocándose sobre mí, besándome delicadamente.

- Extrañaba este Tao… - Dijo susurrando en mi oído.

- Si quieres puedo hacer que se quede para siempre. – Dije mientras alzaba una de mis cejas.

Kris solo sonrió y comenzó a desabotonar mi pantalón y luego el suyo.

Se acercó y me beso, podía sentir su aliento fresco y agitado. En un impulso mordí su labio inferior con un poco de brusquedad, lo que hizo que Kris hiciera una mueca de dolor seguida de una de satisfacción.

Sus manos recorrieron mi torso y se quitó todo tipo de prenda que pudiera quedar, luego hizo lo mismo conmigo.

Estaba apoyado sobre sus rodillas en la cama mientras yo estaba acostado debajo de él, se acercó y besó mi cuello, sus manos recorrían todo lo visible, pero con delicadeza. Como si me estuviera cuidando.

Luego de varios toqueteos, caricias y besos, Kris me llevó a la pared donde por instinto separé un poco mis piernas y dejé que me levantara e introdujera su miembro erecto dentro de mí. No recordaba esta sensación e incluso sentí un poco más de brusquedad. Sus movimientos eran ágiles y rápidos. Sentía un poco de dolor lo que hizo que arañara un poco su espalda, pero eso nos hacía disfrutar más.

Kris tenía una mano apoyada en la pared, mientras que con la otra me sujetaba. Me llevó al baño donde me dijo que entrara a la ducha, yo acepté y él abrió la llave de agua, era tibia…

- Me gusta hacer esto, ¿sabías? – Dijo mientras el agua caía sobre nosotras y se acercaba para besarme.

Yo asentí.

El agua recorría mi espalda y de vez en cuando se cruzaba por nuestros labios en medio de un beso.

Kris me pidió que me diera la vuelta y yo accedí. No podía negarme, obviamente.

Volvió a introducir su pene en mí y comenzó con lentos y suaves para seguir con otros más fuertes. Sus manos recorrían mis hombros, caderas y espalda, de vez en cuando me abrazaba y besaba la parte trasera de mi cuello.

De pronto comenzó con salvajes movimientos, era doloroso y no podía sujetarme de ningún lugar. Mis manos recorrían las paredes del baño tirando al suelo los envases de shampoo y las barras de jabón, pero no era a conciencia, ya que yo mantenía mis ojos cerrados mientras sentía como Kris entraba y salía con rudeza y yo solo podía gemir con voz aguda.

- ¡Ah! – Exclamé.

- Mierda, lo siento. No quería… ¿Estás bien? – Dijo Kris deteniéndose.

- Sí, estoy bien… - Jadeé. – Sigue…

Kris prosiguió con un poco más de delicadeza. Él había acabado de eyacular, pero había alcanzado a sacar su miembro de mi interior, tirando todo en mi espalda.

Se separó de mí y cerró la llave. Me llevó de la mano a la cama, donde teníamos planeado seguir. A pesar de tener en nuestros cuerpos una mezcla de agua y sudor, el vapor del agua tibia del baño no era realmente apropiado para esto si es que no queríamos sofocarnos.

Estaba boca arriba en la cama, Kris se posó sobre mí y comenzó a masturbarme rápidamente. Sentía que mi cuerpo explotaría si no lo dejaba ir ahora mismo.

¿Qué podía hacer? La excitación en ese momento era incontrolable. Kris mordisqueaba cada centímetro de mi cuerpo, mi interior ardía. Pedía soltar todo…

Kris seguía con su maniobra de manos y yo solo apretaba con fuerza las sábanas de mi cama. Después de un rato eyaculé y todo cayó en ellas. Haciendo que llegara al orgasmo… Gritando el nombre de Kris y el de Wu Yifan.

De seguro nuestros jadeos y gemidos podían escucharse por toda la casa e incluso hasta la calle. Esta vez me sentía como realmente en el cielo. Nunca antes había llegado al orgasmo de una forma tan celestial…

Esto debería ser rutina diaria, pensaba… Pero mientras más lo imaginaba sería algo aburrido, ¿no? Todos los días significaría que no tendría que aguantar las ganas, que a pesar de ser frustrantes me agradaban porque una vez que ocurría era la sensación más increíble del mundo.

Pero esto me hacía recordar que nada era para siempre… ¿Qué tan doloroso sería perder  Kris? Sus caricias, besos, abrazos, palabras… Todo, incluso su respiración era importante para mí… Él era perfecto… Era quién me complementaba, quién me ayudaba a salir de esta mierda de sociedad… Quién me hacía sentir feliz, me hacía sentir cosas que nunca sentiría… Porque él era único… Sé que dicen que la perfección no existe, pero para mí no es así… La perfección sí existe, sólo que es subjetiva… Él es perfecto con cada una de sus imperfecciones, sus errores, sus problemas… Para mí, en este mundo, Kris era la única persona perfecta.

Odiaba tener que pensar este tipo de cosas después de cada vez que ocurría algo tan especial… Yo era una persona pesimista. Cada cosa importante y maravillosa que ocurría debía relacionarla con algo trágico.

Pero yo no estaba dispuesto a perder a Kris… O que el mundo perdiera a alguien como él. Preferiría ser yo el desaparecido a que él lo sea. Kris era valioso… 

Perfectamente Imperfecto [TaoRis].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora