Cap.1 Donde todo comenzó

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—Listo, ¿Está funcionando Baymax?- decía un chico nipón quien estaba arreglando a su robot con forma de malvavisco gigante el cual había sido dañado por accidente.

—Mi sistema se restauró —le respondió el ya mencionado mientras miraba al azabache con sus grandes ojos negros que en realidad eran cámaras.

—Eso, amigo. —dicho esto se aproximó a su cama y se tumbó en ella boca arriba, cansado. No había podido dormir en toda la noche debido a su trabajo de reparación. Un sueñito no le vendría mal ahora.

Estaba apunto de cerrar sus ojos cuando un ringtone proveniente de su celular lo alertó, este se aproximó con fastidio hasta donde se encontraba dicho aparato para luego atender a la llamada

—¿Sí? —dijo con voz ronca. Una voz femenina le respondió del otro lado de la línea.

—Hola Hiro, soy Honey. Oye, estamos en el café, ¿Podrías bajar? tenemos que hablar.

—Oh, ¿Es importante?

—¿Otra vez no dormiste bien, verdad? —la rubia conocía bien a Hiro por lo que no se sorprendió de la actitud del menor. —los demás están aquí conmigo, ¡Te necesitamos aquí!

—Ok, ok ya voy, pero no le cuentes a todo el mundo, un poco más y te escuchan en el Ártico. —malhumorado, el pelinegro se sentó en la cama mientras daba un largo bostezo.

—Te vemos abajo. —fue lo que obtuvo por respuesta antes de que la chica cortara la llamada.

Hiro suspiró.

Con pesar en su caminar salió de su cuarto y bajó las escaleras para llegar al café perteneciente a su tía, donde efectivamente justo como lo había dicho Honey, le esperaban sus amigos sentados en una mesa, todos tenían una expresión de nerviosismo en su cara, todos menos Gogo, quien hacía bombas con su chicle, como era su costumbre, aunque tal vez era una forma de ella de ahogar sus nervios.

—Pudieron haber subido y hablar conmigo directamente, ¿Saben? —dijo el nipón dirigiéndose a la mesa donde estaban sus amigos con una actitud soñolienta.

—Creí que no te gustaba que entremos en tu cuarto. —comentó Gogo. Hiro no le respondió porque se dió cuenta de que tenía un punto.

—Bueno, no importa. —Hiro frotó sus ojos. —¿Qué pasa? ¿Para qué me querían?

—Pues, sucede que queremos hablar contigo sobre algo, Hiro —dijo Wasabi mientras se acomodaba en su silla.

—Eso ya lo sé, ¿pero de que se trata? —el cansancio que tenía en ese momento hizo que el nipón a pesar de tener 22 años de edad, se comportara como un sarcástico adolescente. En estos casos a Hiro no le importaba otra cosa que no fuera dormir y esto no les molestaba en absoluto a sus amigos, pues sabían que trabajaba mucho y realmente les dolía privarle del sueño que necesita.

—¡YO LE EXPLICO! ¡YO, YO! —aunque a Fred a veces se le olvidaba y se dejaba llevar por su emoción, la cual a kilómetros se le podía notar en su cara.

—Esta bien Fred, pero no te entusiasmes mu... —Gogo quería pedirle a Fred que no gritara para no importunar ni a Hiro ni a los clientes del café, pero fue interrumpida.

—¡Pronto habrá un concierto de cultura mexicana aquí en San Fransokio! —exclamó el rubio casi chillando de la emoción, lo que provocó que el chico de cabellos alborotados rodara los ojos mientras en su mente maldecía. ¿Lo habían hecho bajar e interrumpir su sueño después de haberse desvelado toda la estúpida noche para arreglar a Baymax... ¡Para eso?!. Realmente no se le hacía justo. ¿Qué tiene que ver con él?

[Mi complemento] ~Higuel~ ♥️🇯🇵🇲🇽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora