[Mi complemento] ~Higuel~ ♥️🇯🇵🇲🇽

Cap.16 un paseo, música y algo más

Habían pasado al menos unos quince minutos desde que Hiro llegó a su casa desde la base de los héroes.
Se bañó, se vistió, vaya hasta se peinó (o eso intentó, pues con su rebelde cabello era imposible que se mantuviera en su lugar), incluso se puso perfume.

Salió de su hogar en dirección al lugar que Alix le había indicado por mensaje, que en realidad no estaba tan lejos. Conforme pasaba el tiempo el corazón del joven nipon se iba acelerando de poco en poco, la simple idea de ver a Miguel lo emocionaba de tal manera que le era imposible pensar en otra cosa. En pocas palabras, estaba feliz.

Unos pocos minutos después ya estaba llegando al punto de encuentro que era una pequeña alameda no muy lejos del centro de la cuidad.

El chico de cabellos negros tomó su celular para verificar si estaba en la ubicación correcta, pero no hizo mucha falta ya que a unos metros de él, sentado en un pequeño kiosco se encontraba Miguel, que miraba su celular con desinterés.

—¡Miguel! ¿qué tal todo Rivera?— se animó Hiro a llamar mientras se acercaba, el chico del lunar reaccionó con susto mientras lo miraba con una cara que claramente decía "cállate pendejo".

A unos metros de ellos estaban un par de chicos que al escuchar las palabras del semi asiático voltearon a mirar a su alrededor con emoción.

— ¿Miguel? ¿¡Miguel Rivera?! ¡¿está aquí?! ¿¡dónde?!— decían los chicos mirando a todas partes con frenesí.

— ¡¿quién es ese?!— le dijo Miguel en un pobre y muy cómico intento de disimular, sólo hasta ese momento Hiro supo a que se refería, se palmeó la frente sintiéndose idiota.

— ee-eh, ¡Miguel… Romero! Lo siento, siempre confundo tu apellido— inventó el nipón entre risas nerviosas, mientras se aseguraba que los chicos aparentemente fanáticos del cantante lo hubiesen escuchado. Esto se comprobó al ver las expresiones de desilusión en los rostros de ambos "Rivera stans"como solían decirles. Al ver esto tanto el cantante como el genio de la robótica suspiraron aliviados.

— casi la cagas no manches— murmuró con un ligero reproche el mexicano— lo siento, hola Hiro — una voz más tranquilizadora salió de los labios del Miguel, haciendo que los pensamientos de culpa en el joven pelinegro se disiparan.

— Hola…— dijo Hiro mientras sonreía suavemente.

Miguel se puso de pie mientras miraba a Hiro con alegría, estaba seguro de que el día sería muy productivo y sobre todo, muy alegre.

— oye, ¿y Alix?— preguntó Miguel mirando a los lados. La expresión de Hiro, que antes parecía irradiar luz y color ahora estaba ensombrecida por la mención de la chica.

— no lo sé, ¿no se supone que estaría contigo? Después de todo son amigos ustedes dos— respondió Hiro con voz seca, mientras cruzaba los brazos.

— bueno, ustedes dos viven aquí, creí que se encontrarían o algo así— se encogió de hombros el mexicano. Hiro estaba a punto de quejarse sobre su comentario ¿acaso no había visto lo grande que era la ciudad? Literalmente si quieres ir de un lugar a otro tienes que tomar el metro o ir en auto; pero, antes de que pudiera hacerlo, la cara toda hermosa de Miguel que se veía parcialmente debido a los lentes obscuros y la capucha de su sudadera, pero que a pesar de eso se podía ver que estaba poniendo toda su atención en él, logró impedírselo.

Que se encule, dice…

Definitivamente, jamás le discutirá nada a Miguel, no importa que tan estúpido sea el argumento. NUNCA jamás le llevará la contra.

— ¡Ya estoy aquí!— se escuchó la voz aguda de Alix a unos metros de ellos, ambos chicos voltearon en su dirección para encontrarse con aquella chica de cabello negro recogido en un chongo que iba corriendo hacia ellos con un pequeño bolso de mano en el brazo izquierdo y en el derecho la funda de algún instrumento, quizás un violín. — lamento demasiado la tardanza, enserio— dijo mientras se acercaba más lentamente y saludaba a Miguel con un abrazo— estaba ocupada con unas cosas de la escuela y se me hizo muy tarde— dijo saludando a Hiro, esta vez de mano.— pero en fin ¿llevan tiempo esperando?