Capítulo 3: El momento

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El sol abrasador hace que maldiga cada minuto que paso esperando el autobús, es impensable que estemos a principios de octubre y aún sea tan alta la temperatura

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El sol abrasador hace que maldiga cada minuto que paso esperando el autobús, es impensable que estemos a principios de octubre y aún sea tan alta la temperatura. En momentos como este echo de menos las ventajas que tenía cuando Carlos y yo éramos amigos, su hermano prácticamente era su chofer y nos llevaba todos los días. Este año no queda más remedio que conformarse con el bus.

Faltaba tan solo media hora para el comienzo de clases y aún tenía un autobús más que tomar, pero por el retraso que tenía dudo que fuera a llegar. Casi estaba a punto de caer al suelo derretida por el calor, cuando un pitido horroroso llamó mi atención desde un lateral de la carretera. Un chico en una moto de color negro y dibujos llamativos me hacía señales desde el otro lado para que me acercase. Que yo recuerde, nadie que conozca tiene moto, a parte de algún que otro primo, pero dudo mucho que fuera a encontrarme con alguno de ellos a esta hora y en esta zona de la ciudad.

-¡¿NECESITAS QUE TE LLEVE?¡ -Grita una voz que conozco ya bastante bien-

Aquel chico ante mi inexpresividad se quita el casco y mueve un poco la cabeza para colocar el pelo completamente aplastado. Izan. De nuevo el mortífago. Aquel insoportable chico que es un pesado en clase.

-¡NO GRACIAS! -Le respondo- YA VA A LLEGAR EL AUTOBÚS

-¡LO DUDO MUCHO! -Dice él mientras se ríe estrepitosamente- ¡NO SABES EL TAPÓN DE COCHES QUE HAY POR AHÍ! -Él hace señas con su mano y me indica el lugar por el que debería venir el autobús, maravilloso -pienso- ahora si que no voy a llegar- ¡VAMOS! -Dice tendiéndome otro casco-

Por unos momentos me quedo callada pensando en como cojones voy a llegar a tiempo, definitivamente perder la primera hora siendo la más importante no es una opción. Si falto puedo perder los puntos asignados a cada actividad que se realice en clase, y justo hoy además es día de corrección de las series puntuables de problemas. En pocas palabras, debo llegar a clase sí o sí. No lo pienso, antes de que el chico de los tatuajes pueda reaccionar tomo el casco que me ofrece y me siento en la parte de atrás.

-¡MÁS TE VALE CORRER PORQUE NI DE COÑA QUIERO LLEGAR TARDE! -Le digo y siento como ríe por como retumba su pecho, está bastante fuerte, la verdad, pero no quita que sea un imbécil-

-¡AGÁRRATE QUE EN NADA LLEGAMOS!

- Es que no puedo creerte -Dice Julia mientras se tuerce de la risa- ¡TÚ! ¡LA PERSONA MÁS CAGADA DEL MUNDO EN MOTO! ¡Y CON EL MORTÍFAGO! -Ella no para de reír captando la atención de todos los que pasan a nuestro alrededor-

- ¡PARA YA BURRA, LA GENTE NO PARA DE MIRARNOS! -Siento mi cara cada vez más roja y mis amigos siguen riendo sin parar-

- Eres un caso Lya -David ríe a la par que Julia, gracias por tanto amigo sensato del grupo-

- No puedes culparnos, tienes que admitir que la situación es bastante graciosa – Destaca ella mientras coge una galleta de las que traigo- Incluso David está de acuerdo conmigo.

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⏰ Última actualización: May 25, 2019 ⏰

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