TRECE

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Solo tenía 13 años.

Si tuviéramos que describirlo, sí. Si lo recordaba muy bien. Solo tenía 13 años cuando estaba con su mejor amigo, les tocaba lavar todos los platos del orfanato, decir que eran 50 era poco. Solo tenían 13 años mientras los lavaba, solo tenían 13 años cuando descubrió... Que era un omega

Su primer calor apareció sin que ninguno de los dos niños lo notaran, seguían limpiando, aunque se comenzó a sentir mal, era normal, pero debía terminar el trabajo, el mayor sintió el olor, pero ¿cómo evitarlo? El solo pensó que era el olor a detergente para platos.

― Ugh – se quejó el albino mientras doblo su cuerpo

― ¿estás bien? – pregunto el de ojos grises

― Sí, estoy bien, Ryota – respondió el albino – solo me dolió el estomago

― No has comido en tres días, terminemos esto y robaré algo de pan para ti – dijo el azabache sonriente

― Gracias... eres el mejor Ryota

Todo era normal para ambos, hasta que los instintos ganaron.

― Atsushi ¿hueles eso? – pregunto el alfa y el pequeño albino olio

― No, no huelo nada ¿Por qué? – pregunto, pero también, se mareo – huele... huele fuerte... algo fuerte...

― Sí, yo puedo olerte

― ¿olerme?

El azabache tomo las mejillas del albino y el albino se sonrojo – hueles increíble Atsushi...

― Tú también... Ryota...

Aun sin saber lo que pasaba en ellos, en aquel estrecho y húmedo lugar, se hicieron uno.

El azabache seguía encima del albino, acariciaba su mejilla, dándole pequeños tirones, haciendo a ambos reír – sentimos lo mismo Atsushi

― Si, sentimos lo mismo – dijo sonriente el albino – Ryota, jamás me dejes – pidió el albino - Tú puedes ma-marcarme

― Sería un placer estar siempre a tu lado

― Siempre juntos...

Era tarde, cuando los encontraron. El azabache estaba a punto de morder al albino

Fue un infortunio dijeron pues era el primer celo del chico y el aniversario de la muerte de su mejor amigo, la persona que más amaba, su luz.

Fue encerrado en las celdas, encadenado y vitaminado por vías externas, no podían deshacerse del producto dentro de él, debían esperar, así podían seguir adelante con sus experimentos

― Por favor, por favor – rogo mientras abrazaba su vientre – hare lo que sea, por favor, quiero quedármelos

― Si matamos a quien los hizo, ¿Qué te asegura que no mataremos a tus hijos?

― Por favor, limpiaré el doble, viviremos en la celda, no daré batalla a nada pero por favor... déjame tenerlos – rogo una vez más

En algún punto de luz, su deseo fue concedido y una noche fría en pleno invierno, pudo tenerlos en sus brazos. Con solo 13 años, había elegido nombres para sus bebes: Taiyou y Hinata.

4 años después

El chico había sido lanzado a la celda como si se tratara de un saco de basura, los niños lo miraron y el chico de inmediato sonrió – eso fue divertido – menciono alegra ante los menores

― Mamá, ¿Por qué siempre sales a jugar? – pregunto Taiyou

― Por qué... así mamá consigue comida – respondió – es un trabajo divertido

― Mama, ¿nos cuentas un cuento? – pregunto Hinata

― Uno y mil solo para ustedes

Apenas logrando moverse y soportando el dolor de su cuerpo quemado y maltratado por dentro, el chico continuo sonriendo y disfrutando de sus bebes.

...

― Mamá ¿Por qué vivimos en una celda?

― La celda es segura. Nos protegen, jamás olviden niños. Mientras estemos juntos... nada malo pasará.

― Queremos salir – dijeron los gemelos – conocer el mundo como en los cuentos

― Algún día saldremos – menciono nostálgico – estudiaré, ganaré dinero, tendremos un pequeño lugar para vivir... estaremos siempre juntos, así como su padre quería vivir. – miro a sus hijos somnolientos y sonrió – la única razón para vivir, es cumplir ese sueño...

5 meses después

― ¿Qué harás con el Dazai? – pregunto el rubio

― Lo he decidido. ¡Será parte de la agencia!

Aquella noche el joven albino fue llevado a un departamento, en cuanto el castaño se despidió el chico albino salto por la ventana. Corrió a gran velocidad y sin descanso. Llego hasta el puente donde se encontró con aquel castaño y los miro abrazados, estaban acurrucados entre ellos y dormidos, sonrió tiernamente. los tomo delicadamente para cargarlos, inmediatamente los niños le miraron aun con los ojos llenos de sueño, olieron el cuerpo del chico y tallaron sus cabezas en su pecho para volver a quedarse dormidos.

― Taiyou, Hinata, vamos a casa...

...


¡Hola!

Lo sé, dije que subiría hoy el fanfic... (lo olvide por eso lo subo hasta ahora) esté solo es el camienzó, pronto subiré el primer capítulo, por que son capitulos en serio largos así que debo tomarme mi tiempo de editarlos 

Por el momento no diré nada sobre Ryota, de hecho, no sabia si dejar esté capítulo como el inicio o hasta el final. Preferí ahora. 

¡Espero lo disfruten!

¡Gracias por leer!

TRECE || Shin Soukoku - OMEGAVERSEWhere stories live. Discover now