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Así como Park Jimin podia ser fastidioso y feliz, también se podía volver el chico más sensible y llorón de la vida. Y ahí estaba el, acostado en mi cama y cubierto de pies a cabeza con su propia manta de ositos, solo podia escuchar sus pequeños sollozos y yo no sabia que hacer.

Sentía una impotencia horrible al pensar en él corazon herido de mi Jiminnie y en que yo no podia hacer algo al respecto para que se sintiera bien.

Solo tenia la esperanza que no fuera su peso la causa de que mi niño llorara otra vez.

—Park Jimin, ¿Que pasa?

Y recordar cada lágrima, cada dieta extrema, cada sonrisa fingida, cada ida al baño después del almuerzo me desesperaba, no queria que volviera a caer en lo mismo, no cuando logré con todas mis fuerzas sacarlo de ahí.

Park Jimin era la estrella más preciosa en este universo, pero que lastima que él no se viera de esa forma.

—Dejeme solo Yoongi hyung.

Su voz rota.

No podia permitir que esto siguiera asi, nada iba a resolver dando vueltas en mi habitación y viendo con el chico bajo el bulto de mantas sufría, tenia que hacer algo y mi deber como su mejor amigo era darle animos.

Me senté a su lado y destape su pequeña y roja carita.

—Merezco saber Jiminnie —Pocas eran las veces que lo llamaba así, pero las circunstacias lo sugerian— soy tu mejor amigo, estoy para ayudarte.

Él cerró con fuerzas sus ojitos y volvió a llorar, esta vez con mas intensidad.

—No quiero que sepa, soy muy tonto.

Aparté de una la cantidad de mantas que lo cubrían y al ver su delgada silueta bajo un camisón mio me derritió completamente, Sonreí para mis adentros y con cuidado lo cargue hasta que estuvo sentado sobre mis piernas, no perdió el tiempo y enseguida ocultó su rostro en mi cuello.

—Dime Jimin, ¿Por qué lloras? —Acaricié suavemente su espalda.

—Yoongi Hyung —Sorbió por su nariz e intentó calmar su llanto. Me parecia adorable, comparaba a Jimin mucho con un pequeño gatito que tuve en la infancia.

—Estoy aquí pequeño.

Me atreví a besar su cabeza para abrir paso a la confianza que necesitaba para contarme su situacion.

—Yo... —Su aliento tibio chocaba contra mi cuello, pero tenia que concentrarme— de nuevo estoy gordo.

Si, volvía a ocurrir.

Separé al chico de mi cuello que ya estaba húmedo de sus lagrimas para poder observarle a los ojos, necesitaba que se diera cuenta de la forma en que yo lo miraba, necesitaba que él se metiera en mi piel para que sintiera lo que yo cuando sus pequeños ojos se conectaban con los mios ¿Como decirle a Park Jimin que era él ser humano más precioso en él mundo?

—Eres perfecto Park Jimin, con tu estatura, con tu diente chueco, con tus deditos pequeños y hasta con tu peso, si intentara buscar a alguien más precioso que tu en este mundo no lo encontraria, porque eres unico, porque tu belleza es increíblemente devastadora —Sequé con cuidado sus lagrimas que corrían por sus mejillas— no te lo digo solo porque soy tu amigo, es porque te conzco mejor que nadie y si, somos totalmente opuestos y te admiro porque tienes cualidades únicas que yo desearía, pero son solo tuyas, nadie mas las puede tener porque es la esencia de Park Jimin, no llores más por eso pequeño, no importa si nadie más te acepta por lo que eres, aquí esta tu hyung para amarte tal cual, porque tus defectos son bonitos, porque me encanta que seas tan tímido y a la vez tan enérgico. Quiero a ese Jimin ahora, el Jimin que no me deja dormir y que todo el día está hablando sobre cualquier cosa.

Si, me consideraba una persona de pocas palabras, pero cuando se trataba de Park Jimin mis sentimientos solo fluían.

—Hyung —Fue lo que respondió con vocesita ilusionada.— ¿En serio?

—Brilla Park Jimin, como la estrella más bonita que adorna mi vida.

Sus mejillas rojas y su suave risa me tranquilizó, mi niño volvia a ser el.

—Quiero llorar más seguido para obtener todas esas palabras bonitas.

—No hace falta, solo dime y te las repetiré cuando lo necesites.

Él no sospechaba de mis sentimientos y eso era lo que me encantaba de él, su inocencia, la forma tan linda en que transformaba mi entorno. Lo necesitaba conmigo.

—Repitalo, quiero volver a escucharlo.

—No te pases Jimin.

—¿Ya no soy Jiminnie? —Ese tono burlón se presentaba.

—Basta —Suspiré serio.

—Dime que soy lindo, una ultima vez hyung, por fis.

Esos pucheros ¿Quien se podia resistir a los pucheros de Park Jimin?

—Park Jiminnie, eres hermoso.

Y él explotaba en sonrojos mientras que yo me avergonzaba, pero en mi interior me sentia satisfecho de poder hacer sentir bien a mi pequeño Jiminnie.

Star «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora