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Digamos que Jimin no estaba enfermo, solo tenía una pequeña hinchazón en su tobillo y un rostro decaído debido a la desilusión de faltar a clases por ese día. Él menor cuando se encontraba en situaciones como esas lograba aprovecharse un poco y ser más caprichoso de lo normal.

Con su miradita y sus pucheros me pedía todo lo que él quisiera y yo simplemente me encargaba de cumplirlo.

Él se habia quedado dormido luego de tomar su preciada leche de fresa por lo que aproveché para tomar un lugar a su lado y poder descansar de igual forma que él.

No sabia en que estaba pensando con todo esto, que me gustara mi mejor amigo era un severo problema, pero peor era no saber que hacer con ese sentimiento. Tenia miedo.

Miedo a lastimar a Jimin, miedo a que nuestra relación se arruinara, miedo a no intentar nada y luego arrepentirme, necesitaba una señal con urgencia, necesitaba solucionar todo este problema.

Lo veia a mi lado, tan cerca de mi y unas enormes ganas de llorar me llegaron, me sentia enredado, sin salida, y quería respuestas, era demasiado difícil.

Miré sus mejillas rosas, sus labios abultados y su ceño fruncido, al parecer no muy contento de lo que estaba soñando, podia ver a Jimin de muchas maneras, pero jamas se iba a borrar de mi esa visión de el, tierno, inocente, delicado. Un pequeño bebé que necesitaba cuidados y mucho amor.

Toqué con suavidad sus mejillas, acariciando con cuidado de no despertarlo, mi mente era un lio y tenia que ponerla en orden cuanto antes.

Habían riesgos, si le confesaba mis sentimientos a Jimin, podria ocurrir que él no sintiera lo mismo, nuestra relación de amistad podria acabar y eso es algo que jamás me perdonaría.

Suspiré cuando sus párpados empezaron a moverse y su boquita a saborear como un pequeño bebé.

—¿Dormiste bien?

Frotando sus ojitos con sus puños asintió.

—Tenia una pesadilla, pero me alegra que no fuese real.

Sonrió en grande y no pude evitar hacerlo yo tambien, se acercó a mi y me abrazó muy fuerte. Jimin recien levantado se sentia como un suave y calientito gato.

Acaricié su espalda con delicadeza y bese su cabello despeinado.

—¿Que soñaste?

La curiosidad pudo más.

—Fue algo extraño hyung, soñé que me odiabas, que me intentaba acerca y tu solo me rechazabas, tenía ganas de llorar.

Me conmoví al escuchar resumir su incomodo sueño y con pechiche se aferró más a mi, no pude evitar besar sus mejillas abultaditas y su pequeña nariz.

—Eso nunca pasará, te quiero demasiado, nunca permitiré que nadie nos separe.

Se separó de mi para mostrarme su preciosa sonrisa y totalmente hipnotizado por su hermoso ser me acerqué para poder darle un beso esquimal que lo dejó totalmente helado, frote mi nariz contra la suya por primera vez sintiendo mi corazón derretirse de amor y ternura y de ansiedad por besar esos labios rosado.

Mi sonrisa fue grande cuando me separé del chico, me alegraba la idea de saber que él bonito sonrojo que lucia, era yo quien lo habia provocado.

Detente Jimin, eres precioso.

—Hyung, ¿Q-que fue eso?

Su nerviosismo era realmente adorable.

—Nada pequeño, ¿Te incomodé?

Vi como una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios, demasiado timida e inocente y como con timidez bajó la mirada.

—No me molesta.

Lo dijo demasiado bajo, pero pude escuchar perfectamente su dulce tono, aceptando con timidez que le había encantado él contacto tanto como a mi.

—Ni a mi.

Él contacto fisico entre nosotros no era muy normal, pero esta vez se sintió demasiado intimo, como algo que estaba prohibido entre amigos.

Pero... Nosotros eramos unos amigos totalmente descomunales, Jimin me veia como su hermano mayor y yo solo no podia luchar contra ello, aunque me muriera de amor.

Star «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora