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Quise romper un poco la rutina esa tarde. Jimin y yo pasábamos la mayoría de tiempo en mi hogar, no era aburrido estar con el en lo absoluto, pero era hora de desestresarnos un poco de nuestros deberes diarios.

Hablé con su mejor amigo, Taehyung, y me contó lo antojado que estaba él pequeño por ir a una nueva pista de patinaje sobre hielo la cual era tendencia.

Tomé un poco de dinero extra para llevarlo a comer luego y acomodando un poco mi cabello me dispuse a salir en dirección a la casa de los Park.

En mi auto traté de tranquilizarme escuchando un poco de música y ocupando mi mente en pensamientos positivos, quería que todo con Jimin fuera especial y hermoso, aunque solo fuéramos amigos. No queria llamarlo cita porque me dolía, solo pensaba en esa salida como una simple salida de amigos.

Toqué el timbre de su casa y casi de inmediato me abrio su madre con una dulce sonrisa e invitándome a pasar.

—Jimin no se termina de arreglar. —Me dijo ella mientras tomábamos asiento en la sala de estar.

—Si, Jiminnie siempre se demora un montón —Sonreí al imaginarme a Jimin en su habitación eligiendo su ropa y maquillándose con toda la calma del mundo.

Nos quedamos en silencio un momento, pero era comodo, la señora Park y yo teniamos mucha confianza, así que era estar como con mi segunda madre.

—Yoongi...

—¿Si? —La miré y parecia algo nerviosa, lo cual me extrañó.

—Creo que deberias hablarlo con Jimin —Sabia a lo que se referia.

—No, señora Park Jimin es muy inocente, no quiero arruinar nuestra amistad —Le dije con angustia.

—Min Yoongi, si no lo quieres como tu pareja, alguien más si y creo que eso te dolería mas —No lo dijo para hacerme sentir mal, sino para abrirme los ojos— Jimin no va a estar soltero para siempre.

Soy un idiota, obvio que no, Jimin algún día tendria que encontrar a alguien, un bello angel como el necesitaba ser amado libremente, y yo no podia ser tan egoísta como para encerrarlo en mi.

—Creo que no soy capaz —Dije cabizbajo.

—Oh, pequeño Yoonnie —Sentí su mano en mi hombro dándome animos— No me lo has dicho, pero se lo mucho que amas a mi hijo, no sabes cuanto te agradezco que lo ames así, a veces no tengo mucho tiempo para él, pero puedo vivir tranquila al saber que cuenta con alguien como tu.

—Pero él...

—El nada Yoongi, soy su madre, se que mi bebé siente muchas cosas por ti, solo que el es muy despistado.

Su sonrisa maternal me dio a entender que que sabia algo, seguramente había tenido una de esas conversaciones madre e hijo, y la esperanza empezo a crecer en mi pecho.

No pude ni responderle cuando los pasos de mi mejor amigo empezaron a sonar por las escaleras, como un resorte me levanté del sofá encontrándome de frente con él ser mas precioso sobre la faz de la tierra.

Mierda, mierda, más mierda.

Se veia hermoso con aquella camisa blanca y esos jeans, su cabello perfectamente peinado y su rostro angelical con su usual maquillaje cuando va a salir.

—¡Estoy listo hyung! —Exclamó el menor con emoción.

Con prisa llegó a mi lado tomando mi brazo con sus pequeñas manos.

—Te ves precioso hijo —La mujer acarició las lindas mejillas de su pequeño con cariño.

—Gracias... —Jimin me miró directamente a los ojos— ¿Te hice esperar mucho?

—Para nada —Le sonreí pareciendo despreocupado.

—¿Nos vamos?

Nos despedimos con alegria de la señora Park y sin perder tiempo salimos directo a nuestra "cita".

Morí al ver sus ojitos brillantes y su enorme sonrisa al estar frente de aquel lugar, luego venia la mejor parte, y esa sin duda era su muestra de gratitud la cual se trataba de un gran abrazo.

Con nuestros patines nos adentramos a la pista de hielo agarrados de la mano, aunque Jimin adoraba ese lugar, yo ni siquiera sabía patinar.

—Lo siento Minnie, no se nada de hielo y patines —Con una sonrisa apenada me detuve en medio de la pista.

—No te preocupes, yo te ayudo —Su sonrisa angelical y sus ojos cerrados  debido a ello— solo no me sueltes ¿Si?

—Nunca Minnie.

Patinamos como una condenada pareja de enamorados en su primera cita hasta que al pequeño Jimin le dio hambre, con una sonrisa me dio a entender que había sido suficiente y tomando mi mano me guió hasta las afueras del lugar, el cual quedaba en un centro comercial.

—¿Que quieres comer? —Pregunté al ver como él se encontraba quieto mirando todos los locales de comida.

—A ti te gustan las hamburguesas ¿No es así? —Asentí alegre de que pudiera recordar aquello— A mi me gusta el ramen... —suspiró— Hagamos esto, hoy comemos hamburguesas y la proxima ramen.

Sus ojitos ansiosos, era lo más bonito que podia ver en este momento, asentí totalmente embobado y por esto fuimos hacia uno de los restaurantes de comida rápida.

Jimin se fue a sentar mientras que yo pedía él combo mas grande y completo para mi amigo, mientras que yo solo decidía por algo sencillo.

Fui a su lado mientras preparaban nuestros pedidos.

—Yoongi, hablé con mamá ayer —Su tono era serio, algo apenado.

Mi corazón empezó a latir con nerviosismo.

—¿Sobre que?

—Le confesé que me gustan los chicos —Me dijo.

—Eso es bueno.

La única forma de saber que eres homosexual es que te guste un chico. Mi rostro se vio decaído de pronto.

—Me entendió muy bien, me dijo que fuera yo mismo —Calló por un segundo y prosiguió a tomar una de mis manos con ambas suyas dejándome totalmente helado— me dijo que no tuviera miedo y me diera una oportunidad.

—¿A-ah si? —Tonto Yoongi.

—Si.

Su sonrisa coqueta, sus pestañas batiéndose. ¡Joder!

Una chica rubia pronto nos vino a interrumpir para entregarnos la comida, y así poder tener un respiro.

Jamas había visto a este Jimim coqueto.

Star «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora