La semana de la Salud

82 10 7
                                    

Todos habían salido de un largo día de trabajo en el que habían conseguido cerrar un caso, después de una semana lo habían logrado y estaban contentos. Estaban sentados en su mesa habitual del Dirty Robert bebiendo y riendo al recordar algunas anécdotas que estaban contando. Allí estaban Nick, Sam, Blaine, Kurt, Santana y Rachel.

— Vamos, estás exagerando, Evans. — Dijo el moreno un poco avergonzado dándole otro trago a su botellín de cerveza.

— ¡Claro que no! — Respondió el rubio riendo también. — El primer día que nos conocimos aprendí a no meterme contigo si quería seguir vivo. — Comentó bebiendo un poco de su bebida.

Nick había ido a por otro botellín y se sentó al lado de Sam. — ¿Hablas del sospechoso del bar? — Pregunto con una ceja alzada. El chico asintió y Duval rió un poco. — Ese tipo tuvo suerte, pilló a Anderson en un buen día, si no habría sido peor. — Volvió a soltar otra carcajada.

— ¿Peor? — Preguntó asombrado. — ¡Pero si le estampó una silla del local en la espalda dejándolo inconsciente! — Reía al recordar lo que hizo su compañero.

Todos miraron asombrados al moreno, quien se encogió un poco en su asiento al percatarse de que todos lo miraban,  entonces volvió a dar otro trago a su cerveza.

— Era sospechoso de un asesinato e iba armado... Alguien tenía que hacer algo. — Respondió el italiano simple, encogiéndose de hombros.

Cooper llegó muy agitado, buscando a su hermano y cuando lo divisó fue corriendo hacia la mesa.

— ¡Blaine! — Lo llamó una vez estuvo frente a él, le costaba respirar.

— Hey Coop, ¿qué ocurre? — Preguntó preocupado mientras se levantaba y se acercaba al otro moreno.

El chico recuperó el aliento. — Es mamá, tienes que venir. — Le dijo mientras lo sujetaba del brazo y lo llevaba a una mesa al fondo del bar, Kurt se levantó preocupado y fue detrás de sus amigos. Allí se encontraba Pam, se notaba que estaba llorando.

— ¿Má por qué lloras? ¿Qué pasa? — Blaine estaba muy preocupado, su madre estaba llorando y no era capaz de hablar.

— No es capaz de decir nada, no para de llorar. Llegó así a mi apartamento. — Informó el otro moreno.

El ojimiel miró al castaño. — ¿Tienes un bolígrafo? — Preguntó.

— Sí, toma. — Kurt buscó en su maletín y le entregó lo pedido.

El detective le dio el bolígrafo junto con una servilleta a su madre. — Má, intenta escribir lo que te pasa. — Le dijo con una leve sonrisa mientras le secaba las lágrimas.

La mujer escribió y Kurt cogió la servilleta. Cuando vio lo que había escrito se llevó una mano a la boca sorprendido y más preocupado aún.

— ¿Qué pone? — Preguntaron ambos hermanos.

— Divorcio. — Leyó en voz alta el forense mirando a los dos morenos.

Cooper se sentó al lado de su madre y la abrazó, mientras que Blaine se pasaba las manos por la cara frustrado, enfadado e incrédulo. Kurt le trajo un vaso de agua a Pam e hizo que se tranquilizara lo suficiente para poder hablar.

— ¿Qué ha pasado mamá? — Preguntó ésta vez Cooper mientras acariciaba la espalda de su madre.

— El muy sin vergüenza se fue sin decir nada... Al menos tuvo la decencia de dejar una nota. — Explicó la mujer, algunas lágrimas caían por sus mejillas. — ¡Encima me van a embargar la casa por las deudas que dejó sin pagar! — La mujer volvió a llorar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 26, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Opposites AttractDonde viven las historias. Descúbrelo ahora