Observa, hazlo, enséñalo - Parte 2

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En el apartamento del detective Anderson se encontraban su compañero Evans y su hermano Cooper, estaban hablando de lo sucedido.

— ¡Quédate con papá y mamá! — Sugirió muy preocupado Cooper mientras caminaba de un lado a otro y se paraba para mirar a su hermano, siguiéndolo al ver que se movía.

— ¡No! — Respondió rápidamente el moreno. — Me quedaré en mi propia casa, no va a hacerme ésto otra vez. — Comentó tranquilamente mientras se dirigía hacia la puerta, abriéndola con una mano y con la otra les hacía una seña a ambos chicos para que salieran. — Evans, veta a dormir un poco. — Le dijo a su amigo para recibir un suspiro por parte del rubio.

— Estoy bien. — Dijo rápidamente, pero se le veía la preocupación por el moreno.

— Soy un detective de homicidios, no me va a matar. — Les dijo a su hermano y compañero, para así intentar tranquilizarlos un poco.

— ¿Ah si? — Preguntó su hermano un poco enfadado mientras se acercaba a donde estaba el moreno y le sujetaba una de sus manos. — Pues la última vez casi lo logra, ¡mírate la mano! — Dijo mirándolo a los ojos.

— ¡Eh, Cooper! Vamos... — Se entrometió con cuidado Sam para separarlo un poco de su compañero, se notaba que Cooper se estaba alterando a causa de la preocupación.

— Por favor, llévatelo. — Le pidió Blaine al rubio, se podía notar la cara de agotamiento que tenía.

Evans se lo pensó por unos segundos mirando hacia el suelo. — Estaremos fuera... — Le dijo a su amigo mirándolo a los ojos para acto seguido poner una mano en el hombro de Cooper. — Vamos... — Lo animó mientras hacía el amago de salir por la puerta.

El moreno menor levantó ambas manos mientras miraba al suelo. — Está bien. — Contestó un poco más calmado. — ¿Así es como lo quieres? Vale, pero si viene algún ligue lo sabremos igualmente. — Apuntó con el dedo a su hermano. — ¿Te parece mejor? — Preguntó con ambas cejas alzadas una vez fuera del apartamento.

Blaine cerró la puerta y puso la cadena de arriba junto con los demás pestillos mientras soltaba un suspiro.

Al cabo de un rato estaba pasando el aspirador por el comedor cuando escuchó que llamaban a la puerta, apagó la maquina y se dirigió hacia el mueble al lado de la puerta para coger su pistola que había dejado allí, una vez la tuvo entre sus manos, dio algunos pasos y miró por el visillo de la puerta.

Hizo una mueca extrañado y quitó la cadena de la puerta para abrirla. — Hola Melissa. — Saludó con una leve sonrisa a su vecina. — Lo siento, ¿te ha despertado el aspirador? — Preguntó señalando con el pulgar hacia donde estaba la máquina.

— No, no te preocupes. — Respondió ella negando con la cabeza mientras le devolvía la sonrisa. — Estaba estudiando. —

— Oh... Pasa, pasa. — La invitó a entrar el moreno, mientras colocaba la pistola en el mismo mueble de donde la había cogido, su vecina no lo notó porque la puerta lo tapaba. — ¿Cómo va la universidad? — Le preguntó una vez la había cerrado.

— Horrible. — Dijo rápidamente la chica. — Recuérdame por qué quería ser abogada. — Se notaba que estaba un poco agobiada.

Blaine soltó una pequeña risa. — Y yo... En qué estaría pensando al escoger trabajo. — La chica le devolvió la risa mientras veía como el moreno se alejaba hacia donde estaba la aspiradora.

— Sólo venía a ver si estabas bien. — Le comentó la chica un poco preocupada.

— Uhm... Sí, ¿por qué lo dices? — Preguntó un poco extrañado el detective.

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