I. Escapando

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- Jimin...
- S-si.. ¿si mi señor?
- ¿Dónde está Taehyung?
- ... - el pequeño solo agachó su mirada sin querer dar la mala noticia que ya era demasiado predecible debido a su silencio- Escapó otra vez.
- Oh -Dijo sin sorpresa la figura de alta estatura sentada en un enorme asiento forrado de oro, podía sólo notarse el brillo de sus anillos en sus delgadas manos y la tenue sombra del gran salón que cubría su rostro a pesar de que el lugar no fuera tan oscuro-.

Por los pasillos del palacio totalmente iluminado, se encontraba merodeando un joven alto de cabellos dorados y unos ojos cafés como el chocolate, su cara era notablemente admirable con unas facciones tan finas y resaltaban en ella algunas cicatrices, pero en cuanto a sus heridas las más profundas eran las de su espalda.
Continuaba con su marcha sin rumbo hasta que vio una silueta dirigirse a la gran sala, por lo que decidió seguirla sin ser notado.

- Jin ... -Dijo el hombre en el gran trono al percatarse de la llegada del joven.
- Estoy aquí mi señor.

El chico afuera del salón buscaba el modo de escabullirse dentro sin ser notado, por lo cual decidió escalar hasta un hueco que había entre las paredes que daba vista al otro lado.

- ¿Es él? -Dijo el invitado, que era un joven demasiado apuesto y con unas alas relucientes-.
- Sí -respondió la divinidad, mientras que en uno de los reflejos del agua podía notarse una figura humana-.
- Prometo cumplir sus órdenes y de no ser así, que mi alma sea quemada con las más ardientes llamas del infierno. -Dijo mientras colocaba su mano derecha cruzada sobre su pecho e inclinaba la cabeza en signo de obediencia-.

Mientras tanto, el joven trepador ya había buscado la manera de entrar y esconderse entre las sombras que generaban las grandes paredes de mármol cubiertas de enormes pinturas.

Ya había escuchado toda la misión que el superior le había encomendado al ángel que ya hacia ahí en frente y sólo seguía escuchando atentamente y observando la figura que seguía en el reflejo del agua.

Fue entonces cuando vio que la mano del gran señor se levantó y apuntó a Jin, al ver que de su dedo salía un resplandor, Taehyung sólo salió corriendo de entre las sombras del salón y se atravesó entre el ángel y la lucidez que irradiaba la mano del superior. Sintió como recibía toda aquella energía y cómo poco a poco todo su ser iba desvaneciéndose hasta que no quedó nada de él en aquel palacio.

- ¡Ese era Taehyung! -Dijo con asombro y cólera el joven-.
- Sí.
- ¿No hará algo al respecto señor? Sabe los problemas que podría traer si llega al mundo de los mortales.
- Ya es demasiado tarde.
- Pero debe haber algo, podría terminar haciendo de las suyas y convertir todo en catástrofe que es lo único que sabe hacer, esto complicará todo el encargo que acaba de hacerme...
- Basta -respondió con una voz firme pero tranquila- Esto será... -hizo una pausa mientras buscaba como describir la situación que estaba a punto de presentarse- ... Interesante -completo lo que buscaba decir mientras se inclinaba hacía delante dejando ver su rostro, recargando sus codos sobre sus piernas y con los dedos de su mano derecha cubría sus labios levemente-.
La figura que se encontraba ahí en el enorme trono de oro, no era la de alguien o algo que haya vivido más que el propio universo, aunque así fuera; era sólo la forma de un hombre vestido de traje blanco, no tan anciano ni tan joven, pero si tenía toda la pinta de ser un sabio. Sus ojos oscuramente profundos eran como los de un lobo cuando está observando a su presa, y a pesar de que su aspecto no era para causar temor, su presencia provocaba frío pero a la vez una gran paz y tranquilidad. Podía describirse como si fuera nieve, excepto que su piel era morena pero su cabello color plata deslumbraba bellamente cuando los rayos que entraban por los mosaicos del gran salón se reflejaban.

DARKNESS INFIRES [TaeGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora