Capítulo 3: Maldito departamento

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La alarma sonó unas cinco veces antes de estrellarse contra el piso.

Eran las dos de la tarde.

Demonios.

JaeBum abrió los ojos de golpe y lo primero que notó fue una enorme pared blanca con cuadros algo patéticos en su alrededor; luego, un enorme espejo rectangular y un sillón blanquecino con mucha ropa encima. Maldijo, mientras se levantaba de la cama de golpe y se metía al baño de la habitación, arrastrando toda su ropa consigo.

¿De verdad? ¿A quién carajos se había follado ahora y en qué maldito departamento se encontraba? No recordaba ni una mierda. Y lo peor de todo, no sabía ni quién era la dueña de esa ducha y mucho menos, dónde se encontraba. Soltó un quejido cuando el agua fría cayó sobre su cuerpo  desnudo y fue cuando se percató que tenía una serie de heridas y moretones en todo su puto torso, y cuando se tanteó los labios, estos salieron sumergidos en su propia sangre. ¿Qué carajos?

—¡Que te den por el culo! —gritó mientras las gotas de la ducha seguían resbalando por su cuerpo. —¡Y que te den bien!

Cuando terminó de ducharse, salió bruscamente de la habitación mientras se vestía, haciendo una rápida llamada telefónica y maldiciendo todo lo que se le cruzaba por el frente. ¿Cómo había acabado golpeado por todos lados? Exhaló al encontrarse con su automóvil estacionado en las afueras del edificio y se montó en el, intentando ubicarse. Al menos no le había robado el cochecito también. Hizo un esfuerzo sobre humano por recordar, pero nada aparecía en su mente, solo cervezas, culos, hielo y agua. Se ubicó luego de dos minutos dándole vueltas a la manzana y llevó su auto a toda velocidad a lo que reconocía como su casa.

—¿Cómo mierda sabes eso, Jackson? No sé cuál de todas fue y tampoco sé si armé bronca con alguien después de largarme de allí, no había nadie en la puta cama, ¿cómo quieres que recuerde? —golpeó el teléfono con el asiento lateral. —¡Ya sé que siempre armo peleas, idiota, pero ahora no recuerdo con quién fue! ¿Con la pelinegra de tercer año? ¿Cómo sabes tú eso? Jackson, si vas a hablar de algo en particular, ¡ten razones!

Estacionó el vehículo lo más rápido que pudo y caminó hacia la entrada de la casa, colgando la llamada de golpe, mientras presionaba  bruscamente contra la sangre que le caía del labio inferior. Sabía que se había cogido a más de medio instituto, pero jamás había despertado ensangrentado en una maldita habitación; incluso, cuando ya presentía que antes de haberse echado un polvo, se había cabreado y había terminado en una bronca. Y si así estaba él, ¿cómo carajos estaría el otro? Solo esperaba no haberlo matado.

Se metió en la sala y estuvo a punto de subir las escaleras cuando un grito lo detuvo en seco. La vieja que tenía cono criada estaba con las manos en el rostro. Lo que le faltaba.

—¡Oh, Dios mío! ¡¿Qué le sucedió, joven?! Mire nada más cómo está... ¿Qué le ha sucedido? ¿Le han asaltado?

JaeBum se mordió el labio con brusquedad, sintiendo como el sabor a óxido de la sangre se colaba en su boca, mezclándose con su saliva. Descendió algunos peldaños, encarándola enseguida. La mujer se le acercaba con una mueca ridícula en el rostro.

—Métase en sus asuntos, ¿está bien? Y no me vea de esa manera.

—¡Choi YoungJae, trae rápido el botiquín! —clamó, caminando con más rapidez. —¿Desea que llame a un médico, joven?

¿A un médico? ¿Esa vieja estaba loca o qué demonios se cruzaba por su mente? Él no era ningún maricón debilucho como para necesitar a un médico por unas simples heridas en el cuerpo. La aniquiló con la mirada, apuntándola con su dedo índice.

—No llame a nadie, carajo, estoy bien. Es solo que...

Y entonces él entró a la sala cargando una enorme maleta entre sus delgadas manos.

Inocencia Pasional [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora