Era una tarde de invierno, le estaba esperando, normalmente siempre llegaba puntual, pero hoy había llegado antes ella, ¿ y si le habia pasado algo? Bea estaba muy nerviosa, llevaba quedando con el poco más de una semana, sus amigas no lo sabían pues no querían que Bea se metiera en una relación después de lo que le había pasado con su anterior novio. Ella no quería recordarlo pero sus amigas se lo recordaban cada vez que hablaba de algun chico.
Su anterior novio, Lucas, le puso en ridículo delante de todo el instituto, le dijo que no quería verla y que salía con ella por pena. Esas palabras quedaron marcadas dentro de Bea, durante mucho tiempo, Bea intentaba ocultarse, para que nadie se riera de ella ni la criticaran y gracias a él, casi se cambia de instituto, sus amigas, la convencieron para que no lo hiciera, ellas le apoyaban en todo momento y gracias a su ayuda, Bea había recuperado la confianza y alegría que tenia antes.
Hace unas semanas, se encontro en su taquilla una carta, en ella decía toda clase de cosas bellas, también decía que la amaba y que quería quedar con ella, y que si estaba de acuerdo, quedaban en el bar de enfrente del instituto a las cinco el próximo sábado.
Bea estuvo durante toda una tarde pensando en quien podía ser su admirador secreto, ¿sería Kevin, el chico guapo de la clase y también repetidor? ¿o sería Carlos, el antisocial?. Eran muchas preguntas y tenía un examen al día siguiente asi que decidio ponerse a estudiar.
Al día siguiente, después del examen, penso en contarselo a sus amigas, pero no sabía como iban a reaccionar, ¿le sacarían otra vez el tema? Decidio contarselo a su mejor amiga, Carla.
Carla era su mejor amiga desde siempre, habían ido juntas al colegio y en los primeros años hubo roces entre ellas, pero poco a poco se fueron dando cuenta de que podían ser muy buenas amigas juntas.
Carla reacciono bien ante aquella noticia.
- Me parece bastante bien, la verdad, ya es hora de que rehagas tu vida, pero, ¿y si no es quien tu te piensas?
Bea no sabía que responder, había pensado en ello pero ella tenía la esperanza de que fuera Kevin, llevaba un tiempo coladito por él. Desde que lo dejo con su novio, Kevin había estado muy majo con ella y últimamente hablaban mucho, y por un momento pensó que le tenía que decir que le amaba, pues parecía que el a ella también. Cuando estaba a punto de decirselo, vio aparecer a una chica morena, con pelo largo y mucho tacón, primero se abrazaron y despues se dieron un beso. Poco tiempo después lo dejaron, ella se alegró mucho, pero Kevin ya no era el mismo, no transmitia esa alegría, no iba bien en los estudios e incluso acabó repitiendo, y ahora estaba en la clase de Bea.
Poco a poco se fue pasando la semana, muy rápido, Bea iba contando los días que quedaban para el sábado. El viernes, Carla y Bea quedaron, para elegir la ropa que se pondría al día siguiente, después de una hora poniendose de acuerdo, decidieron que se pondría un vestido rojo, con una cazadora de cuero y unos tacones negros. Bea estaba deslumbrante. Carla se había quedado sin palabras.
- Con este vestido seguro que todos quieren ser tu cita - Bromea Carla que ve que Bea esta muy nerviosa.
- Anda, no digas tonterías - Dice sonrrojada.
Esa noche, Bea durmió poco, se acostó tarde y se levantó pronto, estaba muy nerviosa, pero estaba feliz, que alguien la quisiera a ella.. No se lo creía. En ese momento se la paso algo por la cabeza, ¿ y si era una broma? ¿ y si la querían hacer quedar mal? Desde que estuvo con Lucas, hace un año, no había salido con nadie más, tenía la autoestima muy baja y no se creía capaz de gustar a ningún chico.
De todas formas iba a ir, se iba a arriesgar, lo tenía claro.
Llegó la hora, eran las cinco, estaba en la puerta del bar, no se atrevía a entrar. Después de mucho pensarlo entro, ahora no le podía dejar plantado, a lo mejor ya se había ido de tanto esperar pero por lo menos ella habría estado.
Dijo que iría con una rosa para ella, una rosa roja, era su flor preferida, ¿ como lo sabía?
Ahí estaba, era alto, entre rubio y castaño, y vestía de abercrombie, Bea amaba Abercrombie. No era de su curso, tenía un año más asique supuso que se encontraba en 1º de Bachiller.
Se levantó y se presentó, se llamaba Marcos, nunca se había fijado en él, pero la verdad es que estaba bastante bien.
Bea le saludo, se sentaron y empezaron a hablar, la cita duro una hora, hablaron de gustos musicales, de los estudios, y de viajes. Tenían los gustos muy parecidos, los dos querían hacer veterinaria, estudiaban mucho para ello; querían viajar por todo el mundo, sobre todo a Canadá y a Alemania; y a los dos les gustaban los antiguos grupos de musica, como los Beatles o Queen, coincidian en que odiaban la música española.
Cuando acabó la cita, Marcos la acompañó a su casa - es un caballero- pensó Bea. Se intercambiaron los teléfonos y pensaron en llamarse para quedar otro día. No hablaron de la carta ni de lo que con ello conllevaba.
Al llegar a casa Bea vió sus tantas llamadas perdidas de Carla y la llamó.
- Bea, te he estado llamando todo el rato, ¿cómo es? ¿es del instituto? ¿cómo se llama? ¿es guapo?- Todo esto a una gran velocidad.
- Carla, tranquila, habla más despacio que no se te entiende nada, solo te diré que se llama Marcos y es muy majo, me ha acompañado hasta casa. Ahora me tengo que ir a estudiar, adios.
- Bueno, adios, pero mañana me cuentas todo.
Bea estaba tan ilusionada, no se podía creer que fuera alguien mayor, nunca se había fijado en Marcos, era guapo.. y listo. Le iba a llamar mañana.
Mientras, Marcos, llevaba tanto tiempo enamorada de ella que tenía que decirselo, y ya había dado un paso, se habían conocido, no se lo podía creer. ¿qué impresión le habrá dado? ¿ buena? ¿tan buena como para que le llamase otra vez? Lo estaba deseando. Pero era hora de dormir, no tenía sueño, pero tenía que intentarlo.
- ¿Cómo se puede dormir tan bien? - Se pregunta Bea mientras se da cuenta de que llega tarde a clase, se ha saltado las dos primeras horas.
Bea decide ya no ir al instituto, pues hoy no tiene examenes y se va a quedar descansando un poco.
Al acabar la mañana llama a Marcos, que se lo coge y deciden quedar aquella tarde otra vez, pero esta vez, van a dar un paseo por algun espacio natural, en vez de quedarse en un bar hablando.
Pasan un buen día, se hace entretenido, y como ella pensaba, Marcos es muy divertido, no es el típico empollón que solo estudia, es algo más, es diferente al resto de la gente.
Deciden quedar al día siguiente de nuevo en el mismo bar de la primera cita.
Bea se ha quedado en blanco recordando todo lo que les ha pasado hasta entonces, ya ha llegado.
- Bea, siento el retraso, pero esque me he quedado estudiando en la biblioteca y se me ha ido el santo al cielo.
- No pasa nada, la primera vez llegué tarde yo, pero has tardado tanto que me tengo que ir, lo siento. Adios. Mañana hablamos.
- Adios.