No podía haberse quedado más tiempo con Marcos, y era una pena, porque ella quería conocerle más y más, era tan majo, guapo, inteligente y divertido... que era normal que la gustase.
Mierda, se había olvidado de llamar a Carla, debía de hacerlo, si no se pondría más histérica de lo que ya estaba. Carla le había ayudado mucho esta semana, le ayudó a quedar con él, y gracias a ello, se encuentra así.
-¿Carla?
-¿Sí? ¿Bea? ¿Qué tal hoy con Marcos?
-Mal, ha llegado tarde y yo me he tenido que volver a casa, una pena, me apetecía hoy dar el primer paso.
-¿El primer paso?
-El beso, sí.
-¿¡Qué no os habéis dado un beso todavía!?
-Em, Carla, te recuerdo que nos conocemos de hace una semana.
-Ya, pero...
-Pero nada, no ha surgido todavía y ya está.
Ahora que se acuerda, tiene examen de historia y no había empezado, con todo esto... Era increible lo que te podía cambiar la vida en una semana.
Carla había seguido hablando:
-y ahí fue cuando me dí un susto y - le corta Bea:
-Lo siento, tengo que estudiar historia Carla, te llamo cuando acabe.
-¡Pero no me dejes así!
Había llegado a casa, era pequeña, pero era acogedora, y para su madre y para ella estaba muy bien. Bueno, también estaba el gato, pero no necesitaba una habitación más dado que dormía con ella.
-¿Dónde has estado?- preguntó su madre con cierto desden.
-Con Carla por ahí, necesitaba que la ayudase a buscar un regalo para un amigo-mintió.
-¿Un amigo? Seguro que es más que un amigo, un noviete de esos que ahora tenéis.- Rosa, como se llamaba la madre de Bea, era realmente cotilla, la gustaba saber todo lo posible.
-No mamá, Carla no tiene novio.
-¿Y tú? Tendrás a alguien por ahí...
-Mamá, no. No sigas por el barro que te acabas manchando. Me voy a estudiar historia.
-Bueno, bueno, si tu lo dices no habrá nadie.- Dice la madre con una sonrisa en la cara, según como se ha puesto Bea seguro que hay alguien, y eso a Rosa, ¡la encanta!
¿Qué hora era? Debería de llevar más de tres horas estudiando historia. Era tan aburrido que llego un punto en el que casi se queda dormida, pero bueno, por lo menos se sabía ya más o menos todo, y menos mal, porque si no aprobaba el examen, su madre la mataría.
-¡Beatriz, a cenar!
-Vale, mamá.
-Pon la mesa.- Bea le hizo caso y puso los tenedores y los cuchillos junto a las servilletas. Rosa había hecho la comida preferida de Bea, huevos rotos.- Bueno, y ¿qué tal va la historia, para un diez,no?
-Mamá, no va para un diez, pero por lo menos va para aprobar.
-Deberías estudiar más...-dijo Rosa.
-¡Mamá que ya lo sé! ¡Dejame vivir en paz que ya no soy una niña! ¡Tengo 16 años!
-Por eso mismo me preocupo por ti, es una edad de cambios y de experimentar muchas cosas nuevas y...-Bea la cortó.
-Mamá, otra vez esa charla no, por favor. Por lo menos me la cuentas una vez cada día.- Bea se fue dando un portazo en la puerta de la habitación, no quería hablar con su madre de esas cosas, ella ya necesitaba todo lo que tenía que saber. Con su antiguo novio, Lucas, ya había hecho algo y sabía como iba eso. Se metió en la cama y encendió el movil, que llevaba apagado desde que se había puesto a estudiar Historia. ¿Cuántos mensajes tendría? ¿Alguno de Marco?
El telefono se bloqueo durante cinco minutos de todos los mensajes que llegaron. Seguro que eran de sus amigas, las salvajes, ese era el nombre del grupo, lo propuso Sara aunque Bea nunca había considerado que le fuera demasiado bien el nombre, salvaje solo había una, y era Sara. Una vez que el telefono se desbloqueo, Bea miró los mensajes, 350, había 5 de Marco, los demás de "Las salvajes".
-¿Qué tal la tarde Marco? - Ups, Bea se había equivocado de grupo aunque con lo nerviosa que estaba era normal.
-¿Quién es Marco? - preguntó Hannah. Hannah era americana y era la última de las salvajes que había llegado al grupo, pero se adaptó muy bien desde el principio y ahora era como una de ellas.- Nunca nos has hablado de él.
-Ya...bueno, es un chico, se llama Marco y está en primero de bachillerato, tiene un año más que nosotras y nos conocemos desde la semana pasada.
Iban sucediendose mensajes de las demás salvajes del grupo,de Sara, de Estela, de María y de Isabel, esta última no la caía demasiado bien, pero como en todos los grupos, había rocecillos entre algunas. Carla no comentó, ya lo sabía todo.
Bea dejaba pasar los mensajes del otro grupo y comenzó a hablar con Marco:
-Hola Bea, te he estado esperando toda la tarde, no te has conectado en ningún momento.
-Ya bueno, tengo mañana examen de historia y no había empezado a estudiar, asique pensé que lo mejor era apagar el movil. Yo también tenía muchas ganas de hablar contigo.
Los minutos se sucedieron con risas y numerosas conversaciones entre Bea y Marco. Hasta las doce, que Bea decidió irse a dormir.
-Buenas noches, Marco. ¡mañana nos vemos!
-Eso espero, quiero verte. Buenas noches, y sueña conmigo. ;)
-Lo haré, no te preocupes. Hasta mañana.- Así se despidió, Bea, dejó el movil en la mesilla de noche y durmió.