Capítulo 4

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Bea llamó a Carla inmediatamente, si se enfadaba porque no la contaba otras cosas, no quería ni imaginarse esta, ella todavía ni se lo creía, Pablo, el hermano de Marcos le había besado a la hora de conocerla, ¿pero quien se había creido ese tio? Bea se sentía mal, principalmente porque le había gustado ese beso y porque no sabia como contárselo a Marcos, porque Marcos todavía le gustaba, ¿o no? ¿Cómo podía cambiar de opinión tan rápido? ¿Cómo podía pensar ahora solo en Pablo? Carla lo cogió a la tercera llamada.

-¿Bea? ¿Para qué me llamas tantas veces?

-Ha ocurrido algo, algo muy fuerte. Fui a dejarle la carta que le escribí a Marcos en el buzón, pero me encontre a su hermano por accidente y me trajo a casa, y ahí fue cuando me besó.

-¿Qué?¿Cómo ha pasado eso? Menos mal que me lo has contado, y ¿cuántos años tiene, es guapo?

-Pues si te digo la verdad no se cuantos años tiene, no se lo he preguntado y aparte tampoco creía que me iba a hacer esto, creía que le iba a conocer como cuñado si Marcos y yo al final llegabamos a algo. No se que hacer, tengo un gran cacao mental en la cabeza. Dos hermanos, cada uno con cualidades diferentes, uno me ha besado ya y el otro no, uno me gusta más por su interior y otro por su exterior (básicamente porque no conozco más de él).

-yo solo te digo que me presentes con el que no te quedes, que tienen los dos muy buena pinta, y así somos cuñadas.

-Vale Carla, ¿algo más? Perdona, te tengo que dejar, me esta llamando Marcos.

Bea cuelga a Carla, y le coge la llamada a Marcos:

-Hola Marcos.

-Hola Bea, tenía ganas ya de hablar contigo. He visto la carta que me has dejado en el buón de casa, no tenías que haberte molestado y menos en llegar hasta aquí, seguro que has dado una gran vuelta.

-Sí pero no ha sido para tanto, no pasa nada.

-Ya me ha contado mi hermano que os habéis conocido, ¿ que te parece? Es un chico majo, aunque se que siendo su hermano no lo debería de decir, extrovertido y guapo, si quieres presentaselo a alguna de tus amigas, solo tiene un año más que yo, 18, y está estudiando una ingenieria de esas chungas.

sÍ, le he conocido, es un chico majo, me ha traido hasta mi casa y todo, me ha hecho un gran favor, porque llegaba tarde a casa.

¿Quieres que quedemos hoy para dar una vuelta? Te puedo ir a buscar en unos 30 minutos si quedamos en tu casa, ¿te parece?

Vale, me gusta la idea. Me voy a arreglar entonces, que si no no llego.

Estaba muy tensa, tenía que ocultar algo que estaba carcomiendola por dentro. Ahora no quería escucharlo, iba a quedar con Marcos, a ver si así se decidía en algún momento.

Pasaron 30 minutos y no la había dado tiempo a arreglarse tanto como debería. Llamó Marcos a la puerta, le hizo subir, estaban solos y no la importaba que la viera mientras acababa de arreglarse. El timbre sonó:

pasa, esta abierto.

Vale, ¿que guapa no?

¿y tú?- Marcos iba con una camisa azul y unos pantalones preciosos que no sabía muy bien de que era, combinados con unos zapatos negros. Bea había cogido un vestido sencillo de flores con medias, y unas botas para ponerse con ello. Ahora se estaba pintando.

No hace falta que te pintes tanto, cuanto más natural te veo, más guapa me pareces.

No se dicen tonterías en esta casa jaja, Marcos.

Es verdad- Marcos tuvo un impulso, la cogió por la cintura y la giró hacia él, Bea tenía los labios pintados de rojo, le llamaban mucho la atención, quería besarlos, y así lo hizo, la besó durante un tiempo, un tiempo que parecía que se paraba, aunque cuando realmente paró, se sintió pequeño, nunca le había pasado con otra chica, nunca había querido tanto a una persona.- Lo siento, no debería de haberlo hecho.

No, no lo tenías que haber hecho ahora, si no mucho antes. - Bea siguió besandolo, le encantaba la textura de sus labios, como besaba, y como un impulso, empezó a llevarle a su habitación para que tuviesen más intimidad. Se comenzó a quitar la ropa e hizo que Marcos pusiera las manos en sus grandes senos, Bea quería, tenía ganas.

¿Estás segura? No quiero hacer nada si tú...

Sí, quiero, y si me permites decirte algo, ya estas tardando.

Marcos se quitó el cinturón y con ello el pantalón, Bea vió lo que se encontraba en los calzoncillos, ¿realmente eso iba a caber en algo como Bea? Más tarde comenzó a quitarle el vestido a Bea. Parecía que los dos tenían ganas, y se notaba en el aire una pequeña excitación.Marcos besó a bea, primero por el cuellos, y después por sus senos. Iba a quitarse el calzoncillo, pero Bea lo paró.

-Marcos, lo siento, no puedo, de verdad, no puedo.- Se puso a llorar, le había entrado una gran ansiedad al imaginarse lo que iba a pasar, y había estado a punto de desmayarse, cuando ella había sido la que había querido seguir, ¿Cómo le habría hecho sentir a Marcos?

-Bea, no pasa nada, si no estas preparada es mejor no hacer nada, no llores por favor.

-Me siento mal, por que he sido yo la que ha querido seguir con esto, y no he podido, he sentido miedo, miedo a que algo me pudiera pasar, a tener dolor, a quedarme embarazada, miedo a lo extraño.

-Bea, te quiero, y no quiero que te pase nada malo, si no estas bien así lo entiendo, ¿nos vestimos y damos un paseo?

-No, será mejor que te vayas Marcos, me siento avergonzada, no quiero estar ahora mismo contigo.

-no pasa nada, me voy y hablamos otro día.- Marcos le da un beso en la frente, intentar calmarla es la mejor opción.

 Marcos piensa mientra va hacia su casa, ¿ Bea no era la chica a la que intentaron hacer algo el año pasado? Si es así no se perdonaría nunca lo que había intentado hacer, aunque hubiera sido ella quien había querido intentarlo. Se sentía mal, pero no mal por no haber podido hacer algo con ella, mal por como se sentía, creía que era por su culpa e intentaría arreglarlo.

GenofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora