Cumpleaños.

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No tienes idea del entusiasmo que sentí cuando me invitaste a tu casa por tu cumpleaños. Era una pequeña reunión entre amigos, pero me emocioné mucho.

Apenas llegué y aún tenía la costumbre de dar las "Buenas tardes" y mantener una actitud calmada por buena educación.

"¿Qué haces aquí?", me dijiste entre la sorpresa y la felicidad
"Visitándote, es tu cumpleaños", respondí sonriente. Me di cuenta que no me esperabas, pese a que te confirmé mi asistencia.

Llegué un poco más tarde de la hora acordada, pero al menos llegué.

Muchas bromas, juegos y risas entre todos los que estábamos allí. Y al agarrar la confianza, me sentía Yo.

Otro día, semanas después de tu cumpleaños,  volvimos a reunirnos, no todos, pero era el mismo lugar. Fue otro día muy divertido. Aunque casi que gastamos el agua de media ciudad mientras jugábamos con la manguera.

Tu cabello siempre lucirá bien mojado, seco, planchado, despeinado. Qué envidia.

Todo lo que tengo por decir... Y no te diréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora