Capitulo 5

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Narra Calum

Han pasado dos Semanas desde que Bella despertó se su autoimpuesto coma. Han sido días estresantes para mí. Soy inteligente, demasiado, y solo gracias a eso hice lo suficiente para mantener a flote el imperio de los Hamilton. Okey, seré honesto, no he tenido que hacer mucho, tienen mucha gente competente rodeándolos, bueno rodeándola.

Echo de menos a mi amigo, Ash, más que mi amigo era el hermano que nunca tuve, su pérdida es algo que me destrozo por dentro, pero Bell es mi prioridad ahora, y necesito ser fuerte por ella. Porque o sino, me aterra pensar en la destrozado que estaría en estos momentos, no puedo dejar afuera esos sentimientos, duelen demasiado.

Cuando Bella volvió a despertar fue una sorpresa para todos. Incluso para alguien frio como yo. No lloro, ni siquiera gimoteo ni sus ojos se llenaron de lágrimas, eso sí, no hablaba mucho y nunca, bajo ninguna circunstancias sonrió, comía apenas, lo suficiente pero no más. Me estaba preocupando. Sus ojos, antes tan cálidos que parecía que te fundías en el calor de la plata pura derretida ahora eran dos círculos de vidrio o metal frio y lejanos. Su mirada era perdida, sin vida.

El único movimiento que hacía era una caminata por el hospital todos los días en diferentes horarios. Salía a recorrer el hospital y luego volvía a su habitación para mirar por la puñetera mirada una y otra vez hasta quedarse dormida.

Desde antes de ayer se comenzó a poner al tanto de la situación en la que se encontraban las diferentes compañías que maneja el nombre de su familia. En estos últimos tres días dirigió ese imperio de empresas desde su cama de hospital, fría y calculadoramente. Como dije no hablaba y estar cuidándola era desesperante ya que apenas respondía y no era la mi princesa sonriente. Tenía que hacerle cambiar antes porque no me perdonaría que muera la Bell que conozco por la de ahora, sin dar todo mi esfuerzo por cambiarlo.

Se preguntaran a que me refería cuando le dije al feto (bella, si, ella, es un apodo que le puse cuando éramos pequeños) que cruce medio mundo para verla, bueno, tal vez no, pero igual les responderé.

Soy un deportista adicto a la adrenalina y lo sé, les parecerá una mala película de acción pero aunque no lo crean soy también algo así como un agente encubierto, no pertenezco ni a la KGB, CSI, FBI, INTERPOL, etc. Suelo trabajar para el gobierno cuando quiero y así viajo por el mundo, aunque no lo necesite ya que tengo mi propia firma y eso  me sirve como fachada a lo que en verdad me apasiona, la adrenalina. Pero no es como en las películas de Tom Crouse o algo así. Solo hago la parte en la que se incluye la palabra ADRENALINA pero, volviendo al punto, estoy aquí por Bell.

Ashton era mi mejor amigo y hace unos meses me llamo y me pidió el reunirnos. Me puso al corriente de unas sospechas que tenia de las carreras locas en las que solía participar él y bella. Este año había alentado a Bell para que arme el auto o algo así y  él compita en su lugar para evitar que ella este compitiendo.

No tuvimos oportunidad de hablar más ya que consiguió una pista, la cual desconozco en su totalidad, y se marcho, no sin antes hacerme prometer que tenía que cuidar y proteger al feto de su hermana, no hacía falta que lo haga porque protegería a Bell con mi vida. Siempre.

Hoy la prensa amarillista se entero que Bell despertó del coma, eso la hace un blanco más fácil y debo asegurarme de que nada le pase. Baje de mi auto, lo estacione y me dirigí al ascensor para ir a ver como estaba Bell.

Había un montón de reporteros y fotógrafos esperando alguna migaja de información. Se acercaron a mí, rodeándome y acaparando todo mi espacio personal. Fastidioso.

– Joven Hood ¿Está usted comprometiéndose con la señorita Hamilton para la fusión de las empresas?

– ¿Mantiene una relación con la heredera billonaria?

Al LímiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora