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_narrador omnisciente_

luego de varias horas de preparación, las puertas del boar hat habían sido abiertas, donde los invitados con sus respectivas tarjetas entraban al lugar, se podía ver una hermosa decoración y como la comida que había en las mesas le provocaba apetito a cualquiera.

-una hermosa fiesta, para una hermosa 'princesa'-

se escuchaba como algunos invitados decían aquellas palabras mientras levantaban sus copas. era un hermoso momento de celebracion, y todo iba como lo planeado.

Diane con su hermoso vestido naranja claro y sus tacones negros, la hacían parecer una estrella de cine, su hermoso pelo castaño estaba siendo sujetado por una delicada cinta del mismo color que el vestido.
se abrió paso entre las mesas ocupadas, sentándose en las sillas para poder tomar algo en el mostrador.
los camareros se movían de acá para allá, y la gente estaba festejando alegre. esperando la llegada de Elizabeth.
este iba a ser el último día en el que Diane se quede aquí, y al parecer a la joven albina no le iba a gustar aquella noticia.
mientras que la joven de ojos violetas se encontraba pensando en el mostrador, una sombra la agarró y la llevo cerca de la salida del lugar. se trataba de Meliodas quien con su traje formal se mostraba bastante elegante.

-Diane- susurro.- necesito que me cuides esto por un momento ¿si?- dijo dándole un hermoso collar.

aquel objeto que ahora estaba en manos de la bella joven de pelo castaño tenía un diamante amarillo de aproximadamente 407 quilates y contenía pequeños diamantes blancos como adornos.

-pero meliodas ¿cómo conseguiste esto?- susurro dudosa.-

-es de un amigo mío, que será el regalo para Elizabeth, te pido que lo cuides y lo guardes en tu bolso.- susurro-

-pe-pero Melio..- fue interrumpida por el muchacho.-

-muchas gracias Diane, ahora entiendo porque eres la mejor amiga de Elizabeth.- dijo, yéndose a saludar a los invitados.-

Diane lo guardó en su bolso, y se fue al mostrador como si nada hubiese pasado.
¿cómo es que un amigo le dio la joya?¿cuanto salía? que envidia..
pensaba la joven, sabiendo que nunca en su vida podía tener un objeto así. vaya que los ricos la pasan bien..
se puso a pensar mientras se tomaba un poco de whisky.

de pronto la música se detuvo, escuchandose la voz de Meliodas por un micrófono.

-un aplauso para la señorita Elizabeth.- dijo.- dedicarle una cordial bienvenida.- termino de decir.-

se pudo escuchar los aplausos de los invitados en sincronía,
justo cuando Elizabeth hizo su entrada mostrando un vestido rojo de diseñador.
toda la gente la volteó a ver, mostraba inocencia con su forma de caminar y elegancia al mismo tiempo. sus ojos eran grandes y de un hermoso color azul marino.
Diane miraba como Elizabeth saludaba a los invitados, para luego sentarse donde estaba Meliodas y el padre de la joven.
aquella joven de pelo castaño agarró su bolso esperando a que Meliodas le pida la joya para dársela a Elizabeth, pero eso no paso.
ya casi pasaba una hora y Meliodas no mostraba ninguna aptitud de que hubiese querido la joya de vuelta.
hasta que la música se detuvo, esperando a que la gente se levante para ponerse a bailar al ritmo de la música, la joven se dio vuelta un momento para pedirle otro trago al camarero, cuando se dio cuenta que Elizabeth y Meliodas estaban a punto de abandonar el lugar.
Diane empezó a seguirlos, con el fin de darle la joya de vuelta, pero los perdió de vista por la multitud que se mantenía de pie bailando.
ella se dirigio a la salida de la parte trasera del lugar, pensando que podrían haber ido allí para estar más solos.
Diane sabía lo estricto que era el padre de Elizabeth, tal vez por eso querían intimidad.
hasta que un ruido proveniente de afuera la sacó de sus pensamientos, aquellos gritos eran de Elizabeth.
la joven de cabello castaño no lo penso dos veces cuando abrió la puerta de la salida bruscamente.

_narra Diane_

cuando salí afuera del boat hat pude ver una macabra imagen que me abrió los ojos como platos.
Elizabeth y Meliodas estaban tirados en el piso,y de sus heridas salía un líquido rojo que mancharia la ropa de los culpables.
dos hombres estaban bastante enojados y no sabía el porque.
hasta que me miraron y se dieron cuenta de que yo ya había visto todo.

-¡nada de escándalo!- me gritó un hombre agarrandome bruscamente del brazo.-

yo no podía reaccionar, estaba temblando como si tuviera frío. aquella imagen me marcaría para toda la vida.

-no digas nada niña, y quédate tranquila.- dijo otro hombre.-

-ella sabe todo.- dijo mientras me movía como un objeto.- hay que eliminarla.- termino de decir.-

yo solamente le rogaba a los dioses de que no me pase nada.
aunque haga algo iba hacer inútil. ellos estaban armados de pies a cabeza.

-cierra la boca- ordenó el otro hombre, cuando rápidamente el otro me dejo de agarrar.-

- ya hisiste mucho por hoy..- dijo el otro con un tono serio.-

¿acaso me dejarán escapar? estaba ilusionada de que pase algo que obviamente era imposible.

-metela al auto y también a los demas cadaveres- dijo el hombre cuando subió a un auto negro mientras que el otro seguía ordenes.-

yo retrocedi, estaba pálida y con miedo.veía como aquel hombre, que estaba un poco ebrio metía a Meliodas y Elizabeth atrás del auto, ahora se acercó a mi y me tocó con aquellas manos frías y humedas.
el hombre puso sus pies en posición y me golpeó con su puño medio cerrado la mandíbula. ahora veía todo oscuro y lo único que sentí es como aquel hombre me cargaba.

 ahora veía todo oscuro y lo único que sentí es como aquel hombre me cargaba

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kiane ┋ matame con tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora