yummi la gata mágica

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A las afueras de Ciudad de Bandle, había una vez una frondosa cañada donde las polillas lunares centelleaban y las riberas rebosaban de peces arcoíris. En una cabaña enclavada entre los verdes árboles, vivía una hechicera yordle llamada Norra con su gata, Yuumi.

Al haber nacido con poderes mágicos de protección, Yuumi disfrutó durante muchos años de una vida tranquila en la que sus principales preocupaciones eran abalanzarse sobre los rayos de sol y dormir entre los árboles ratón. Cada vez que le picaba el gusanillo de la aventura, acompañaba a Norra en sus exploraciones del plano material y espiritual. Norra pasaba el tiempo reuniendo objetos extraños como tazas rotas, esquirlas de vidrio de colores y telas con divertidas puntadas. Examinaba cada artefacto con gran reverencia, pero Yuumi nunca llegó a entender su utilidad. Pese a todo, Yuumi utilizaba su magia para proteger a Norra de cualquier peligro y le calentaba los pies al volver a casa.

Los portales entre los planos de la realidad son delicados y casi nunca se abren, ni siquiera para criaturas tan hábiles como los gatos. Yuumi observaba cómo otros yordles aguardaban durante días a que la estrella oriental se alinease con un determinado arco de piedra o vadeaban con impaciencia entre los nenúfares marismeños en busca de una flor plateada que creciera en el barro; solo entonces aparecía una senda. No obstante, la yordle de Yuumi, Norra, poseía el poderoso Libro de los umbrales, que le permitía viajar al instante a cualquier lugar que estuviera representado en sus páginas. Cuando Norra abría un portal, Yuumi y ella se zambullían con júbilo en el brillante papel y llegaban a su destino, acompañadas unos instantes más tarde por el propio libro.

Yuumi nunca le prestó demasiada atención al libro, hasta una noche sin estrellas en la que regresó a casa después de atraer polillas lunares con su lucibrillo y se encontró con que Norra no estaba allí. Vio el libro sobre el escritorio de su dueña y, presa del pánico, lo hojeó hasta darse cuenta de que algunas páginas habían sido arrancadas de cuajo. Incapaz de leer el título, Yuumi lo llamó simplemente "Libro" en un grito angustiado. Como respuesta, el libro se meneó, y Yuumi se sorprendió al descubrir que fue capaz de entender pensamientos entre el susurro del papel. Pese a no tener voz, Libro se expresó alta y claramente. Yuumi averiguó que Norra había viajado a un lugar tan peligroso que había destruido el portal durante el trayecto.

Yuumi sabía que debía rescatar a Norra, así que recurrió a la ayuda de Libro. Cada una de sus miles de páginas conducía a un sitio distinto por las líneas de magia que cruzaban el plano material y espiritual. La página que Norra había usado para viajar se había extraviado, pero quizá Libro sería capaz de acercarlos a ella. Yuumi y Libro tendrían que explorar todos los umbrales posibles. Se convirtió en la insólita guardiana de Libro tras jurar protegerlo con el valor de un león; si acababa en las manos equivocadas, los portales a Ciudad de Bandle podrían abrirse para toda suerte de intrusos indeseables y voraces.

Yuumi y Libro emprendieron su arduo periplo, durante el cual visitarían tierras peligrosas y desconocidas. Yuumi trató en vano de olfatear el rastro de Norra en el viento. Aunque Yuumi cesaba la búsqueda de vez en cuando para seguirle la pista a un ratón o para recobrar fuerzas con una breve siesta gatuna, Libro era cauteloso hasta rozar la frustración; se lamentaba del tiempo perdido y se inquietaba ante las posibles amenazas que les aguardaban. No obstante, Yuumi y Libro estaban decididos a encontrar a su dueña y llevarla de vuelta a casa.

Cuando Yuumi echaba mucho de menos a Norra, solía buscarse otros acompañantes. Uno de sus favoritos era un pastor que llevaba a cuestas una puerta y lucía una tupida barba y una risa grave como un arroyo balbuciente. Yuumi descansó sobre sus hombros durante un tiempo y lo protegió de airados espíritus níveos que formaban ráfagas en las granizadas, mientras que él le traía peces vivos.

Al final, Yuumi localizó el olor de su dueña entre unas inmensas ruinas de Shurima. Tras escarbar en la arena un buen rato, se topó con un fragmento roto de cerámica azul que parecía pertenecer a una de las teteras de Norra. Antes de poder seguir cavando, una bestia feroz emergió de la tierra, y Yuumi y Libro lograron escapar por los pelos. Apenas alcanzaba a figurarse el caos que una criatura así podría provocar si llegara a clavar sus garras en las páginas de Libro.

Pese a todo, estos fortuitos compañeros de viaje se han hecho íntimos amigos gracias a lo que los une: su amor por Norra. Yuumi sigue buscando el rastro de su dueña por todas partes con la esperanza de poder volver a disfrutar algún día de la rutina de echarse una siesta al sol junto a Norra.

yummi la gatita mágicaWhere stories live. Discover now