Debo estar soñando

3 1 0
                                    

<<Tienes que sanar viejas heridas, Anna; no puedes seguir huyendo del pasado, tu padre te dirà todo lo que necesitas saber... pero a su momento. Los amo.>>

Las palabras de mi madre -adoptiva- siempre me rondaban en la cabeza.

Aùn no sè què es lo que mi padre -adoptivo- me tiene que decir, supongo que tiene que ver con la muerte de mi hermana o algo por el estilo, tema del cual ya estoy bastante enterada.

Lucy falleciò un año antes que mamà, estàbamos en un paseo de la escuela cuando el bus en el que ella iba chocò con un àrbol o tal vez con un auto -la verdad no recuerdo mucho de ese dìa y cuando pregunto, la historia siempre cambia- todos nuestros compañeros salieron con pequeños rasguños pero mi hermana no tuvo la misma suerte, papà dice que muriò en el acto, sin dolor. Era mi mejor amiga y quisiera recordar aunque sea algo de ese dìa pero no, lo intento y nada. Nuestros padres nos adoptaron a los 8 años despuès de que varias familias nos rechazaran. Ellos decìan que èramos especiales y que cada niño tenìa una familia a la que estaba destinado a ser parte, ellos nos dieron ese hogar y estarè eternamente agradecida.

Soy mayor que ella por un año, una semana antes de mi cumpleaños es el suyo asì que siempre vengo a dejarle flores, tarjetas y hablar un rato con ella. Sè que me escucha desde donde estè y espero estè orgullosa de mì.

-- ¡Anna! Aiden, Zack y Adam estàn aquì --me avisò mi padre de la no tan sorpresiva visita de mis mejores amigos y digo no tan sorpresiva porque pràcticamente viven aquì--. ya me voy al trabajo, regreso antes de la cena y traerè pastel para celebrar.

Tomè mis cosas y bajè apresurada por las escaleras, abracè a mi padre como todas las mañanas y fui a la cocina a desayunar, ahì encontrè a Aiden devoràndose todas las tostadas con mantequilla que nos habìa dejado mi padre.

Terminamos de desayunar y tomamos un taxi al cementario, debìamos saludar a mi hermana antes que nada. Al llegar me sentè un rato y le dejè algunas cartas, no pude evitar llorar.

-- te amo --susurrè sobre su làpida.

La extraño tanto. Por ratos siento que no puedo seguir, me hace tanta falta. Estuve cerca de media hora llorando y acostada lo màs cerca a ella cuando mi mejor amiga dijo que ya era suficiente y que dejara que Lu descansara en paz, tenìa razòn; asì que me levantè y me despedì de mi hermanita.

Ha pasado mucho tiempo y no creo que deje doler en algùn momento, ella se llevò parte de mì que no recuperarè. 

-- feliz cumpleaños, Lucy --escuchè a Aiden susurrar con la voz quebrada.

Zack y Adam se quedan en silencio siempre que venimos, ella era su mejor amiga y los 4 crecimos juntos se podrìa decir.

Al salir del cementerio Aiden me tomò por el brazo y su cara era de puro terror, estaba pàlida y me señalò un àrbol que estaba a unos cincuenta metros de nosotras dentro del cementerio pero cuando mirè no habìa nada, estaba totalmente confundida; inmediatamente Aiden se desvaneciò y Zack la sujetò antes de que cayera al suelo -estaba helada- la llevamos hasta uno de los taxis estacionados; en el trayecto a casa despertò y me asegurò de que estaba bien y que mejor sigamos con nuestros planes para hoy y le restò importancia a lo que acababa de pasar.

Fuimos a comprar algo de ropa, luego a los juegos mecànicos, despuès a almorzar y finalmente Aiden se tuvo que ir a su casa a ayudar con la cena y los chicos se quedaron acompañandome hasta que llegara mi padre.

Cruzàbamos el parque a una cuadra de mi casa cuando sentì que me observaban pero no vi a nadie, apresurè el paso y entrè a mi casa practicamente corriendo con los chicos detràs mìo tratando de alcanzarme, coloquè todos los seguros posibles y me quedè viendo por la ventana esperando que alguien apareciera pero al parecer solo habìa sido uno de mis ataques de pànico.

--A veces puedes ser muy... rara ¿lo sabes? --se burlò Zack.

Llamè a papà y me dijo que ya estaba saliendo del trabajo, que pasarìa antes por el pastel para Lucy.

Cocinè algo para los cuatro y esperamos en el sofà.

Me levantè de golpe al darme cuenta que me habìa quedado dormida, los chicos estaban tirados en el suelo con los mandos en sus pechos y mi papà posiblemente no pudo entrar a la casa por los seguros que habìa colocado. Corrì a la entrada y al abrir la puerta no habìa rastros de mi papà, recorrì la casa y no habìa, vi la hora y ya eran màs de las nueve, le marquè y me respondiò una señora, lo que me dijo despuès definitivamente no me lo esperaba.

--Anna, tranquila --intentò consolarme Zack--. Adam quèdate con ella, irè por Aiden y por el auto.

Legiones: OrígenesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora