¿Qué sentido habrás de tener en tu vida?
¿Qué piensa ella de ti?
¿Qué piensas tú de ella?
No puedes controlarla.
Lo sé.
¿Tú también?
Tal vez.
Y, aunque lo sepas, una triste realidad acecha; no puedes cambiarla.
No puedes decir nada.
Si lo haces, se reirán de ti.
¿Y, eso es lo que quieres?
¿Entonces, por qué te quedas ahí?
Promesas falsas, tristes te quiero.
Y, aunque ya tuvieron su tiempo, y se fueron,
Simpre nos quedará ese recuerdo.
¿Qué triste, no?