Short Stories 📚

Youngblood 2 🥊🥼

New York City 6 años después

Mí cabeza volaba, no lo podía creer, ahí estaba, ella. La había imaginado en estos años, cómo sería su vida, que sería de ella.
Vine a Nueva York por trabajo, si, mí siniestro trabajo.

Nos encontramos con mí compañero en un hospital ya que el imbécil recibió un disparo, nada grave, pero la gente se alborotó y terminamos aquí, donde justamente levantando la mirada, la ví.
Estaba hermosa, su cara de niña habia sido cambiada por la de una mujer, pero seguía teniendo ese brillo en los ojos, ahora vestía uniforme azul marino y una bata blanca. Dios, la había extrañado, quería hablarle, pero no quería asustarla; pero, lo que no me esperé fue que caminara hacia aquí, no apartaba la vista del expediente, juro que podía sentír mí corazón latir en mí garganta, era ella, si, ¡Era ella!

-Buenas Tardes, Sr. Lawrence, soy la Doctora Hannah Collins y voy a... .
Ambos nos petrificados al vernos frente a frente luego de tantos años.
-Bruno...
-Hannah...
-Si, si, muy lindos los dos, después se van a una de esas salas de descanso, pero a mí me duele el trasero.

Fue imposible no reir los tres, Hannah se dispuso a quitarle la bala a Phil y a suturar, la ví otra vez curando mis heridas luego de una pelea, y algo se removió en mí.
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Nos apartamos de aquella ruidosa sala de emergencias, ambos nos mirábamos, como si solo hubieran pasado dos semanas de habernos visto cara a cara, pero por dentro se notaba la añoranza.

-Estás hermosa.- fue lo que acerté decir
-Gracias- sonrió y agarró mi mano situada en mí nuca.- noto que sigues rascándote la nuca cuando estás nervioso.
Agaché la cabeza, creo que me había sonrojado
-Si, es algo que no se puede quitar tan fácil. Y ¿Sabes?- me acerque a ella y pasé mí mano por detrás de su cabeza. - Muchas otras cosas que no cambiaron tampoco.
-¿Cómo cuáles?
-Como ésta.- la acerqué y la besé. Había extrañado mucho sus labios.
-Te extrañé mucho.
-Yo más.- la acerqué abrazándola y ella hizo lo mismo,  ninguno de los dos pretendía separarse de nuevo. Pero ella lo hizo.
-No deberíamos hacer esto aquí.
-¿Por qué?
-Es contra las políticas del hospital.
-¿Y cuando yo seguí alguna regla?
-Buen punto, pero en serio, vamos.
Tomó mí mano y me llevó a través de los pasillos hasta una puerta donde se leía "sala de descanso"
-¡Oooh! Recuerdo ésto de las veces que veiamos "Grey's Anatomy".
-Callate y entra.- abrió la puerta y ambos entramos a aquella pequeña sala.
-Lo hacía más grande.- dije mirando al rededor.
Ella se rió mientras quitaba su bata y la dejaba colgada en una silla.
Yo por mí parte, le dije adiós a mí remera y a la parte superior de su uniforme. La levanté en mí cadera y la deje en la cama que estaba allí. Y nos miramos, no había cambiado nada, mí corazón seguía alborotándose cada vez que nuestros ojos coincidían.
-Juro que lamento todo lo que pasaste.-
Me acerqué a ella y la besé tratando de transmitir todo lo que sentía por ella.
Desabrochó mí cinturón para quitarme el pantalón, me paré, lo quité y ella hizo lo mismo. Volví a donde estaba desabrochando su brassier.
-Hola, mis niñas...
-No seas estupido.- reía y yo lo hacía.
Quite lo último que teníamos de ropa y por fin estábamos juntos.

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-¡No! Ya, basta, tengo que ir a trabajar.
-¿Me vas a dejar? ¿Solito? ¿Todo el día? Al menos déjame agua y croquetas de perro.
-¡Bruno!- me reprochó riéndose
-¿Qué? Es verdad, soy tu mascota, ¡como el de la película! Me voy a presentar con el pug de la señora de arriba... .
Hannah no paraba de reír, y yo a la par, quería ésto, cada mañana, de cada día y por siempre, nosotros dos, riendo. Aunque... Quizá pueda haber espacio para alguien más.
-Ya, tengo que irme...- tomo mis mejillas, me beso y se fue a cambiar.
Salió lista, se maquilló y se fue.
Minutos más tarde, mí teléfono sonó, era mí jefe, me había quedado dos semanas más de las previstas. Antedi la llamada y para mí sorpresa era Rubí.
-¿Dime que se van a casar y van a tener, por lo menos, veinte hijos?
-¿Qué?- lo dijo tan rápido que mí mente, que recién se está despertando no acato las palabras.
-¡Ugh! ¡Despiertate!
-Lo estoy, lo estoy... ¿Qué quieres?
-Saber como están ambos... Si ya van a casarse, tener hijos, mudarse a L.A . Tu hermano no es un problema y conseguirle un trabajo a Hannah tampoco, así que...
-No creo que quiera... Pero si me agrada la idea.
-Awww, ¡Brunito quiere familia!- una tercera voz se unió a la llamada, era Malcolm, El mejor amigo de Rubí y Hannah.-Lastima que no conmigo, nuestros hijos serían di-vi-nos.- Y... Si, adivinaron.
-¡Malcom! Basta.-
-Ok, me Tengo que ir... Si, adiós- corte la llamada y volví a dormir.

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-¿Bruno?
-¡Por aquí!
-¿Amarillo?- su cara era de disgusto.
-Si, ¿Qué tiene?
-No me gusta el amarillo, papá.- me contestó con voz de niña mientras acariciaba su barriga de 6 meses de embarazo.
-Es que tenía que ser un color "Unisex" ya que insististe en no saber si era niño o niña...
-¡Pero no amarillo!
-Ok... Lo que ordenen.- baje de la escalera, le di un beso y fui a la puerta.
- También queremos helado...- Hannah se asomó con cara de cachorrito, no puedo decirle que no...
- Ok...- agarre las llaves para abrir la puerta.
- Te amo, mucho.
- Yo más.- Le mandé un beso y me fui por la pintura.

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-¿Donde está?- mi mandíbula se tensaba del enojo, mientras conducía a toda velocidad por las Calles de Nueva York.
-Se que no eres tonto, hermanito, busca bien, antes que sea demasiado tarde.

La llamada se cortó, esto no podía estar pasando no de nuevo, no ahora que tengo familia, mejor dicho que, por fin, tengo familia...

    
To Be Continued...

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Hola!! Espero que lo disfruten  ❤️
Ya voy a escribir la parte 3, eso sí; preparen los pañuelos 🥺🥺🥺

L@s amo! Bye!