Aplastado.

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Sientate. - Dice mientras le sujeta el brazo. El parque estaba solo.

No llores. - Le reprende mientras aprieta los dientes.

En la mente de la mujer solo hay una salida pero le tiemblan las manos.

Para, - restriega los ojos de la mujer - vamos.

Mientras ella casi arrastra los pies por la dificultad, se detienen en una calle esperando la detención de los vehículo por el semáforo, pero no pasa nada. Sus horas están contadas y en su mente desearía no haber salido de casa.

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