Querido diario... Día ocho.

193 12 0
                                    

Sus ojos como faros de luz me atraen hacia él. Su sonrisa destella en la oscuridad. Y es que me he alejado demasiado de la realidad y no hay nada que me pueda traer devuelta.

Las cicatrices se desvanecen y el frío invade la habitación. Escribo estas lineas con temblores y sentimientos confusos mientras el fuego se apaga en mi alma.

Lo único que recuerdo es mirarlo a los ojos y la cobardía de no susurrarle que lo amaba. Ahora es tarde, porque he caído en sus manos y en sus brazos me sostengo. Su cuerpo me sostiene contra su pecho y escucho el leve susurrar de su respiración.

Hemos caído juntos en este mar de soledad que nos arrastra con las olas. Pero no tengo miedo, no lo tengo. Y no lo tendré jamas, porque el está conmigo y es suficiente para volar.

Diario de una chica sin sentido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora