Preámbulo

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12 años atrás...

Me encuentro sentada en el pasillo del hospital, pero mi mente esta en otro lugar, en otro día. No puedo dejar de pensar en la última conversación que tuvimos.

-Alma, tenes que estar preparada

-Ya tengo todo listo papi, arme un bolso con ropa para cuando te den el alta y ya le pedio al tío Javier que busque un remis. –El acaricia mi rostro y una lagrima comienza a caer por su mejilla

-No corazón, no me refiero a eso. La operación a la que me voy a someter no es fácil y tiene miles de riesgos. Tenes que estar preparada por si sale mal.

-No quiero, no hables así. Va a salir todo bien – las lágrimas estaban comenzando a caer por mi cara,

-Corazón, tenes que escucharme, si muero.

-¡¡No vas a morir!! ¡No podés dejarme! –me arrojé a sus brazos y seguí llorando, varias veces intento tener esta charla conmigo, pero me rehusaba a escucharla

-Alma no hay nada en el mundo que quiera más que esta operación salga bien y poder vivir 80 años más al lado tuyo, pero tenemos que estar preparados, somos Soler y los Soler siempre están preparados.

-También siempre cumplen sus promesas y quiero que me prometas que vas a vivir

-Corazón no puedo prometer eso, puedo prometer que voy a poner todo de mí y que si veo la luz no voy a ir hacia ella –su intento de chiste no me hizo reír.

-Solo quiero que en caso de que muera sepas lo que tenes que hacer

-No entiendo, ¿no tendría que estar mama presente?

-Ya hablé con ella, pero hay cosas que tengo que hablar con vos –asentí y me propuse a escuchar

-Primero que nada tu madre se rehúsa a ser ella la que tome las decisiones médicas, por eso concedí un poder a mi hermano Javier para que él lo haga, no puedo darte a los vos porque aún no sos mayor de edad y no quiero cargarte con la angustia de tener que decidir algo de lo que puedas arrepentirte toda tu vida –no entiendo mucho a lo que se refiere pero confiaba en mi tio tanto como si fuera un padre más.

-También decidí que vas a ser la única heredera de todo, tu madre está de acuerdo así que no pongas caras, es lo mejor. El día de mañana ella va a rehacer su vida con otra persona y lo mejor es que todo este a tu nombre para evitar que gente se le acerque con malas intenciones –la idea de pensar en mi mama con otro hombre me da asco, pero quiero creer que so nunca va a pasar porque la operación no va a salir mal.

-Confió en tu buen juicio y que nunca vas a dejar desamparada a tu madre, que siempre vas a estar para ella. ¿me lo prometes?

-no hace falta, porque todo va a salir bien –no dijo nada más, pero estaba esperando que se lo prometiera –lo prometo, es mi mama, ¿cómo podría abandonarla?

Dos semanas más tarde me encuentro esperando a que me llamen para despedirme de él, no paran de decirme que solo es un cuerpo que desde la operación su cerebro quedo muerto y no emite señal de vida alguna. Mi tío decidió que es tiempo de desconectar sus aparatos, supongo que es a ese tipo de decisiones medicas que mi papa se refería. Creo que nunca en la vida podría haber tomado esa decisión.

-Alma es hora –Mi tío luce tan cansado como yo, no se despegó de nuestro lado ni un instante y sé que le duele tanto como a mi este momento – me levanto de mi asiento y camino hacia la habitación, hoy es el último día que voy a ver a mi padre.


11 años atrás

- ¿Alma ya pensaste en tu fiesta de 15? Se está acabando el tiempo, algunos salones prometieron guardar la fecha, pero hay que darles una respuesta

-Ya te dije que no quiero una fiesta –lleva días insistiendo en que tengo que celebrarlo

-Si es por la entrada y el vals, puedo hablar con Ricardo él va a estar encantado se acompañarte.

Evito gritar como la adolecente iracunda que quiero ser en este momento, pero ni por todo el oro del mundo voy a ingresar a mi fiesta con su novio.

-Te dije que prefiero viajar, ya hable con los papas de Mia y la dejan que viajen conmigo. La abuela nos va a acompañar.

-¿Por qué tu abuela y no yo?

-Por qué a vos no te gusta viajar en avión

-Pero con Ricardo a mi lado podría tolerar el vuelo -No grites Alma, no grites –podríamos llevar a sus hijas, seguiría siendo más barato que la fiesta – y ese fue el colmo

-No, no voy a viajar con Ricardo y sus hijas y menos pagar por sus boletos

-También es mi dinero –últimamente nuestras peleas venían siendo por este tema, la mensualidad que tenía fijada para sus propios gastos no le estaba alcanzando desde que comenzó a salir con Ricardo y estaba empezando a pedir más.

-Lo que quiero decir es que a penas se conocen, no quiero en mi vida a alguien que no va a ser permanente.

Cuando volví de mi viaje ella y Ricardo se habían casado, ahora de manera permanente lo tenía en mi vida y viviendo en mi casa.

La nueva cenicientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora