"¡Hey! ¡Espere por favor! ¡Espere!" gritas en dirección al enorme hombre de la mudanza que ha levantado bruscamente lo que parece ser la última caja que queda en el camión.
Programamos la mudanza para un día sábado en una semana en la que el sol se había hecho presente, sin embargo eso no había evitado que al finalizar la tarde, una suave lluvia primaveral cayera sobre nosotros.
Tienes el cabello empapado y estas metido en una playera enorme de los Stones y unas bermudas café demasiado viejas que no sé porque aún no has tirado, pero supongo que para una mudanza son perfectas. Veo como las gotitas de lluvia se pierden en cuanto te tocan, mientras con tu cuerpo intentas proteger la caja que tienes entre los brazos, te giras buscándome con la mirada, tus ojos parecen aterrados cuando logras verme "¡Yonnie!" me llamas "¡¿Podrías bajar esa con cuidado por favor?! ¡Es de mi abuela!" señalas con tu cabeza la caja de la que tú te haces cargo "¡Son libros! ¡No puedo soltarlos!" Sonrió y asiento, porque ya lo suponía.
Dejo la mesita de noche en la entrada del saloncito y regreso lo más rápido que puedo hacia el camión.
"¿Es la última?" el hombre asiente con la cabeza "Esta bien, yo la llevo". "Aquí tiene" dice y casi parece feliz de no tener que mojarse cuando me entrega la caja para que yo la baje.
"Gracias".
Me giro y te veo aproximarte a pasos rápidos sosteniendo un paraguas azul para cubrirme de la lluvia.
"Gracias" susurro, importándome poco que los dos estemos completamente mojados porque sé que te veré sonreír. No me equivoco. Tus labios se curvan chico lindo, en esa bonita sonrisa mientras me aseguras que vas a cuidar de mí, tanto como yo cuido de ti.
"Espera" dices, y ambos nos detenemos en la acera, tus pequeños dedos revisan la caja "Son adornos de mi abuela", me sonríes con dulzura "me los regalo para cuando tuviera una casa".
"Ahora, hay una casa", asiento sonriendo.
"Lo sé." dices con los ojos más brillantes que he visto nunca.
Te sigo.
Te sigo a través del jardín de la entrada, cruzando la puerta de roble hacia la casa de dos plantas de colores cálidos y pisos de madera, porque amas los pisos de madera, hay una chimenea de ladrillo y escaleras blancas y es lo suficientemente amplio como para instalar los bonitos libreros que siempre te veo ojear en esos catálogos de muebles pero que hasta ahora no habíamos podido comprar por falta de espacio, guardo una sonrisa porque sé que ahora podremos comprarlos y podré instalarlos para ti y eso te hará feliz.
La cocina es grande y tiene bonitas estanterías blancas y una gran barra de granito y sé que se verá increíble cuando hagamos una cena por navidad e invitemos a tus padres y a los míos y a los chicos, porque qué sería de nuestra vida sin amigos. Podré cocinar para ti y tú hornearas pasteles y brindaremos a las doce Park JiMin, brindaremos por nosotros, por Señor Park y por el día en el que TaeHyung decidió llevarme al hospital.
No sé si hay algo que no me guste de este lugar, pero si tuviera que elegir algo que amo, definitivamente no podría decidirme entre la habitación principal en la segunda planta y el jardín en la parte trasera. Nuestra habitación es enorme, y tiene grandes ventanales que dan para una pequeña terraza con vista al jardín, pienso colocar ahí unas cuantas butacas chico lindo, para que ambos podamos leer a gusto por las noches y me encargaré de colgar un par de hamacas en los arboles del jardín y puede que uno o dos columpios, porque sé que aunque no lo admitas en voz alta, te encantan. Así podría columpiarte cuando estés cansado o mecerte hasta verte sonreír.
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Chico lindo │Yoonmin
Fiksi Penggemar"Hola chico lindo, has vuelto. Estás ahí, sentado justo en ese lugar al final junto a la ventana. Creo que te gusta ese lugar, es tranquilo y puedes leer a gusto ahí. Casi siempre lees, chico lindo. Pensaría que solo quieres lucir inteligente, pero...