My greek God: Opídis ⚣ ©

III

La costa había desaparecido por completo, no solo en las playas de Manhattan, si no en todas las playas del mundo, científicos intentaban averiguar cual era la causa de tal extraño acontecimiento.

¿El cambio climático?

Eliel miraba el fondo del mar mientra su cabello blanco y su túnica ondeaban. Este cerró los ojos y sintió como algo calido lo abrazaba, su cuerpo se transformó en la de una serpiente marina brillante, sus ojos brillaban fuertemente. Medusa se subió a la espalda de este mientras sonreía.

Vas a pagar por lo que me hiciste Poseidón, por condenarme y transformarme en esto—dijo Medusa mentalmente.

Opídis nadó hacía la playa del Carmen saliendo de ella de golpe provocando que habitantes salieran corriendo despavoridos, Opídis rugió y sacudió su cola, haciendo que una gran ola inundara establecimientos y algún que otro hotel y edificio.

Opídis volvió a rugir y dio la vuelta rápidamente haciendo que otra gran ola se formara y hundiera otros mas edificios con habitantes dentro.

***

—Shh, tranquilos—dijo Anfítrite mientras intentaba calmar a los animales marinos los cuales lucían aterrados.

—El mar...algo lo esta alterando, no puede ser...pero el fin del mundo sería cuando...el fuego universal consumiera el mundo, no el mar.

—La historia ha cambiado, algo o alguien lo está cambiando y ahora las consecuencias nos están afectando.

—Avisa a las sirenas y tritones que no salgan de sus hogares hasta que yo decida que todo esta seguro.

—Sí, cariño—dijo Anfítrite mientras caminaba hasta su esposo y le plantaba un tierno beso en sus labios—ten mucho cui—

—¡Poseidón!—dijo Zeus mientras entraba en la gran sala de los tronos.

—¿Que quieres?—preguntó molesto.

—Ahora no es momento de discutir, dejemos nuestras diferencias, ¿Te has enterado de las catástrofes que ocurrieron durante esta semana?—preguntó Zeus.

Anfítrite y Poseidón se miraron y negaron con la cabeza.

—Un remolino apareció en Manhattan y otros dos inmensos aparecieron en el océano Atlántico y Pacífico tragándose barcos y mortales y no solo eso, dos olas inmensas han ahogado parte de la ciudad de México.

—¿Dónde, Mexi-qué?—preguntó Poseidón.

—No importa, tenemos que descubrir la causa y destruirlo.

—No me involucro con mortales—dijo Poseidón, su hermano menor le agarró del brazo y le miró fijamente a los ojos.

—Ya no es cuestión de mortales a un lado y dioses a otro, esto nos esta afectando a todos dioses y mortales, por mas que los odiemos tenemos que salvar el mundo.

Poseidón miró por varios segundos a su hermano y después asintió.

—Tienes razón.

***

—Oh, Opídis alza tu gran palacio—dijo Medusa mientras miraba cómo Eliel apretaba sus puños y lentamente el suelo comenzaba a temblar.

Unos pilares salieron de la tierra junto con unas paredes con algas en ellas, los peces salieron corriendo del lugar. Todo el mar temblaba ante ello. Cuando el gran palacio se alzó enfrente de ellos una sonrisa se dibujó en el rostro del albino.

—Opídis pronto podremos vengarnos, tu de los mortales y semidioses y yo de Poseidón.

—¿Por qué Poseidón?—preguntó Eliel con una voz muy grave y entrecortada.

—Él... me violó y me convirtió en esto.

Eliel sonrió mas mostrando sus afilados dientes blancos.

—Perfecto Medusa, lo torturarás hasta que desee su muerte.

Medusa sonrió y asintió mientras las serpientes que sustituyen su cabello siseaban, Eliel entró al palacio junto con Medusa y los demas caballeros que Eliel había creado, un trono de oro y plata se encontraba en mitad de la sala, el trono de Pontos. Eliel caminó hasta él y se sentó mientras cruzaba sus piernas y sonría creídamente.