Capítulo 2

37 4 2
                                    

Capítulo 2: La Carta

Me acerqué al umbral de la puerta, deslicé mi mano hacia el pomo era alargado horizontal y de metal, estaba frío a juego con el clima en ese momento, abrí la puerta y me quedé asombrada de lo que vi, realmente la casa por dentro es aún más bonita que por fuera, sus paredes totalmente blancas y los muebles en un perfecto tono negro es todo muy minimalista y clásico, pero a la vez le da un toque moderno, me adentré aún más en lo que era la sala de estar giré mi cabeza y vi al fondo del pasillo una puerta de madera pintada de color negro de doble cara que da a la cocina, al lado izquierdo se encuentra una escalera que lleva al segundo piso, a la par de ella se encontraba una puerta de doble cara nuevamente de color negra.

Caminé hasta el comienzo de la escalera me encimé en ella, al final de ésta me topé con un pequeño pasillo en el centro de ésta había una gran puerta del mismo color que las demás, negras, giré mi cabeza y divisé otras 3 puertas más -ya se podrán imaginar el color- me acerqué a la que tenía de frente, abrí la puerta, en ella se encontraba la habitación principal era bastante espaciosa, en el centro de ésta estaba la cama de matrimonio dos mesas de noche de color negro a cada lado ambas con su propia lámpara y tres cajones en forma descendente al lado derecho se encontraba el baño y a unos 2 metros estaba el gran armario de madera, salí de esa habitación y cerré la puerta, sabía que las otras puertas iban a hacer lo mismo así que planeaba hacerlo rápido, me acerqué a la puerta número dos estaba al lado derecho de la habitación principal, abrí la puerta y en ella se encontraba el baño, las paredes tenían un azulejo totalmente blanco podía ver perfectamente mi reflejo en ellos, no me adentré mucho, al fondo del baño estaba una gran tina justo con su ducha, y una cortina corrediza, salí de allí y nuevamente cerré la puerta, caminé hasta la puerta número 3 la que estaba a unos 3 metros del baño me gustó porque parecía que estaba escondida es la del final de ese pasillo a ese extremo, estaba justo del lado contrario del baño, entré e igualmente era otra habitación, era muy parecida a la habitación principal con paredes blancas al igual que todas las demás, solo que ésta no tenía baño y solo tenía una mesa de noche de color negro al lado izquierdo de la cama y su respectiva lámpara, me gustó en donde estaba ubicada así que decidí que esa sería mi nueva habitación, estaba muy emocionada ya quería acomodar y arreglar todo, dejé la puerta abierta y salí de ella, me dirigí a la puerta del lado izquierdo y tal como lo imaginaba una habitación exactamente igual a la mía así que salí rápido de ahí y cerré la puerta con mi paso.

Los chicos de la mudanza ya habían terminado de descargar completamente el camión, mis padres estaban subiendo sus cajas respectivamente a su habitación por lo tanto yo hice lo mismo.

Ya han pasado 3 horas desde que los de la mudanza se fueron, mi cuarto está casi por completo acomodado, me faltaba colgar algunos cuadros de paisajes y sobre todo mi favorito es el de un paisaje nocturno con una luna menguante en la esquina superior izquierda junto con unas ligeras nubes alrededor de ella me lo regaló papá cuando era una niña me tranquiliza verlo y sobre todo porque me recuerda a la pequeña Grecia.

La noche seguía su curso y simplemente no podía dormir, sentía una mirada encima, algo o alguien me observaba de algún punto que no lograba descifrar pero decidí ignóralo sabía que todo era producto de mí imaginación y entonces allí me tienes a las 3 am con la cobija hasta el cuello mientras contaba unicornios que sobrevolaban en mi mente y cantaba la canción del elefante versión unicornio; 70 unicornios se columpiaban sobre la tela de una araña como veían que resistía fueron a llamar a otro unicornio -uhh ahora el unicornio azul con un toque de rosa fosforescente en su cabello-
-¿Qué? También me los imagino de colores-  -Vamos Grecia, ya basta, a éste paso me voy a acabar todos los unicornios existentes en la imaginación de las personas, es hora de dormir chica-.
Cerré los ojos y lo intenté nuevamente pero realmente no podía conciliar el sueño, esa sensación de ser vista por algo no se despegaba de mí, era realmente incómoda, ya cansada me levanté y me puse mis pantuflas de unicornio –ya sé, parezco loca, pero me gustan en serio- caminé hacía el balcón deslicé la ventana de cristal, junto con su respectiva cortina, el viento estaba frío, era refrescante, al chocar con mi piel hizo que ésta se erizara mientras me trataba de calentar con las manos mientras los movía en forma ascendente y descendente en mis antebrazos.

Me acerqué aún más al borde del balcón puse ambas manos sobre el límite, giré mi cabeza hacía la izquierda y luego a la derecha, pero en la calle no había absolutamente nadie afuera a esas horas, ni tampoco nada fuera de los normal, las casas estaban con las luces apagadas, y estaba el típico silencio que hay a esas horas de la madrugada, excepto por los grillos y el sonido del viento, me senté en una de las sillas para ver si lograba ver a alguien pasar, aunque era imposible que alguien en la calle me pudiera ver desde el punto donde yo estaba sentada como sentía que lo estaban haciendo, había un piso de distancia pero tampoco quería llegar a imaginar que "eso" que me miraba estaba en mi habitación de solo pensarlo un escalofrío recorrió mi espalda y se me puso la piel de gallina.
Me quedé unos cuantos minutos más y entré, el frío me estaba congelando hasta las arterias, me asusté cuando vi lo que estaba sobre mi cama, era un papel, sentí como el miedo empezó tomar poder en mí, el corazón empezó a latirme con fuerza tanto que pensaba que se me iba a salir por la boca en cualquier segundo, la respiración se me aceleró pero a la vez era entrecortada, me empecé a sentir mal así que me recargué sobre la pared para agarrar una buenas bocanadas de aire

-Vamos Grecia, inhala y exhala, inhala y exhala-  era lo único que mi mente repetía una y otra vez, me armé de valor y me acerqué a mi cama poco a poco a paso lento y cuidadoso como si de un campo minado se tratara cuando llegué al borde de la cama, lo pude ver mejor era un sobre blanco con mi nombre sobre él "GRECIA" , estaba manchado con algo que podría ser pintura roja aunque también parecía.. –No, no es sangre, que tonterías estás pensando, tranquila Grace, tranquila- me seguía repitiendo a mí misma, no quería tomarlo pensaba que me iba a salir una bomba de allí o algo similar, lo miré unos cuantos minutos más, lo agarré, mis manos estaban temblorosas lentamente lo fui abriendo, saqué el papel, se notaba el desgaste que el tiempo había hecho en él ahora tenía un tono amarillo tenía las esquinas quemadas, desdoblé el papel, y lo leí, lo escrito hizo que perdiera el calor del cuerpo, el frío se apoderó de mi nuevamente "SIGUES TÚ" claramente se podría tomar como una amenaza o más bien una advertencia, pero vamos, solo llevaba un día acá ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Cómo llegó ésto aquí?  Realmente me estaba muriendo de miedo, pero como dice mi mamá siempre hay que sacar el lado positivo de las cosas y ¿Si este es el misterio que tanto añoraba conseguir en Grey Hill?

Los Sin CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora