CAPITULO 2- EL CHICO EXTRANJERO

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Hoy es el día 29,el día 29 de haber despertado y el día 9 de estar en mi nueva ciudad; en mi nueva vida.

Estoy en la biblioteca, es enorme, abarca casi una manzana completa, es de dos pisos y tiene preciosos colores tierra. Cada detalle, cada libro, y cada cosa de este lugar, me hace sentirme lejos de mi realidad, me hace sentirme no como la chica que despertó del coma, sino más bien como esa que hace de su realidad cada página de cada libro.

Me acurruco en uno de los sofás individuales que se encuentran regados por distintas partes de la biblioteca, y empiezo a leer y a sumergirme en uno de mis libros favoritos.

De repente siento que me remueven  suavemente y el lindo y tierno rostro de un chico de aproximadamente 18 años me sonríe y me habla tímidamente:

-Disculpa-me dice el chico tímidamente- Pero te has quedado dormida y ya es hora de cerrar.

-oh perdón cuánto lo siento-me disculpo con una vergüenza de mil demonios- Disculpa nuevamente, no volverá a suceder.

-No tranquila-responde el chico y sigue hablando con un acento extranjero- Se lo que es pasar horas leyendo y no darse cuenta de la realidad.

-Dímelo a mí- alegó con tristeza en mi voz, recordando el motivo por el cual vengo siempre a la biblioteca- Bueno, en verdad perdón por la molestia y toma-le ofrezco el libro que estaba leyendo-puedes guardarlo, mañana seguiré leyendo.

-Soy nuevo-asevera el extranjero -pero digamos que es posible que te lleves el libro prestado, te hago un permiso bibliotecario y debes devolverlo en 3 días aproximadamente.

-oh ¿en serio?-asiente sonriendo- muchas gracias,te lo agradezco mucho.

Me levanto del sillón, y junto al chico extranjero nos vamos a la recepción para completar los datos del préstamo. le pasó el libro al chico para que le coloque el sello e inmediatamente al ver el libro una boba sonrisa se curva en sus labios y con voz juguetona y mirada traviesa me mira y me pregunta:

- ¿After?

-Si, es un libro maravilloso-alegó al muchacho- Es uno de los mejores que he leído.

-lo sé, es un libro estupendo, lo he leído cuatro veces y voy por la quinta-dice orgulloso.

-oh esta muy cool-le digo mientras tomó el libro que el me ofrece- Espero verte pronto...- sin saber cómo se llama añado- chico extranjero.

-¿Tanto se nota que no soy de aquí?-pregunta el chico riendo, mientras yo asiento divertida- ok esta bien, y yo espero verte pronto chama dormida.

-¿Chama?-pregunto extrañada-nunca había escuchado esa palabra.

-Digo chica -corrige- lo que pasa es que yo soy de Venezuela y allá a las chicas les decimos chama.

-Ah ok, ahora si entiendo -añado-espero verte pronto chico extranjero- Digo alejando del mostrador y empezando a salir de la biblioteca.

-hasta luego chama dormida-agita las manos en forma de despedida- Por cierto- me dice antes de irme- Me llamo Sebastian.

-Yo soy Meryl-Digo y salgo a casa, caminando lo más rápido que puedo para que mamá no se disguste por ser la octava vez que llegó tarde.




-¿Meryl?- Escucho a mí madre gritar desde la cocina de nuestro apartamento, un edificio que consta de quince pisos, cada piso con cuatro departamentos pintados de colores marfil y gris.

-Si mamá, soy yo, ya llegué -Digo acercándome a la cocina donde se encuentra mi madre.

-Hija- Empieza mi madre con voz serena- Se que es esencial que tu te relaciones y que conozcas esta nueva ciudad; pero no llegues tan tarde mi amor- Me acaricia mi rostro suavemente con la dulce palma de su mano- Recuerda que acabas de recuperarte y además somos nuevas cariño, tengo miedo de que te extravies.

-Tranquila mamá-Digo abrazando y besando su mejilla suavemente-estaré bien.

-ve a cambiarte-cambia en seguida el tema- Ve a ducharte y baja a cenar que ya la cena está casi lista.

Asiento con la cabeza y me voy a mí cuarto; un pequeño cuarto pintado de color rosa,con una cama individual y un pequeño escritorio con mariposas pintadas en la madera, también hay una ventana, una ventana que da vista a la hermosa playa de Miami Florida.

Me recuesto en la ventana, ignorando lo que iba a hacer, me pongo a observar la preciosa vista de las olas una tras de otras, y me pongo a pensar que cada vez que una ola llega a la orilla se desvanece, desaparece, y me imagino que soy una ola en el mar, una ola que a llegado a la orilla de washington y a empezado a emerger de las profundidades de Miami.

Y allí recostada en el marco de la ventana me quedo dormida, intentando recordar mi vida pasada, y así poder enfrentar mi nueva vida.

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Nota de la autora:
Espero y les guste este capítulo, es esencial para el resto de la historia ya que Meryl conoce a Sebastian, uno de los personajes más importantes en esta historia

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