El ataque al castillo

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Disclaimer: Bleach y sus personajes pertenecen a Tite Kubo, La Bella y la Bestia y sus personajes pertenecen a Disney, el fanart de la portada fue hecho por Karoll Ann aka dangerousbride en tumblr. Fanfic hecho con el único proposito se entretener y sin fines de lucro.

Capítulo 15: El ataque al castillo

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En el castillo había una extraña quietud, el silencio reinaba en el lugar después del hermoso baile que el amo y su huésped habían tenido horas antes, los sirvientes se congregaron en el la biblioteca una vez que Ichigo les pidiera que se retiraran. En el centro, Gin y Rangiku bailaban al son de una melodia imaginaria, Aizen, Unohana y Yachiru los observaban mientras Sasakibe limpiaba una mesa descuidadamente.

—Al final todos nuestros esfuerzos fueron inutiles—dijo Aizen ligeramente molesto.

—Por supuesto que no—dijo Gin mientras aun bailaba con Rangiku—él aprendió a amar después de todo.

—Si, pero si ella no lo ama no tiene ningún caso—respondió el reloj cruzando sus brazos.

—¿Eso quiere decir que Rukia no volverá?—preguntó Yachiru con tono triste.

—No lo sé, hijita—Unohana se acercó a la tacita para consolarla—tengamos fé—en ese momento se escuchó el relinchar de un caballo, todos los sirvientes giraron para ver hacia la ventana.

—¡Les dije que regresaria!—gritó Rangiku mientras flotaba hacia la ventana.

—¿De verdad regresó?—preguntó Gin incrédulo subiendo a una mesa cercana. La decepción los invadió, aunque también la sorpresa, vieron a una muchedumbre marchando hacia el castillo, algunos llevaban antorchas, otros tridentes y otros azadones que, presumían, usarían como armas. A la cabeza iba un hombre pelirrojo sobre un caballo negro—¡Vienen a atacar el castillo! ¡Y ese tipo tiene el espejo mágico!—dijo el candelabro alarmado—¿Le habrá pasado algo a Rukia?

—¡No lo sé, pero debemos detenerlos!—dijo Unohana saltando a su carrito de té y empezando a avanzar—¡No podemos permitir que le hagan daño al amo!—los sirvientes bajaron al recibidor lo más rápido que podían, al llegar todos fueron directamente a la puerta y empezaron a recargarse en la puerta de la entrada para impedir el paso a los invasores.

—Esto no bastará—dijo Rangiku con frustración—somos muy pequeños.

—¡Es cierto!—exclamó Gin—¡Iré por el maestro Uryuu!—continuó comenzando a correr hacía el salón de baile, sus pequeñas piernas empezaban a rechinar, sabía que no quedaba mucho tiempo para que el plazo del hechizo terminara, el ultimo pétalo de la rosa estaba por caer, pero sabía que debían proteger al amo y el castillo a toda costa; después de unos metros más, al fin había llegado a su destino—¡Maestro, maestro!—gritó alarmado llamando la atención del piano.

—Gin, amigo ¿Qué sucede?—preguntó el músico intrigado, él se había quedado en el salón de baile admirando la belleza que Rukia había logrado revivir, sabía que podría ser la última vez que lo hiciera.

—¡Van a atacar el castillo, necesitamos tu ayuda!—dijo el candelabro y la expresión en el atril de Uryuu cambió a una determinada.

—Sube a la caja—Gin obedeció y se trepó sobre el piano—¡Sostente fuerte!—el piano se dirigió a toda velocidad al recibidor, los sirvientes en el lugar sintieron la vibración en el suelo—¡Aqui estoy amigos, hay un castillo que proteger!—el piano se recargo en la puerta formando una barricada—si tan solo mi querida Orihime nos pudiera ayudar—se lamentó el piano.

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