Capítulo 9: Algo ahí

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Disclaimer: Bleach y sus personajes pertenecen a Kubo Tite, La Bella y La Bestia y sus personajes pertenecen a Disney. La imagen de portada es un fanart de Karoll Ann alias dangerousbride en tumblr. Fanfic hecho con el único propósito de entretener y sin fines lucro.

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Capítulo 9: Algo ahí

Ichigo se despertó por los rayos de sol que golpeaban su cara, parpadeó un par de veces y se pasó la mano derecha sobre su rostro. Se sentó en la cama y miró a su alrededor con pereza, bostezó y estiró sus brazos, se quedó inmóvil un momento antes de que el sonido de la puerta lo sorprendiera.

—Adelante...—dijo con fastidio. La puerta se abrió dejando pasar un carrito de té con sus sirvientes en él.

—Buenos días, amo—saludó Unohana—¿Durmió bien? —preguntó con una sonrisa y sirviendo té en una taza, una cuchara se movió por sí sola y vertió un poco de azúcar en la bebida.

—Ah sí...—contestó el pelinaranja aun con pereza y tomando la pequeña taza en sus manos.

—Amo... sé que aún no termina de despertar—dijo Gin con burla—pero le recuerdo que tiene un compromiso el día de hoy.

—Exactamente...—habló Aizen moviendo las manecillas de su cara—en 20 minutos.

—¿Qué? —preguntó Ichigo desorientado.

—Si ¿No lo recuerda? —rió Gin—le dijo a Rukia que irían a pasear por los jardines del castillo hoy—terminó haciendo que Ichigo se bebiera el té de un solo trago.

—¡Es cierto! —exclamó el Príncipe saltando de la cama—¿Por qué no me despertaron antes? —reclamó yendo detrás del biombo en su habitación.

—Amo, esta es la hora en que acostumbramos despertarlo—respondió Unohana riendo ligeramente.

—Usted fue quien acordó la hora con Rukia, nosotros no tuvimos nada que ver—reclamó Aizen colocando sus bracitos en jarras—y solo le quedan 16 minutos.

—¡Cállate! —reclamó Ichigo batallando contra sus pantalones—¡Sasakibe! ¡¿Dónde está mi saco azul?!—Ichigo abotonó su camisa esperando a su sirviente, pero no obtuvo ninguna respuesta—¡Sasakibe! ¡No veo mi saco! —montones de ropa volaron por la habitación.

—Amo...—le habló el candelabro con una gran sonrisa—su saco está colgado en el biombo—el joven miró con gesto confundido el borde superior del biombo, en un gancho yacía su saco azul marino.

—Perfecto—dijo tomándolo—¿Cuánto tiempo tengo, Aizen?

—Ah... 10 minutos, amo—respondió el reloj.

—Muy bien, me voy—terminó Ichigo saliendo de la habitación mientras se ponía el saco.

Sus sirvientes lo miraron irse, sus rostros mostraban gran alegría, Unohana suspiró y fue quien habló primero.

—Jamás pensé en verlo así.

—Admito que es gracioso ver esa faceta en el amo—dijo Aizen—él siempre es bastante serio.

—No se ustedes, amigos míos, pero creo que esta es una buena señal—dijo Gin—a este paso seremos humanos mucho antes de que el último pétalo de la rosa caiga.

Todos se miraron y sonrieron, observaron la puerta de la habitación de su amo con la esperanza más viva que nunca.

Ichigo caminaba con rapidez por los pasillos del ala oeste, tenía el tiempo medido, había acordado verse con Rukia al pie de la escalinata principal, aquella que conectaba ambas alas. Habían pasado ya varios días desde que empezaron a leer juntos, compartían bastante tiempo hablando de las historias que leían y leyendo el uno para el otro. A veces peleaban, pero no eran discusiones en serio, era su forma de relacionarse; él le decía 'enana', ella lo llamaba 'idiota', lo normal. Podía decir con seguridad que se llevaban bien. Al casi llegar a la escalinata principal, caminó con más calma, pasó sus manos por sobre su saco para quitar unas arrugas, arregló el cuello y carraspeó para aclarar su garganta, caminó un poco más y vio a Rukia al pie de las escaleras, revisaba una de sus uñas con sumo interés, era obvio que estaba aburrida.

The Beauty and the BeastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora